miércoles. 27.08.2025
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La falta de lluvias pone en jaque a la agricultura

Febrero amenaza con convertirse en uno de los meses más secos de la historia. La agricultura agoniza si las precipitaciones no hacen acto de presencia con cierta generosidad en los próximos días. Ningún cultivo escapa a este drama que se cierne sobre la provincia. 
La falta de lluvias pone en jaque a la agricultura

Febrero amenaza con convertirse en uno de los meses más secos de la historia. En este escenario, la agricultura ha comenzado a agonizar sin visos de remisión si  las precipitaciones no hacen acto de presencia con cierta generosidad en los próximos días. Ningún cultivo escapa a este drama que se cierne sobre la provincia. 

La alarma la ha dado el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Vinos, Vinagres y Vino Naranja Condado de Huelva, Manuel Infante, quien ha mostrado su “preocupación” ya que los viñedos han visto “alterados su ciclo vegetativo” iniciando la floración sin que las precipitaciones hagan acto de presencia, algo “para echarse a temblar”. 

Infante señala que incluso las cabañuelas no auguran nada bueno y predicen lluvias en la segunda quincena de abril y mayo, fechas poco beneficiosas para el viñedo dado que, a esas alturas del año el mercurio sobrepasa los treinta grados y unido a las lluvias se produce el caldo ideal para la aparición del mildiu un hongo que parasita la flores de la vid y que en la campaña de 2020 ya causó estragos provocando una caída de más del 50% de la producción. 

En los cereales la situación es más dramática sí cabe.  De no llover en los próximos diez días, la campaña podría irse al traste. Así lo asegura el presidente de la Comunidad de Regantes El Fresno, Angel Gorostidi, quien habla que, por suerte, la Cuenca Tinto, Odiel, Piedras se encuentra a “un 51% de su capacidad”, lo que implica que la situación no sea tan extrema. “Esta situación es una aguja en un pajar. Somos el tuerto en el país de los ciegos” subrayando que, a pesar de la gravedad hídrica que vive el país y sus cuencas hidrográfica, la que les nutre los cultivos de primor tienen garantizados sus recursos para la presente campaña.

     En la Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) las restricciones podrían volverse más severas.

El 15 de febrero está previsto que se celebre la primera Comisión de Desembalses del presente ejercicio y en este sanedrín se tendrá que adoptar medidas pocos populares como la planificación para la campaña de riego. 

     En la comarca de Doñana el drama se vio mitigado con las generosas lluvias registradas a finales de año desde entonces prácticamente no ha caído ni una gota y las previsiones no son nada halagüeñas.

      El propio presidente de la CHG, Joaquín Páez ha insistido sin ambigüedades que “las perspectivas son mala” y que confía en que las previsiones se equivoque aunque los avances meteorológicos sólo confirman los peores pronósticos. Entre tanto desde la Cuenca se han reservado 400 hectómetros cúbicos para garantizar el abastecimiento a lo largo de los dos o tres próximos años. Sin embargo, el riego para la agricultura es otro cantar. 

Precisamente en virtud de ello Páez se ha opuesto siempre al incremento de nuevas hectáreas de riego en el entorno de Doñana subrayando que desde el 2005 en el que se aprobó el Plan de Ordenación Territorial del Ambito de Doñana se puso techo a los regadíos y se puso fin “al incremento de nuevas hectáreas”, no sólo en la provincia de Huelva sino en todas las áreas que afectan al Parque Natural y, por ende, al cordón de protección del Parque.