La Huelva cofrade brilla con todo su esplendor en el Domingo de Ramos
(Fotos: Josmi e Iván Garrido)
La Semana Santa ya brilla con luz propia en Huelva, donde miles de onubenses se han echado a la calle desde primeras horas de la tarde para acompañar a las cuatro hermandades que procesionan en este Domingo de Ramos y que harán su Estación de Penitencia pública y unitaria en la Parroquia de la Purísima Concepción, tal y como establecen los Estatutos del Consejo de Hermandades de la capital: la Borriquita, de la Sagrada Cena, los Mutilados y la Redención.
Domingo de Ramos que se iba con gratos recuerdos en la retina y el corazón de miles onubenses que se echaban a la calle con ganas de disfrutar de su esperado día.
Muchos momentos únicos los que se vivieron al paso de las cuatro Hermandades que marcaban la jornada de este Domingo de Ramos. Un día en el que el Señor quiso que las miradas de Huelva fueran encaminadas a él mientras se hacía presente en la ciudad a lomos de una borriquita, en la Sagrada Cena, despojado o con la cruz al hombro.
Día en el que los mayores se hacen niños y los niños son los protagonistas del día. Muchos padres embobados disfrutaban de esa inocente y limpia mirada de sus hijos hacia el Señor y su Madre.
Destacan en la jornada el paso de la Borriquita por la calle La Fuente, la Sagrada Cena por la calle Puebla de Guzmán, los Mutilados por la calle Rodrigo de Triana y la Redención por la calle Manuel Siurot, en los que los onubenses no quisieron perderse el paso de estas Hermandades aportándole ese silencio cargado de sentimientos que sólo los buenos cofrades saben apreciar.
Lamentablemente, aunque si incidentes mayores, hubo que recurrir a la llamada del CECOP ante una disputa que se desarrolló en la plaza Quintero Báez mientras pasaba la Hermandad de la Borriquita saldándose con dos detenidos y el traslado de una señora al Hospital Juan Ramón Jiménez. Dada la diligente y efectiva atención de este nuevo órgano, la calma volvió a reinar de forma rápida ya que se originó un gran nerviosismo y carreras de personas en una zona tan concurrida como ésa.
La jornada se hacía corta y María Stma. Del Rosario lo sabía, no quería entrar, quería quedarse con su gente, con su barrio, por lo que entró casi con una hora de retraso con respecto a la hora que señalaban los itinerarios.
En lo que respecta al tiempo, una jornada soleada en la que los onubenses estrenaban vestimentas primaverales tal y como marca la tradición pero con una bajada de temperatura bastante considerable al caer la noche.
Cuatro hermandades que nos dejaron el mejor de los recuerdos en el día grande.
