La soledad de nuestros mayores en Navidad

María Pilar Enjamio. Psicóloga.
Tristemente alguien se acordará y hará un recuento de sus actividades en estas fiestas navideñas al leer esto. Vorágine de compras, regalos, y algún mayor como un mueble más, sentado y en ocasiones con exceso de medicación para no escuchar su lamento o su queja, ya que priman los preparativos y si no surgen interferencias mejor. Hace poco he visto a una anciana adormilada y, a pesar de decirme "no te escucha, ni abre los ojos", yo la besé en la frente y sí abrió los ojos y apretó mis manos y sonrió y esa sonrisa para mí fue un regalo, devolviéndole otra al instante. Debería estar escrita de forma perenne en la memoria quién te dio la vida y es la responsable de que vivas, bien o mal según tus errores o aciertos, según tus circunstancias, la que dejó de comer fruta para dártela a ti, la que no compró un vestido para que tu realizases mejores estudios y que tendría que ser la Reina o el Rey de tu casa. Visitas de protocolo a los que viven en residencias, en un entorno que no es el suyo traspasando todo a los cuidadores. Nos olvidamos también de esa caricia y ese abrazo a alguien que siempre fue cercano a nosotros y nos hará olvidar instantes de dolor, de hacerle participe de nuestro brindis aunque la copa lleve agua, que sienta con una mirada, con un gesto de tomar su mano, el aquí estoy contigo. Está claro mi pensamiento de las residencias y geriátricos como última opción y en personas dependientes, y más que la aceptación o rechazo de mis afirmaciones prima mi concepto vital de calidad, bienestar y felicidad del mayor. Hemos comprobado lo inadecuado de separar del entorno vital de recuerdos y vivencias, porque en ocasiones al hacerlo se le destruyó la escasa vida que le quedaba o empeoró en sus problemas físicos, que a su vez conllevaron a problemas psíquicos y de despersonalización y desorientación, algo intolerable en el final de la vida y donde prima el egoísmo de otros. Por ello deberíamos aprender de su sapiencia y sabiduría y de que nos dieron AMOR con mayúsculas. En la actualidad, el anciano no está solo en casa, existen iniciativas exitosas como 'Xantar na Casa', es decir 'Comer en casa' con un catering de comidas semanales controladas por biólogos y expertos con los nutrientes equilibrados y necesarios en una alimentación sana, además de acompañamiento en casa, y todas las opciones positivas deben explorarse y aplicarse al comprobar su eficacia pensando no en el entorno sino en el que vivirá un ambiente de salud o precariedad exclusivamente él, y no otro a lo que se añade la indefensión e imposibilidad de vuelta atrás de todo un sistema y engranaje creado por otros que ciertamente no vivirán, serán ajenos a este hábitat. Por ello, el primer brindis de este año es por nuestros mayores que tanto nos escuchan. Por una vez, escuchémosles nosotros a ellos.