Mazagón, octubre de 1991: Stephen Hawking, el tiempo, Dios y el reto del Universo

El físico teórico Stephen Hawking ha fallecido a los 76 años en su casa en Cambridge. Nos deja un tanto huérfanos. Sin tiempo. La ELA le hizo perder el control de su cuerpo pero no pudo con su mente prodigiosa. El autor de Breve historia del tiempo está considerado como una de las diez personas más inteligentes del planeta. Ocupó en la Universidad de Cambridge la misma cátedra de Matemáticas en la que impartió clases Isaac Newton. Durante la celebración de su 70 cumpleaños, Hawking dijo: "He vivido con la perspectiva de una muerte prematura durante los últimos 49 años. No tengo miedo a morir, pero no tengo prisa. He disfrutado de cada momento y tengo tantas cosas que hacer antes..."
Veintisiete años antes. En octubre de 1991 Mazagón acogió un encuentro internacional de físicos donde cambiaron muchas cosas para la ciencia. Aquel evento de máximo nivel mundial fue organizado por el astrofísico Juan Pérez Mercader con el patrocinio de la OTAN y la Fundación Banco Bilbao Vizcaya, junto a especialistas del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y el Laboratorio Nacional de Los Álamos. Al congreso asistió Stephen Hawking. Mercader confesaría después que fue la cercanía y el disfrute del Parque Nacional de Doñana lo que convenció y atrajo a los grandes de la ciencia mundial hasta allí.
Cuando se celebró el II Taller sobre el tiempo, que fue el título del evento mundial, hacía nada menos que 25 años que no se producía una cumbre de físicos para revisar lo que se sabía del tiempo, la cosmología, el origen y la evolución del Universo. La presencia de Hawking le dio una enorme dimensión y repercusión a lo que allí se dijo. Pero qué dijo Hawking en Huelva, un científico vitalista y con un gran sentido del humor al que le gustaba el brandy Luis Felipe, que removió muchos cimientos desde Mazagón hasta Londres.
Sobre el futuro del universo hizo un vaticinio: “Se expandirá por un tiempo muy largo y luego se contraerá en lo que los científicos denominan el Big Crunch (gran estrujón)”. El físico reconocía los riesgos de hacer vaticinios sobre el futuro del universo dentro de millones de años porque “cuando llegue ese momento ya no estaré aquí”. Llevaba razón. Ya se ha ido el Stephen Hawking que pensaba entonces que “las leyes de la física sirven para predecir el universo, pero por un corto espacio de tiempo, porque después aparecen inestabilidades”. Algo así como la información meteorológica más allá del quinto día.
No se olvidó de Dios, el gran estratega en el Cosmos, en el Universo. Allí, sentado en una silla de ruedas y asistido por el joven Jonathan Brenckley, su voz, sus manos, reconoció que “Dios era necesario en un principio para dar inicio al Universo. Ahora las leyes de la física permiten entender la evolución del universo, tanto desde su principio como de su previsible fin. Sin embargo, esto no prueba que Dios no existe”. “Einstein se equivocaba cuando decía que ‘Dios no juega a los dados con el universo’. Considerando las hipótesis de los agujeros negros, Dios no solo juega a los dados con el universo: a veces los arroja donde no podemos verlos”, diría después. O esta otra sentencia de tinte divino: “Dado que existe una ley como la de la gravedad, el Universo pudo y se creó de la nada. La creación espontánea es la razón de que haya algo en lugar de nada, es la razón por la que existe el Universo, de que existamos. No es necesario invocar a Dios como el que encendió la mecha y creó el Universo”.
Cuando vino al Parador de Mazagón le molestaba tanta popularidad aunque sacrificaba esa percepción para conseguir un objetivo: quería contribuir a que la ciencia fuera popular y llegara a la calle.
El Taller sobre los orígenes físicos de la asimetría del tiempo nos regaló a un Stephen Hawking inédito, admirado, una figura engrandecida por la historia, ensimismada en encontrar explicaciones y sentido al origen y fin. De dónde venimos y adónde vamos. Quarks, agujeros negros fueron conceptos explicados también por el Nobel Murray Gell-Mann en Mazagón.
Cómo encontrar el destino porque el tiempo solo fluye en un sentido. El viaje vital se produce hacia la vejez. No es posible viajar hacia la juventud cuando ya se ha rebasado. Un galimatías, sí. Se puede manipular el tiempo… bueno.
El Stephen Hawking que vino a Huelva también se pronunció sobre la situación internacional con graves conflictos abiertos en Oriente Medio y Africa. “La nueva situación internacional reduce el peligro inmediato de destrucción que existía hasta hace poco y permitirá dedicar la investigación a propuestas más constructivas” y “el conocimiento de la bomba todavía existe, por lo que hay que asegurarse de que éstas no caigan en manos inapropiadas” fueron frases que abordaron su preocupación por la geoestrategia.
Era importante su opinión porque en el Congreso de Mazagón también estaba el científico norteamericano John Wheeler, que participó con Albert Einstein y con Oppenheimer en el Proyecto Manhattan, el origen de la construcción de la bomba atómica que los Estado Unidos lanzaron sobre Japón en le II Guerra Mundial.
Stephen Hawking se ha ido. Antes dejó otra de sus frases que parece anclada en la historia de Huelva: “Si los extraterrestres nos visitaran, ocurriría lo mismo que cuando Cristóbal Colón desembarcó en América y nada salió bien para los nativos americanos”.
Recuerda hoy desde el Department of Earth & Planetary Sciences de la
Harvard University (Departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra de la Universidad de Harvard) el Astrofísico Juan Pérez Mercader que se organizó también una visita a la Diputacion de Huelva, presidida entonces por Domingo Prieto, (organizada junto al Ayuntamiento que dirigía Juan Ceada) durante aquel encuentro de los fisicos en Mazagón. "Fuimos a la Diputacion y de allí a la Peña Flamenca donde Stephen se echó a bailar una sevillanita. Comimos, bebimos, bailamos y convivimos durante unas horas mágicas, y Stephen estuvo de lo más zalamero, al igual que el resto de los participantes". Hawking pudo contemplar los aguafuertes de su admirado José Caballero en el Parador de Mazagón, "donde estaban expuestas de manera sencilla pero muy potente. Luego hubo una excursión a Doñana y una conferencia en la Expo organizada por la FBBVA seguida de una cena con las autoridades de la Expo-92".
En la imagen se puede observar a Stephen Hawking junto a las periodistas Mari Ángeles Puente, Mari Luz Ortega, el alcalde Juan Ceada y la actual secretaria del alcalde onubense, Beatriz Mancha durante su visita a la Peña Flamenca.