sábado. 09.08.2025
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Uno de cada dos onubenses tendrá cáncer si no se cuida

Uno de cada dos onubenses tendrá cáncer si no se cuida

El tabaco, el consumo de alcohol, la falta de actividad física y una mala alimentación están detrás de estas cifras.

El cambio en los hábitos de vida en los últimos años, con peor alimentación, menos ejercicio y consumo de tabaco y alcohol más generalizado entre hombres y mujeres, tiene sus consecuencias en enfermedades como el cáncer. Esta enfermedad afecta en la actualidad a un 30% de la población, pero esta cifra subirá al 50% en el año 2030 o, lo que es lo mismo, una de cada dos personas en España tendrá cáncer a lo largo de su vida, un dato extrapolable a la provincia de Huelva. Este incremento se debe al envejecimiento de la población en los países industriales y a los hábitos de vida del mundo desarrollado, un aspecto que si se corrigiera permitiría evitar la mitad de los casos.

Así lo ha asegurado el jefe de Oncología del Complejo Hospitalario Universitario de Huelva, Juan Bayo, cuando se celebra el Día Mundial contra el Cáncer, este 4 de febrero. Bayo ha explicado que los cambios en los hábitos de vida como “el comer fuera de casa con frecuencia o el tener el primer hijo por encima de los 35 años porque la mujer trabaja han favorecido un aumento de la incidencia del cáncer”. Pero si la población se cuidara más, los casos caerían a la mitad. Bayo ha insistido así en la importancia de la prevención y ha hecho hincapié en la adopción de unos hábitos de vida saludables para evitar el cáncer. Entre los más importantes están el abandono del tabaquismo, la moderación del consumo de alcohol, el control de la obesidad y la realización de alguna actividad física, y el seguimiento de una dieta equilibrada como la mediterránea. Ésta incluye el consumo de mucha fruta y verdura, de aceite de oliva, legumbres, pescado azul, frutos secos y cereales, así como la limitación de productos como la carne roja y procesada. A este respecto, y en relación con los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud sobre su consumo, Bayo ha resaltado que “se ha sacado de contexto”, ya que “la pirámide alimenticia siempre ha recogido tomar dos o tres raciones a la semana”, a lo que ha añadido que su limitación “previene el cáncer y también otras enfermedades vasculares”.

De cualquier forma, entre todos los elementos que han provocado el aumento del cáncer, el que gana más peso es el tabaco. El jefe de Oncología ha afirmado que el tabaco es “el agente cancerígeno más importante de todos”, de forma que su abandono “sería la medida más importante para reducir el cáncer, y no sólo el de pulmón, ya que el tabaco está implicado en la mayoría de los tipos de cáncer”.

Junto con la mejora en los hábitos de vida, la otra medida de prevención del cáncer es el diagnóstico precoz, para la detección de la enfermedad en una etapa inicial cuando se puede curar fácilmente. Para ello, todas las mujeres de más de 50 años deben hacerse una mamografía para prevenir el cáncer de mama. Lo mismo va a ocurrir a partir de ahora con el cáncer de colon. Y en el caso de cérvix, las mujeres mayores de 25 años pueden hacerse citologías mediante su petición o recomendación de su médico de atención primaria.

En la actualidad, el tipo de cáncer más frecuente en las mujeres es el de mama, seguido del de pulmón, cuya incidencia ha aumentado en los últimos años al ser cada vez más las mujeres que fuman. En el caso de los hombres, el cáncer más frecuente es el de próstata. Sin diferencia de sexo, el más común en ambos es el de colon.

Pese al aumento de la incidencia de cáncer, también hay cifras positivas. El desarrollo de los tratamientos actuales permite que cada vez sean más las personas que superan la enfermedad, y el porcentaje medio de curación es ya del 60%. Además, hay algunos tipos de cáncer con mayor porcentaje de curación, como el de testículos y linfomas, que alcanzan el 90% de media, o el de mama, próstata y útero, con un porcentaje de curación del 80%. De cara al futuro, Bayo ha explicado que “se aspira a que el cáncer sea una enfermedad crónica con la que se pueda vivir” y, de hecho, “los nuevos fármacos van encaminados a cronificarla”.

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