La cárcel de Huelva cierra el año con la plantilla en pie de guerra
El sindicato Acaip denuncia la "rigidez" y "opacidad" de la dirección, a la que ha denunciado incluso por "acoso laboral".
Desde que tomara las riendas de la cárcel de Huelva, hace ya tres años, el director del centro de La Ribera, Alejandro Zulueta, ha sido objeto de continuadas críticas por parte de los funcionarios de la prisión. El problema, como ocurriera antaño, no es tanto la masificación de la cárcel (aunque hay una población de más de 1.200 reos para un centro para 1.008 reclusos), o los problemas de seguridad (enfrentamientos entre presos y con funcionarios) que marcaron el año 2014. Según ha señalado el sindicato Acaip, mayoritario en el centro penitenciario onubense, este año 2015 ha estado marcado por las continuas zancadillas que ha puesto la dirección a los funcionarios de prisiones.
Desde el sindicato han denunciado no sólo la “falta de respuesta” y sensibilidad por parte de la Subdelegación del Gobierno hacia las reivindicaciones, sino también (y sobre todo) la actitud, cada vez más “rígida”, mantenida por el director. Acaip lamenta los recortes sufridos desde el Gobierno, y asimismo a “opacidad” de la dirección a la hora de responder a reivindicaciones de los trabajadores, como las referidas a la conciliación de la vida familiar y laboral o a la insuficiente cobertura de la relación de puestos de trabajo.
DENUNCIAS. “Son situaciones que se han denunciado”, ha indicado Acaip Huelva, que se refiere en este punto a situaciones concretas de funcionarios “perjudicados” que han denunciado incluso situaciones de “acoso laboral”. La respuesta no ha sido otra que “mirar a otro lado”.
Recuerda Acaip que en La Ribera se da un hecho “insólito”, que el propio director de la prisión sea coordinador de un sindicato, una incongruencia por los intereses en juego, al tiempo que este mismo sindicato también ha denunciado que ni siquiera ha contado con un local para celebrar sus asambleas en plena campaña electoral sindical, viéndose obligados a celebrarlas en los aparcamientos y con sillas de playa.
Concentración frente a la Subdelegación del Gobierno. / Acaip
MOVILIZACIÓN. A principios de mes, Acaip protagonizó una protesta a las puertas de la Subdelegación para denunciar, como se dijo, “el paulatino e inexorable deterioro de las condiciones laborales de los funcionarios” a causa de las medidas impuestas por la dirección. El de Huelva, asegura el sindicato, fue el único centro penitenciario de España en el que no pudieron desarrollarse las protestas convocadas a nivel nacional.
“PERSECUCIÓN”. Acaip habla de una “persecución obsesiva” por parte de la actual dirección, que se ha traducido en un incremento de sanciones a trabajadores en más de un 20% frente al anterior equipo directivo.
SEGURIDAD PRIVADA. Otro de los frentes abiertos por los empleados públicos es el que tiene que ver con la privatización de la seguridad perimetral de la prisión, sustituyendo a la Guardia Civil, que desde siempre ha ejercido esta labor. En este sentido, ha habido casos de “enfrentamientos” entre los propios guardias de seguridad privados. “Ellos se han convertido en los primeros que han dado trabajo a la Guardia Civil”, puntualiza Acaip Huelva. Cuatro agentes privados se han visto implicados en estas trifulcas, situación que también ha sido denunciada a nivel sindical.
PETICIONES. Aún a expensas del cambio de Gobierno tras las elecciones generales, lo más inmediato es la entrada del nuevo ejercicio, y Acaip tiene claro los deseos para el año entrante: “Que haya sentido común, una gestión eficaz, otro clima laboral, y sobre todo diálogo”.