Un tsunami dejaría 112.000 víctimas en Huelva si no lo evitamos
El próximo viernes se estrena en los cines de varios puntos de España, entre ellos los de Huelva, el documental La Gran Ola, su autor es un onubense, Fernando Arroyo, que ya retrató con gran sensibilidad la tragedia del Islamar III. Ahora se ha visto envuelto en una aventura cinematográfica mucho más profusa. La costa atlántica española es tierra de tsunamis, a lo largo de la historia estos hechos se han repetido con cierta asiduidad, no cabe duda alguna, el tsunami volverá a ser protagonista de la historia en estas costas, la clave está en averiguar el momento y en poner los medios para evitar una tragedia en la medida de lo posible.
Hoy por hoy, con los medios de los que disponemos, un tsunami como el arrasó Huelva en 1755 podría dejar hasta 112.000 víctimas, es lo que señala el estudio de 'Simulación de daños en la Costa Occidental de Huelva como consecuencia de tsunami', realizado por Emilio Carreño, del Instituto Geográfico Nacional y Alberto Seller, Ingeniero del Ministerio de Defensa. Este estudio fue una de las claves que impulsó a Fernando Arroyo a hacer este documental, no con la idea de alertar a nadie, si no con la de hacer una labor didáctica y divulgativa. Con pocos medios, la tragedia se puede evitar y ahí es adonde se dirige este documental, a concienciar de que la gran ola es real y a saber que no es tan difícil enfrentarse a ella.
El riesgo real de la llegada de un tsunami a las costas de Huelva
No le quepa la menor duda, el tsunami llegará tarde o temprano. No es una previsión, es una evidencia científica. El cuándo es mucho más difícil precisarlo. La teoría que tiene en cuenta el periodo de retorno de los terremotos, analiza que por el histórico de los seísmos de la zona estaríamos ya en riesgo, ya que ese periodo de retorno estaría en torno a los 200 años y ya van 265 desde el último tsunami. Sin embargo, el propio director de cine señala que "no hay unanimidad respecto a este tema, porque no se saben todos los datos para una estadística fiable", la otra teoría aborda que dado que en el último terremoto se alivió la tensión de la falla en gran medida hay corrientes científicas que señalarían que no se volvería a generar hasta los 1.500 años, algo que en opinión de Fernando Arroyo "tampoco es cierto si tenemos en cuenta el pasado sísmico de la zona y vemos el catálogo europeo de tsunamis". Arroyo señala como clave que sólo se tiene un cuenta una de las fallas pero hay otras que podrían afectarnos y cuya tensión no se ha podido medir porque están a demasiada profundidad.
Lo que se ha hecho para evitar la tragedia y lo que aún nos queda por hacer
Ya existe, España cuenta con un sistema de alerta de tsunamis desde el año 2015 y que implantaron desde el Instituto Geográfico Nacional y el Instituto Español de Oceanografía. No es un sistema perfecto, podría ser mejor si se invirtiera más dinero ya que no puede confirmar la envergadura de la ola hasta que no llega a la Costa, pero al menos está implantado. Lo otro que se ha hecho es la publicación por parte del Gobierno de una directriz básica de planificación de protección civil ante el riesgo sísmico, pero como su propio nombre indica es una directriz básica. Esta debería ser ahora negociada y adaptada primero a cada comunidad autónoma y luego a cada ayuntaamiento, para coordinar a los efectivos de emergencias y protección civil.
Lo que queda por hacer entonces es... "todo, el sistema de detección te puede dar unos minutos pero a partir de ahí, ¿Cómo se lo comunicar a la gente?, lo que hay que hacer es concienciar a la gente hacer una labor educativa". Lo que propone Fernando Arroyo para salvar nuestras vidas es que desde las escuelas en cada municipio se hagan jornadas anualmente para informar sobre los riesgos de un tsunami y sobre qué hacer; que se genere debate en los municipios y que se señalicen los puntos de seguridad y se fijen itinerarios de emergencia. El ejemplo: "un japonés sabe perfectamente que si viene un tsunami, no tiene que ir a recoger a su hijo a la guardería por que los centros educativos tienen sus propios protocolos y en su lugar debe buscar la torre de evacuación más cercana, sabe qué tiene que hacer porque se lo han explicado".
No hay que irse a Japón, sin embargo, para ver ejemplos, la localidad portuguesa de Lagos ya trabaja en este sentido. Es algo que se debe hacer desde el ámbito local y es "un asunto que se resuelve con muy poco dinero", hay que hacer rutas de evacuación y marcarlas con cartelería. Por poner un ejemplo, ir a los colegios de Punta Umbría y señalarles que en caso de tsunami tienen que dirigirse a El Cerrito y señalar flechas en varios puntos que indiquen hacia donde ir, "es fácil de hacer, sólo hace falta voluntad".
Un falso mito: "No perjudica al turismo"
Fernando Arroyo quiere quitarse etiquetas, el documental La Gran Ola, "no es alarmista" en cualquier caso admite que "el trailer puede serlo" pero cuando se ha proyectado en el reciente Festival de Málaga "no he visto gente asustada, sí a gente con curiosidad y haciendo preguntas", para despejar dudas, el Ministerio de Cultura lo ha dado como apto para todos los públicos, cuando en este tipo de cine que habla sobre catástrofes "a la mínima te coloca la etiqueta de mayores de 18, nosotros le pedimos la de 12 y nos ha concedido la de todos los públicos eso da fe de que no es alarmista.
Otro de las falsedades, a juicio de Arroyo, que se han dicho sobre este documental, es que podría perjudicar al turismo. "Lagos (Portugal) tiene cartelería de alerta de tsunamis y al lado ves a cientos de personas en las playas, cada uno va a donde quiere e informarse es positivo, lo que siembra dudas es que no se informe, ¿perjudica al turismo que un avión de pasajeros tenga cinturones de seguridad?, lo único que perjudica al turismo es que no se quiera decir la verdad".
No hace falta un tsunami de gran intensidad para una catástrofe
Algunos teóricos se agarran a que de los 18 tsunamis que se han generado en el Golfo de Cádiz según el catálogo europeo de tsunamis, entre los años 300 A.C. y la actualidad solo dos fueron especialmente catastróficos: el de 1.531 y el de 1.755, sin embargo, aunque esto sea así, no hay que fiarlo todo a la intensidad. "Es verdad que esos grandes tsunamis tenían olas de hasta cinco metros de altura cuando llegaron a tierra, pero es que una ola de dos metros y medio te mata igual, un tsunami de menor tamaño que el último de Lisboa puede ser igual de mortifero o casi igual, hay que tener esto en cuenta".
El éxito del documental antes del estreno
El documental está teniendo una gran acogida allá donde se ha previsualizado. Acaba de pasar por el Festival de Málaga donde ha tenido una gran acogida, y en la redes sociales la mayoría de la gente lo ha recibido con entusiasmo. Medios de comunicación nacional también se han hecho cargo de difundir la señal de alerta de esta documental, ha tenido "una maravillosa aceptación".
No es para menos, en el documental han participado desde los principales responsables del sistema de vigilancia tanto de España como de Portugal, especialistas en paleotsunami de toda Europa, además de la protagonista del documental, María Belón, la doctora conocida por sobrevivir al Terremoto del Oceano Índico de 2004, cuando estaba de vacaciones en Tailandia con su marido Enrique Álvarez (Quique) y sus tres hijos Lucas, Simón y Tomás. Ella resultó gravemente herida en el tsunami y casi muere. Su historia sirvió de inspiración para 'Lo imposible'.
El espejo de 'Lo Imposible'
Fernando Arroyo no reniega de la película que ficciona los acontecimientos del tsunami de 2004, el tira de la María Belón verdadera en lugar de recurrir a Naomi Watts (que recibió la nominación al Oscar por esta actuación), en cualquier caso señala que la película le gustó, y más ahora que ha conocido a los personajes de verdad. "Lo imposible se queda corto, nada de lo que dice Lo imposible es mentira, me encantó la película, a mí y a mucha gente, por algo es la más taquillera que tiene España hasta el momento".
