La gran paradoja: virtualidad e incomunicación

Pilar Enjamio aborda una realidad propiciada con las nuevas tecnologías. Las relaciones virtuales basadas en una foto, en una frase, en una interpretación, en perjuicio de aquéllas de carne y hueso. Ceros y unos que transfiguran el amor.
Las denominadas redes sociales e internet se han instalado en nuestras vidas como una herramienta vital de información inmediata, interrelación profesional amén de conocimiento y pertenencia a grupos afines de pensamiento y con gustos similares intercambiando ideas,información pero también es un abanico de oportunidades a personas con problemas emocionales no resueltos que incapacitan sus relaciones y ven en la red su única vía confundiéndola con la vida real quedando atrapadas en esa virtualidad y lo que en principio es enriquecedor la exploración de nuevos espacios al final se convierte en doble frustración y la luz, el destello inicial no es más que un espejismo una irrealidad jamás hablar con una máquina sustituirá las relaciones de tú a tú,el abrazo, la caricia, el contacto con la piel, con la persona real y no imaginaria. En ocasiones despierta patologías ocultas o las acrecenta, agudiza al vivir o sentir irrealidades sin nexos, sin conexiones aparentes. Es muy fácil entablar relaciones en el chat, no hay asunción de compromiso,la relación puede romperse unilateralmente y sin previo aviso. Esa facilidad de entablar relaciones con quien no ves, con quien no has visto jamás y quizás nunca lo verás ni conocerás el sonido de su voz concluye y saca a la luz INSEGURIDAD y más INSEGURIDAD en varias vertientes de la vida ,traumas del pasado a los que no hay atrevimiento a enfrentarse más que con la cara tapada y a través de un mecanismo de desplazamiento enfrentándonos por escrito y no frente a frente porque nos intimidaría a esa persona sustituta de quién hizo tanto daño pero hacia la cual si existe el atrevimiento y en la mente se vive como retar a los miedos del pasado.
En el espejo no se ve reflejada la nueva persona, sí la que existió en esa franja de vida que causó dolor. Muchas de las relaciones iniciadas en el chat se basan en la mentira en tres parcelas como son el aspecto físico, el sexo y la edad, y la realidad las dejaría en evidencia. No existe limitación física por la distancia, la vergüenza, la timidez, el miedo a la ridiculez desaparecen del diccionario y todas estas mentiras llevan a la confusión y a la frustración. Recuerdo una mujer recién divorciada se enamoró de una foto de perfil, de las frases escritas de un caballlero que no resultó ser más que una amiga del pasado que envidiaba aspectos de su vida. Ésta es la más palpable evidencia de que hay que enamorarse de las personas de carne y hueso, no de una fotografía ni de una frase ni de una máquina. LA RED ES UN PLATÓ DE CINE DONDE HAY INNUMERABLES ACTORES que quieren vivir otras vidas y, en una especie de psicodrama, adoptan el papel del otro, pero el problema nace cuando pasa de ser un juego pasajero a no importar el daño al otro de enfrente y pasar de la libertad de un medio como la red que sí es espectacular en muchas vertientes pero también puede convertirse en una esclavitud no consciente y vía libre a comportamientos nada éticos.
María Pilar Enjamio Furelos. Psicólogo