Muñecos 'reborn'. ¿Obsesión o fobia a la realidad?

Desequilibrios y carencias afectivas, soledad y abandono. La moda de los bebés hiperrealistas esconde problemas psicológicos que no deben pasarse por alto.

Los denominados muñecos renacidos con una morfología, sensación táctil y aspecto, algunos de ellos simulando el latido cardiaco y la succión del chupete, provocan escalofrío simulando un bebé real de carne y hueso con un precio de 200 euros a 6.000. Sin negar su valor como obra de arte o de colección, ha descubierto mucho más allá de todo eso el aspecto brutal de los mayores desequilibrios y carencias afectivas .Soledad, abandono, olvidando que cada etapa debe ser superada y sustituirse por otra sin anclarse en el pasado como una especie de regresión a la etapa infantil cuando se jugaba con muñecas olvidándose de otras problemáticas. Mujeres que crean la propia habitación de estos muñecos, los bañan, los visten, le cantan nanas, les compran su silla de paseo, los llevan en brazos a la calle. Denotan dos términos psicológicos muy importantes y aunados,OBSESIÓN, convirtiéndolo en centro de su vida y bienestar, y FOBIA, o miedo a enfrentarse a una realidad que duele profundamente pero debe superarse como parte de un proceso adaptativo que hay que superar gradualmente. Recuerdo una joven había abortado y su sentimiento culpabilidad llevó a crear una psicosis, creyendo que el muñeco era su hijo real, que no había nacido, una confusión de identidades. Madres con superprotección sobre su hijo han creado mentalmente dos enemigos, hijo y nuera, creyendo sentirse abandonadas no soportando vida independiente de su hijo ni los argumentos de éste, creando un muñeco con el rostro de su hijo de bebé cuando solo la necesitaba a ella y con el efecto pseudo terapéutico de alguien no habla y no rechista, dominando ella la situación. Sí puedo hallarle utilidad en dos campos ,en las prácticas de a uxiliar pediatría para saber más acerca cuidado bebés o en el terreno de esa enfermedad tan desconocida como es el Alzheimer, quizás el rostro de su bebé de antaño pueda estimular los recuerdos y anular ciertas lagunas de memoria  y energizar zonas cerebrales dormidas. La vida es éxito, fracaso, movimiento, vivencias reales, auténticas, y ahí demostramos nuestra resilencia o capacidad de resistencia a la frustración, la desaparición de una etapa dará paso a nuevas vías gratificantes y que nos harán más fuertes y no cada vez más incapacitados dejando las muñecas para los juegos infantiles  y que los recordemos como anécdotas. Yo jugaba a ser cirujano, mi hermana se había roto tendón de Aquiles y fue operada, me quedé sola en casa y quise reconstruir la operación, le hice un corte, la cosí y la embadurné de cromo manchando toda la madera para disgusto de mi madre, pero tenía 6 años, no 40 ni 50, y me río con su recuerdo. No juguemos a muñecos o los muñecos jugarán con nosotros.

María Pilar Enjamio Furelos. Psicólogo