El desfile del Krampus austríaco
Todas las comunidades americanas se están preparando para Halloween. La célebre “Noche de Brujas” llegará de forma globalizada en todo el globo terráqueo, si bien es cierto que cada comunidad tiene sus peculiaridades en torno a esta fiesta. No obstante, el último día de octubre conlleva una celebración terrorífica en tiempos de máscaras, monstruos, bailes frente a fogatas, dulces y muchísimas otras tradiciones un tanto tenebrosas.
De la misma manera, existen muchas otras comunidades que también poseen sus festivales terroríficos a lo largo del año. Si bien, éstas, no conllevan comer dulces o disfrutar maratones de series y películas favoritas, si poseen hechos profundamente traumáticos para locales y extranjeros que, cada año, suelen encontrarse con estas en una época del año no muy cercana a Halloween, llenando de curiosidad a extraños y de miedo a los acostumbrados.
Todas estas fiestas alternativas han sido recogidas por el casino online Betway en una exhaustiva investigación sobre este tipo de ocio tan peculiar.
El desfile de Krampus es, sin mucho debate, una de estas festividades. Celebrado dentro del inicio de una época tan bella como lo es Navidad, esta celebración de origen austriaco conlleva una historia terrorífica para aquellos niños que se comportan mal.
Esta festividad pone en el centro de atención a Krampus y sus duendes maléficos, los cuales llevarán a los infantes que se comportan mal al infierno si continúan con sus triquiñuelas y no obedecen a sus padres. De esta manera nace la leyenda que lleva al fauno Krampus a las calles. Personaje interpretado por varios adultos que se la pasan asustando a las personas que se cruzan en las calles con ellos.
Esta ceremonia acontecida en Tirol, Austria, conforma una muy interesante forma de preparar a los niños (y la población en general) a los tiempos de adviento y nacimiento del niño Jesús. Con esta fiesta, el objetivo de que los niños muestren un comportamiento bueno, será una realidad, ya que no digas estas premisas pasarán por el trance de ser asustados por Krampus, para cambiar ese hábito.
