Resignación por Cristo muerto y por una Semana Santa de Huelva que se va

El ingente cortejo de la Hermandad del Sagrado Descendimiento ha protagonizado un solemne recorrido con sabor amargo de colofón

Desde la Parroquia Mayor de San Pedro, a las 19.00 horas partía rumbo a la Parroquia de la Purísima Concepción, a realizar su Estación de Penitencia, la Hermandad del Sagrado Descendimiento. Se trata de una Hermandad que ha gozado de unos últimos años florecientes consiguiendo grandes metas en aspectos tanto humanos como patrimoniales.

En el aspecto humano, la Hermandad ha conseguido instaurar ese sentimiento de orgullo y pertenencia a una cofradía que siempre dejó presa muchas miradas dirigidas a la Cruz y que hoy se veían vestidas con el hábito de nazareno, ampliando el cortejo con respecto al año anterior. Y en el aspecto patrimonial se estrenaba en esta ocasión la bambalina trasera del paso de palio de María Stma. en la Resignación de sus Dolores, ejecutadas por Josefa Maya bajo el diseño de Enrique Bendala. Infinitas puntadas de hilos de oro sacadas de unos Hermanos que con mucho esfuerzo alzaban a los cielos a la devoción de muchos cofrades discretos.

La Hermandad a los sones de la Banda de Cornetas y Tambores Stmo. Cristo de la Expiración de Huelva en el misterio y de la Banda de Música del Liceo de Moguer en el palio, recorrían las calles de una ciudad apagada ya por la tristeza de un Señor que muere y una Semana Santa que se escapa.