Más de ocho años entre ratas y suciedad al acumular una vecina muebles de la calle

Ratas por todas partes, insectos de todo tipo y un olor nauseabundo día y noche. Es la situación que viven los vecinos de un bloque de pisos de la Plaza del Fandango, en Huelva capital, desde hace ya más de ocho años. De acuerdo con la información facilitada por los afectados, una de sus vecinas ha acumulado durante este tiempo todo tipo de muebles y enseres recogidos de la calle, provocando la proliferación de roedores e insectos en el edificio. Los vecinos han tratado de dialogar, sin éxito, en busca de una solución que beneficie a todas las partes implicadas, e incluso han tomado cartas en el asunto y han interpuesto la denuncia pertinente para la limpieza y desinfección del edificio, pero, hasta la fecha, siguen sin respuestas. Esta situación los lleva ya a la desesperación y a no saber qué pasos dar para mejorar su día a día en el bloque.
Según ha informado la presidenta del bloque de viviendas, Alicia Torres, a la redacción de diariodehuelva.es, este problema se produce desde hace más de ocho años, cuando una de sus vecinas comenzó a acumular en su vivienda y en el cuartillo de su propiedad todo tipo de mobiliario recogido de la calle, muebles que, según relata, se encuentran “sucios y con carcoma y pulgas”. Poco a poco, la recogida de enseres “en mal estado” provocó la proliferación de “ratas y todo tipo de insectos en el bloque”, hasta el punto de que estos vecinos pueden llegar a encontrarse “hasta 15 y 20 ratas en un mismo día” que campan por el edificio y a “sufrir las picaduras de insectos”, relata.
A esto se suma el “nauseabundo olor” que padecen los vecinos cada vez que salen de casa. De acuerdo con la información facilitada por la presidenta, la vecina en cuestión vive en el primer piso de un bloque de cuatro plantas y sin ascensor, por lo que casi todos los inquilinos –otras siete familias- se ven obligados a pasar por delante de su vivienda diariamente. Ante el “insoportable olor” a suciedad y ratas, tienen que salir a la calle “tapándose la boca con las manos, con pañuelos o mascarillas”. Además, Torres explica que la vecina de arriba “tuvo que comprar una secadora porque el olor procedente de la vivienda se le quedaba en la ropa que tendía”.
Pero la situación no se queda aquí. Según detalla la afectada, los vecinos se han visto obligados a colocar cables nuevos y a hacer diferentes reparaciones en sus viviendas para reparar los desperfectos ocasionados por las ratas y evitar su entrada en las casas.
A lo largo de los más de ocho años que llevan padeciendo esta situación, los afectados han intentado dialogar en reiteradas ocasiones con la mujer en busca de una solución, pero, hasta la fecha, no han tenido éxito en las comunicaciones e incluso han recibido “amenazas por parte de la vecina”, según cuenta Torres. Por ello, hace tres años, la comunidad optó por tomar cartas en el asunto y poner el caso en conocimiento de las administraciones y del juzgado. Pero, en todo este tiempo, no han logrado que el problema se resuelva: “Ya la asistenta social nos dijo que nuestra vecina padece síndrome de Diógenes, pero ella no suele abrir la puerta a nadie, ni a los responsables de organismos oficiales; además, el Ayuntamiento nos dice que el caso no es de su competencia y nadie nos da una solución”.
Ante esta situación, los vecinos se muestran “desesperados y sin saber qué hacer” y se ven en la tesitura de no invitar a nadie a sus viviendas para evitar que sufran lo mismo que ellos padecen día tras día. “Justo frente a su casa, vive una niña de 4 años, hay más niños en el bloque y las personas con nietos no quieren que ellos vengan por miedo a lo que pueda pasar”, lamenta la presidenta. Por ello, reclaman una pronta solución a su problema y piden la limpieza y desinfección del inmueble para acabar cuanto antes con la situación de insalubridad que padecen.