Fertiberia, vendida: Y ahora ¿quién paga la restauración de las balsas de fosfoyesos?

La Comunidad Europea ha dado finalmente el plácet a la compra de Fertiberia por parte del Fondo de capital germano-sueco Triton. No ven conflictos de competencia las autoridades comunitarias. La operación se ha valorado en 200 millones de euros, según las fuentes financieras publicadas.
Con esta operación Fertiberia y el Grupo Villar Mir ganan tiempo y regatean la condena judicial que le obliga a restaurar las marismas de Huelva después de cuatro décadas de vertidos indiscriminados de fosfoyesos a la ría.
La operación financiera con el Fondo Triton no aclara quién pagará finalmente los 65 millones de euros correspondientes al aval necesario para garantizar el cumplimiento de su responsabilidad con la restauración, recuperación y descontaminación de las marismas del Tinto.
La aprobación de la operación por parte de las autoridades europeas se adelanta a la decisión del Gobierno de España de dar luz verde o rechazar el plan de restauración, tapado y sellado de los fosfoyesos presentado por Fertiberia hace años y cuyo proyecto definitivo se anunció para el pasado mes de septiembre. Un plan que ha recibido cientos de alegaciones por parte de la Junta de Andalucía, Ayuntamiento de Huelva, organizaciones ecologistas, particulares y el colectivo científico de la Universidad de Huelva.
Precisamente las alegaciones de más peso han sido presentadas por el colectivo científico de la UHU. Exigen la retirada del uranio y otros metales pesados de la balsa ubicada en la Zona 3 antes de proceder al sellado de las mismas como propone Fertiberia.
Las continuas filtraciones a la Ría de Huelva y las emisiones al aire procedentes de los residuos tóxicos y peligrosos como cadmio, arsénico y un largo etcétera han sido otras de las advertencias de la comunidad científica en todos estos años de incumplimientos y retrasos en la obediencia debida a la sentencia. Un texto judicial que obliga a restaurar una zona que se ubica a 500 metros del casco urbano de Huelva y garantizar la salud de los más de 200.000 habitantes del entorno y del medio ambiente.
La venta de Fertiberia por valor de 200 millones de euros a Triton deja en el aire quién costeará finalmente la restauración de los fosfoyesos porque después de realizar esta valoración resulta cuando menos llamativo que la empresa o el fondo costeen no ya los 65 o 70 millones del aval o el plan de restauración sino los 2.500 millones de euros en los que la Junta de Andalucía valoró la retirada de los 120 millones de toneladas de residuos tóxicos vertidos a la Ría de Huelva durante cuarenta años.
No se conoce la letra pequeña del acuerdo firmado entre Triton y el endeudado Grupo Villar Mir ni las cláusulas especiales que contienen este tipo de transacciones, pero difícilmente un comprador admitiría pagar 200 millones de euros por una empresa que al margen de la deuda que acumula debe hacer frente a la financiación de un plan de restauración que la misma Fertiberia ha valorado en 70 millones de euros. Y cuando el mismo Grupo de Villar Mir debe 102 millones a Fertiberia. Un galimatías. Un baile de deudas, cifras y traspasos entre firmas empresariales que pueden asestar un duro golpe al Plan de Restauración de los Fosfoyesos de Huelva.
Fertiberia niega la mayor. Y antes de que la UE aprobara la operación ya dijo que la venta de la compañía de fertilizantes no afectaría en absoluto al plan de recuperación de las balsas de fosfoyesos.
De momento, Fertiberia fijó para el pasado mes de septiembre la fecha de presentación de su plan definitivo para recuperar las balsas de residuos. No ha cumplido. Y la constructora, OHL, su matriz, está en descomposición, vendiendo activos y buscando socios capitalistas para mantenerse a flote.
En sus centros de Huelva y Palos da empleo a unos 260 trabajadores. Los sindicatos se han quejado de que la compañía no les ha dado información.
A pesar de la opacidad del proceso, desde UGT no se teme que la venta al Fondo Triton ponga en peligro el Plan de Restauración. Confían en la normativa que obliga a las empresas a subrogar los trabajadores y también a asumir las obligaciones. Incluso el secretario general de UGT, Luciano Gómez, ha hecho pública su confianza en el proceso porque “la llegada de una nueva empresa no ha de suponer riesgo para esta sino que puede facilitar la llegada de más capacidad financiera para afrontar los retos”.
Y esos ‘retos’ en Huelva para Triton, un Fondo que cuenta en la actualidad con más de 76.000 empleados y 16.000 millones de euros en ventas combinadas, están cuantificados en un mínimo de entre 65 y 70 millones de euros solo para garantizar la ejecución del plan de los fosfoyesos. Claro que también afecta a los 260 trabajadores que tiene en Huelva y que cuentan con un nuevo convenio en vigor desde el 1 de enero de 2018.
Mesa de la Ría pedirá al Gobierno que esté vigilante
Mesa de la Ría ha señalado que los costes de restauración de la marisma, destruida bajo más de un centenar de millones de toneladas de fosfoyesos, superan los 200 millones de euros, dinero con el que ambas empresas han tasado la venta.
Cabe resaltar que Fertiberia tasó únicamente su fábrica de Puertollano "con la intención de que sirviera de aval o garantía en el proceso judicial abierto en la Audiencia Nacional, cifra en la que ahora se valora todo el entramado empresarial". Así se demuestran los “continuos engaños” del grupo Villar Mir con el objetivo de rehuir su responsabilidad económica ante la Justicia española, señala Mesa de la Ría en un comunicado.
El valor del conglomerado de Fertiberia "no permite costear la restauración de la marisma, por lo que es necesario que el Gobierno español no autorice la venta, para evitar que la propiedad de la misma recaiga en una empresa situada en un paraíso fiscal, ya que las dificultades para exigirle el cumplimiento de la sentencia judicial que pesa sobre ella se incrementarían exponencialmente".
Desde Mesa de la Ría trasladaremos al Gobierno y a la Audiencia Nacional el contenido de la moción aprobada en el Ayuntamiento de Huelva el pasado mes de septiembre, "reiterándonos en la necesidad de que estén vigilantes ante la maniobra puesta en marcha por la actual propiedad de Fertiberia para eludir el coste de la restauración de la marisma y su responsabilidad ambiental".