Las mascarillas del onubense Sergio Vidal, reclamo entre las celebrities a nivel internacional

Es un elemento de protección clave (y obligatorio desde este lunes) para salir a la calle tras el confinamiento. Forma parte de la nueva realidad para evitar contagios entre los ciudadanos y ahora, la mascarilla también se ha convertido en un complemento de moda.

El olontense Sergio Rodríguez Vidal ha encontrado en este nuevo elemento la pieza clave para desarrollar todo su potencial creativo.

Lleva desde el 99 dedicándose al mundo del diseño. En 2001 se estrenó en SIMOF, en el marco del certamen de diseñadores noveles, donde quedó finalista y al año siguiente se alzó con el premio revelación de esta pasarela con la original y transgresora colección Espirales y no lunares, ¿Por qué no?

Antes de que llegara el confinamiento, Sergio iba a presentar su nueva colección de moda el 21 de marzo en la pasarela Doñana Flamenca 2020 y se encontraba preparando las colecciones de novia, comuniones, romerías y fiestas de primavera. 

Pero, con la llegada de la pandemia, sus planes cambiaron de manera radical. "Para el sector de la moda ha sido un gran palo. Nos hemos encontrado con toda la inversión hecha, colecciones realizadas y todas las celebraciones paralizadas. Toda la agenda de trabajo se ha ido al traste", explica el diseñador.

Sin embargo, el Covid-19 también ha traído consigo un complemento inesperado que está suponiendo un revulsivo para el mundo de la moda. "Las mascarillas han llegado para quedarse. Se van a quedar, aunque no nos guste, por un largo período de tiempo, al menos hasta que saquen la vacuna contra el virus. Por ello, todo el mundo se lo está planteando como un complemento más, con diseños exclusivos y a juego con la ropa", cuenta Sergio.

Durante la pandemia Sergio se quedó solo en su taller (sus modistas son, en general, mayores y se encontraban entre el grupo de población de riesgo) y junto a su madre, decidió aprovechar el parón en la producción para reorganizar todo, hacer inventario y reinventarse.

Así es como surge su nueva iniciativa: comenzar a diseñar mascarillas para todos los negocios que estaban abiertos, ante la escasez de las mismas en las farmacias.

"Obreros del campo, hospitales, fuerzas de seguridad...fueron en torno a 8.000 mascarillas las que llegamos a donar durante el confinamiento", asegura el de Gibraleón.

Cuando los niños comenzaron a salir a la calle, decidió hacerle una a su sobrina. Tras publicarla en redes sociales, lo anecdótico se convirtió en lo más inesperado: la demanda se disparó de manera exponencial. Todos querían sus mascarillas personalizadas.

"Ahora tenemos un muestrario con más de 200 tejidos. Me encargan mascarillas de todo tipo: diseños propios, de  distintas colecciones, inspiradas en El Rocío, con banderas calé, del orgullo, inspiradas en los patios de Córdoba...un abanico tan amplio que llega hasta donde es capaz de llegar la imaginación", afirma el popular diseñador.

Una producción que ha traspasado el territorio nacional. No sólo ha llegado hasta Canarias o Mallorca, sino que en países como Francia, Italia o Reino Unido también demandan los diseños del onubense.

Desde políticos hasta cantantes de moda e influencers. Todos se pelean por las mascarillas de este diseñador. Cristina Cifuentes, Belén Estéban, Eva González, María Jesús Ruíz, Manuel Lombo, Pitingo, Arcángel, Pasión Vega, Los Morancos, Pastora Soler, Madame de Rosa o Cristo Báñez ya presumen de sus mascarillas, made in Huelva, realizadas por el olontense.