jueves. 18.04.2024
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Okupa a los 84 años: "De aquí no me sacan si no me arrastra la Policía o me pegan dos tiros"

El abuelo Carlos asegura que aguantará hasta las últimas consecuencias en su nuevo hogar y que solo saldrá de allí a costa de la Policía Nacional
Okupa a los 84 años: "De aquí no me sacan si no me arrastra la Policía o me pegan dos tiros"

Carlos, el ya conocido como abuelo Okupa de Santa Lucía, lo tiene claro. En apenas 48 hora ha pasado de perder prácticamente todo a ganar multitud de solidaridad. De ver su hogar de toda la vida reducido a cenizas a vivir en una casa completamente nueva y 'casi' suya, Carlos es el abuelo Okupa en su propia vivienda, en la que la Junta de Andalucía un día llegó a darle propiedad, pero nunca las llaves, uno de esos extraños casos en los que la burocracia hace la vida inaccesible. Él, sus nietos en realidad, decidieron que una vida justa y plena estaba solamente a golpe de romper un candado, y rompieron con el sistema, con lo impuesto, porque saben que por justicia ese hogar les correspondía...las consecuencias vendrán después, pero Carlos, lo tiene claro: "De aquí no me sacan si no me arrastra la Policía o me pegan dos tiros".

Carlos junto a su pareja, vivía en la calle Cristo de la Navidad, como de toda la vida. Su vivienda alegal junto a las marismas, nunca había sido del todo confortable, para la mayoría de los mortales, hubiera sido considerada una infravivienda, pero se las apañaba a la espera de una promesa de vivir mejor los últimos días de su vida. Tenían una vivienda adjudicada por el Casa por casa de Santa Lucía y algún día les llegaría la oportunidad, pero todo se precipitó el día que su vivienda salió ardiendo: "fue una rata, eso no dijo el jefe de bomberos, había roído los cables y poco a poco empezó a prender, cuando salieron la llamas, yo estaba fuera con mi mujer, comprando en la fábrica de harina, cuando me llamaron para decirme que mi casa estaba ardiendo, la había dejado hace diez minutos, no me lo podía creer".

Una vez que comprobó los daños vio que "lo habíamos perdido casi todo", entonces fue cuando empezó a llegar la solidaridad, bolsas de comida, ropa de los vecinos, pero sobre todo la decisión de sus nietos "mi abuelo no duerme hoy en un albergue si tiene adjudicada una casa" y allá se fueron y rompieron un candado y viven allí "aunque el ayuntamiento todavía no nos deja meter los muebles, pero yo espero que se llegue pronto a una solución, porque tengo los papeles y me dice que el número 15 de estas casas es la mía".

"SI HAY UN PROBLEMA CON EL DINERO, QUE LO SOLUCIONEN ELLOS"

Carlos, a dura penas puede comprender que el cambio de casa y la subvención extraordinaria que le concede la junta para poder vivir allí, tiene un pero, el pago de impuestos que tiene la domiciliación legal y que puede ascender a 15.000 euros, cantidades que, aseguran, ellos no disponen, "el trato era el de una casa por otra, si hay problema con el dinero que lo solucionen entre ellos, asevera".

El caso es que Carlos ha puesto en jaque a la administración, la gratuidad total, sin los impuestos correspondientes, contraviene la ley, un lujo que ninguna administración se puede permitir, pero echar a un anciano de una vivienda tras haber sufrido un incendio, tampoco es un trago de buen gusto para la imagen de la Junta de Andalucía y de ello, es consciente este anciano, "somos 100 vecinos los del casa por casa, pero si preguntas por el barrio somos 300 o más los que estamos en contra de Susana Díaz" asegura.

A la espera de respuestas, Carlos tiene la solidaridad de los suyos que han montado en la zona el campamento del abuelo carlos, donde los vecinos están vigilantes para que la policía no actúe y los eche de su nuevo hogar. Desde el primer momento, él está dispuesto a resistir y con ellos mucha gente "hay muy buena gente conmigo aquí y me ha ayudado, es lo mejor que me ha pasado".