Primavera y el renacer del vivir y la pasión

Todo se transforma en esta estación. Esa luz especial, esos colores que reaniman. La oportunidad de reinventarse.

Ya llega la primavera, inspiración de tantos poetas, explosión de luz y color. Naranjas, verdes, azules, oro, blanco, azahares, naranjos en flor. Presagio y anticipo del verano a nivel estacional y a nivel vital, estimulando los sentidos. No en vano, se produce el zénit del nivel hormonal, creando sentimientos desconocidos, ilusiones nuevas que energizan el cuerpo y el alma. La luz y el colorido del paisaje se dibujan y quedan fotografiados a nivel mental como una terapia de positividad, constituyendo esta dualidad y paralelismo a nivel cerebral y paisajístico la mejor salud. La fuerza y el poder de uno mismo para realizar proyectos con éxito.

CONFIANZA en el límite máximo, etapa intermedia entre el letargo del invierno y la oscuridad y puente hacia la etapa estival, el sol, el calor. Parecen surgir fuentes de agua cristalina, limpia, pura, que limpia, arrastra todo lo antiguo y caduco para instaurarse una nueva era, una nueva etapa.

Uno se enamora y se reenamora, llega la pasión antes dormida como un soplo de aire fresco, se inventa y reinventa la vida con un amor que nos hace libres como el viento viviendo sensaciones desconocidas y olvidadas o jamás  percibidas. Brotando ideas y esquemas nuevos que nos llenan y sacian nuestras expectativas.

Todo pasa, todo llega, nada se estanca. Caminar caminando para llegar a una meta, un punto de partida y un punto de llegada. Naturaleza en estado puro y potencialidad de nuestra naturaleza o personalidad  con esa fuerza inherente a cada uno de nosotros. El ambiente es un medio. Sólo tu eres el artífice del milagro de tus pensamientos

María Pilar Enjamio Furelos. Psicólogo