sábado. 27.07.2024
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Los empedrados decorativos forman parte destacada del patrimonio serrano

Aún se mantienen estilos, formas y maestros que dan vida a este pilar de la identidad comarcal
Los empedrados decorativos forman parte destacada del patrimonio serrano

La artesanía en la Sierra abarca muchos ámbitos. No sólo la alfarería, la cestería o la ebanistería forman parte del patrimonio serrano, sino que también el arte y el buen hacer de sus habitantes se extiende a otras áreas como el empedrado, una práctica con orígenes en tiempos romanos. Las calles de cualquiera de los pueblos son verdaderas alfombras pétreas que muestran la profesionalidad de los empedradores de la tierra, que han hecho de sus vías de comunicación una manifestación artística. Al viario habitual por el que circulaban burros y vecinos, hoy ocupado mayoritariamente por vehículos, se suman empedrados decorativos que ocupan lugares emblemáticos en las calles.

En su construcción se empleaban guijarros y piedras comunes que eran combinadas para formar diseños ordenándolas de acuerdo a su tamaño, forma, color y textura. Papel principal tenían las maestras, líneas que enmarcaban cada cajón y cada trozo lineal de la calle.

Normalmente se empleaban piedras de canteras cercanas a la población, de forma que se diferencian los empedrados serranos de otros elaborados con piedras ya gastadas o redondeadas, o de los habituales en el vecino Portugal. En este sentido, las de Navahermosa y  Fuenteheridossurtieron de muchos materiales para la elaboración de estos collages pétreos. Otros componentes imprescindibles eran los ripios de color oscuro que aportaban diversas tonalidades al empedrado.

Esta modalidad daba prestigio a diversos lugares, de modo que las plazas y lugares señeros de las localidades quedaban realzadas con la creatividad empedradora de verdaderos expertos en la materia, curtidos en el aprendizaje autodidacta, como Francisco Sánchez Vargas, en Almonaster.

Tanto dentro como fuera de las puertas de acceso a las casas, se ubican numerosos cuadros adornados con piedras de diversas tonalidades. Los exteriores forman los famosos ‘llanos’, que todavía se conservan en algunas localidades, como en Linares de la Sierra.

Sus motivos decorativos son muy diversos, como ya estudiase el añorado profesor José María Medianero. Los hay vegetales, geométricos, figurativos, indicativos de la profesión del morador de la vivienda, animales o astronómicos, entre otras modalidades.

Además, estas elaboraciones constructivas daban respuesta a las necesidades funcionales de los antiguos serranos. En muchas viviendas, suponían el primer paso para lo que constituía un extenso corredor empedrado que facilitaba el acceso de las caballerías hasta el fondo de la vivienda, donde se encontraban habitualmente las cuadras y establos. Por ello, los artesanos serranos se esmeraban en la decoración del zaguán, inicio del pasillo hasta las cuadras, conformando una pieza de la casa especialmente importante, por ser la de entrada al hogar, que debía mostrar características especiales.

Cuando los pueblos de la zona comenzaron a evolucionar en su nuevo diseño urbano, en torno a los años 70 y 80 del siglo pasado, aparecieron las aceras, hasta entonces desconocidas en muchas calles de la comarca. En aquellos momentos se eliminaron gran cantidad de ‘llanos’, que fueron sustituidos por el acerado destinado al tránsito de peatones.

Fue el tristemente desaparecido investigador el que publicó un magnífico estudio editado en 1997 por la Diputación de Huelva dedicado a los empedrados decorativos de la comarca. Incluso fue él el que convenció a algunos vecinos para que no eliminasen sus empedrados interiores, ante la molestia de tener que limpiarlos y adecentarlos a diario.

A pesar de que el falso modernismo ha borrado estos empedrados de muchas de nuestras casas, todavía hay numerosos ejemplos de esta labor en la que han sobresalido los empedradores serranos. Las calles serranas han recibido remodelaciones en las que se han mantenido los empedrados, conscientes de que forman parte de la identidad de nuestros pueblos. Los planes de empleo han reforzado esta forma de alfombrar las vías urbanas, recurriendo a maestros empedradores y dando entrada en este oficio a la mujer serrana, quien ha aportado también su creatividad y capacidad.

Últimamente han destacado iniciativas protectoras y difusoras de este arte popular, no sólo desde la iniciativa privada sino también desde las instituciones, y prácticamente todos los municipios han recuperado estas prácticas para embellecer sus calles con escudos municipales, inscripciones conmemorativas o motivos decorativos.

Así lo hizo hace unos años el Ayuntamiento de Cortegana, cuando instaló trozos de empedrados en las puertas de las casas con contenidos relacionados con sus moradores. Más recientemente, el Ayuntamiento de Santa Anal la Real ha editado un folleto repleto de imágenes con los empedrados de sus calles, de diversidad estética, con formas circulares, de damero, poligonales o con formas florales. Todo este patrimonio ha quedado reflejado en una iniciativa de la Asociación Cultural Lieva, apoyada por la Diputación Provincial de Huelva, que ha consistido en una nueva edición de 'La Taberna Cultural', programación que ha incluido un nuevo número de su revista cultural ‘La Regaera’, y una exposición con fotografías que muestra este arte de los empedrados decorativos que aún pervive en Galaroza y otros pueblos serranos.