Ramírez Almanza presenta su nuevo poemario
El acto ha tenido lugar en la casa natal de Juan Ramón Jiménez Antonio Ramírez nos abrió la puerta de los secretos con su nuevo poemario
El aula Cepsa de la casa natal de Juan Ramón, en la moguereña calle de la Ribera, ha sido escenario de la presentación del último libro de poemas de Antonio Ramírez Almanza, uno de los onubenses que más han trabajado en las últimas décadas por el fomento de la cultura en general, y de la literatura en particular. Una obra enriquecida con la calidad de una portada cuya ilustración ha realizado el reconocido artista Juan Manuel Núñez.
Ramírez, al que acompañaron numerosos amigos en la puesta de largo de su nuevo poemario, es un hombre que ha sabido compatibilizar en su vida el compromiso con su pueblo natal, Rociana del Condado, y su devoción hacia el Nobel Juan Ramón Jiménez, cuya Fundación dirige con enorme entrega y con evidente acierto desde hace más de 15 años.
Antonio, que fue alcalde de su localidad y también director de la Fundación Odón Betanzos, se ha convertido en una de las grandes autoridades en el conocimiento de la vida y obra de Juan Ramón y de Zenobia, promoviendo o coordinando los más importantes acontecimientos relacionados con el Premio Nobel, entre ellos congresos internacionales, ediciones, exposiciones y otras muchas iniciativas con las que, desde su responsabilidad al frente de la Fundación, ha contribuido enormemente a la difusión de la figura de nuestro insigne paisano.
La Puerta de los Secretos se convierte en un crisol de las vivencias y sensaciones del poeta en los últimos diez años de su existencia, y nos propone un recorrido por el universo afectivo y emocional de Antonio Ramírez. La obra se encuentra dividida en cuatro partes diferenciadas pero complementarias. La primera se titula La Puerta de los Secretos y la componen poemas en los que el autor realiza reflexiones interiores sobre distintos aspectos vitales. La segunda se denomina Todo está en su sitio, donde encontramos la alternancia entre la poesía y la prosa en unos textos llenos de referencias a los lugares, estampas, personajes y sensaciones más cercanas a las vivencias del autor, muy en la línea de la prosa poética de Platero. La tercera parte del libro la constituye una selección de poemas eróticos que el autor aglutina bajo el epígrafe de Vértigo, y la cuarta y última está compuesta por una recopilación de poemas inconclusos que según el autor «con el paso de los años me he dado cuenta de que no era necesario finalizar porque ya estaban completos». Esta cuarta parte del poemario que se titula Fragmentos Rotos se la dedica Antonio a su gran amigo y compañero en las letras, Juan Drago.
