Los sentimientos son realidades, no virtualidades ni quimeras
Ese anuncio de chocolates donde una niña añora a su ocupado padre, y decide reproducirlo en cartón para estar con él...
No era necesario un anuncio publicitario en TV de chocolates donde una niña espera siempre el instante, el minuto de un padre absorbido por el trabajo y que vive por y para él, y como esa atención, ese abrazo, esa caricia, jamás llegan, toma una decisión y encarga la reproducción de esta persona en cartón, y así siempre estará con ella, en sus quejidos, en sus estudios, en sus éxitos, y cómo no, tambien en sus fracasos y problemas, como esa luz que te guía y consuela. Es un sentir, estoy a tu lado, aquí, ahora y siempre.
Esta publicidad es una llamada de atención al desenfreno de la vida actual, donde prima lo profesional y el status o reconocimiento sobre lo personal, relegándolo a un segundo o acaso un último plano. Cuando será lo que realmente quede cuando todo lo demás se vaya y te des cuenta que estás solo, muy solo, y sin posibilidad de retroceso, de marcha atrás.
Un exceso de actividad puede tener origen también en un trauma, un querer olvidar. A su vez un gran vacío en el alma que intenta suplirse con la ocupación de la mente para que vaya por otros derroteros y que en el fondo denotan miedo, cobardía ante un reto personal al que deberían lanzarse y sin embargo huyen no sabiendo son peores las consecuencias de una huida de culpabilidades posteriores que un enfrentamiento a algo que tendrá fluctuaciones, pero crecerá y eso es el sentimiento verdadero no una máquina ni una actividad ni reducirse a un frío mensaje o whatsapps de cómodo anclaje pero nula sensación.
Lo absurdo de dos personas en una misma sala enviándose whatsapps es suficiente descripción de algo que además puede constituirse en adicción. Nunca será comparable lo imaginado con el tacto, el beso, la caricia, el abrazo que te descubre lo maravilloso de una persona convirtiéndola en prioridad en tu vida. Una puesta de sol, un anochecer en una playa recóndita, un posar mi cabeza en tu hombro, un unir tu mejilla a la mía, locuras compartidas frente a virtualidades.
Cuando la quimera se anula, se crea la más bella canción. Bravo por los anuncios capaces de inspirar las más bonitas realidades y la conversión de sueños en realidades.
María Pilar Enjamio Furelos. Psicólogo
