¿Estaría Huelva preparada para un terremoto como el de Ecuador?

Huelva tiene el antecedente del terremoto de Lisboa de 1755 y expertos vaticinan que este tipo de seísmos en la zona se producen cada 500 años aproximadamente. Un terremoto de magnitud 8 o superior en el suroeste del Cabo de San Vicente provocaría también un tsunami que llegaría a Huelva media hora después. Expertos han colocado sensores en la zona en un proyecto en prueba para ganar tiempo ante este tipo de catástrofes
Hace tan sólo dos semanas, un terremoto de magnitud 7,8 en la Escala de Richter sacudió la costa de Ecuador, y llegó a sentirse en todo el suroeste de Colombia y en la frontera norte de Perú. Las consecuencias han sido devastadoras: Unos 659 muertos y más de 4.600 heridos según las últimas cifras. Y, por fortuna, el epicentro estuvo situado en tierra firme, en la provincia de Manabí, por lo que no ha habido que lamentar los daños de un tsunami, como ya ocurriera en seísmos anteriores. Pero, ¿podría pasar algo similar en Huelva? Y, en ese caso, ¿estaría Huelva preparada para un terremoto de estas características? El profesor titular de Geodinámica Interna de la Universidad de Huelva (UHU) Francisco Alonso Chaves ha estudiado durante años la materia y tiene claro que si ocurrió una vez, volverá a ocurrir, pero no se sabe cuándo. De ahí la importancia de que la población esté preparada y sepa qué hacer antes, durante y después de un terremoto, y más en una zona como Huelva, con el antecedente del terremoto de Lisboa y posterior tsunami en 1755. Lo bueno es que ya hay muchos avances tecnológicos, y aunque no se puede predecir cuándo ocurrirá un terremoto, sí hay ya aplicaciones que alertan justo en el momento en el que se produce un movimiento sísmico en alguna parte del planeta, con magnitud incluida e incluso riesgo de tsunami en caso de haberlo. Y en el caso de Huelva, ya se sabe que la población tendría una media hora para protegerse en caso de terremoto con tsunami en el Golfo de Cádiz.
El profesor de Geodinámica Interna Francisco Alonso Chaves
Ahora bien, ¿por qué Ecuador o Huelva tienen más riesgo de terremotos que otras regiones del planeta?
En el caso de Ecuador, este país está situado en una de las zonas más activas del planeta en lo que a terremotos se refiere, con la convergencia de la placa del Pacífico con la continental de América del Sur. Ambas placas se aproximan a una velocidad de 65 milímetros al año, un ritmo “bastante rápido”, lo que hace que se acumule una gran cantidad de energía hasta que un día las rocas no lo soportan más y se rompen. Es entonces cuando se libera esa energía en forma de terremoto como ocurriera el 16 de abril. De hecho, el profesor Alonso explica cómo el margen occidental de América del Sur es característico precisamente por rápidos acercamientos de las placas y de ahí que se produzcan en esa zona algunos de los mayores terremotos conocidos, con magnitudes de entre 7 y 9. Algo similar ocurre también al otro extremo el Pacífico, en Japón, donde también se han vivido terremotos devastadores. En el caso de Huelva, Alonso añade que “la provincia también está en una zona especialmente activa”, casi en el límite de la placa Euroasiática con la Africana, y con convergencia en la Península Ibérica. De hecho, lo que ocurre en el Pacífico también pasa desde las Islas Azores hacia el Estrecho de Gibraltar, y ocurren muchísimos terremotos en la zona del Mar de Alborán, en el norte de Marruecos, en todo el ámbito del Mediterráneo y, por supuesto, en el Golfo de Cádiz, aunque la mayoría son casi imperceptibles para la población. El último ha sido este jueves a las 17.30 horas de la tarde muy cerca de Huelva, pero con una magnitud muy baja, de 1,6.
FOTOS: Instituto Geográfico Nacional
Además, en este caso, hay un antecedente significativo como es el terremoto de Lisboa, en el año 1755, con epicentro al suroeste del Cabo de San Vicente, un seísmo devastador y “cuya magnitud se piensa que fue mayor al sufrido ahora en Ecuador, superior a 8,5 e incluso 9”. De acuerdo con los avances tecnológicos y con lo que se sabe sobre los seísmos, este terremoto se repetirá y afectará con casi total seguridad a la provincia de Huelva, pudiendo desencadenarse incluso un tsunami con graves consecuencias en todo el litoral. Aunque, eso sí, mucho más dilatado en el tiempo si se compara con los de América del Sur, porque si en el Pacífico se habla de un movimiento de placas de unos 65 milímetros al año, en el caso que nos ocupa el movimiento es de apenas 4 ó 5 milímetros anuales, lo que lleva a los expertos a estimar que un terremoto de estas características “podría producirse cada 500 años aproximadamente”. El profesor Francisco Alonso afirma que lo bueno en estos casos es que “cuando se produce un terremoto en un lugar se repite con el paso del tiempo, y se sabe dónde ocurrirá y por qué”, pero lo malo es que “no se sabe con exactitud cuándo o si podría adelantarse”. Ahora, eso sí, cuando eso ocurra en la zona del Cabo de San Vicente, “se producirá un terremoto tan importante como el de Ecuador o el de Japón”, para lo que es importante estar preparados.
FOTOS: Profesor Francisco Alonso Chaves
Entonces, Antonio Jacobo del Barco describió el terremoto de Lisboa así:
“Comenzó por un ruido grande subterráneo, acompañado de un estremecimiento violento de los edificios, como otros temblores que hemos padecido, y esto duraría un minuto. Habiéndose sosegado por breves instantes, se repitió el ruido mucho más espantoso, seguido de un movimiento de ondulación hacia un lado y otro de las paredes. Se fue graduando cada vez más y en su mayor fuerza se cambió en otro movimiento que hacia levantarse la tierra hacia arriba, y con ella saltaban las más fuertes torres y edificios. Creo que este segundo movimiento fue el que causó la mayor ruina”.
Alonso confía en que cuando vuelva a suceder “haya pasado suficiente tiempo para avanzar más y defendernos mejor”. De momento, un terremoto más reciente, sentido en Huelva en febrero de 2007, arrojó muchos más datos claves en caso de repetirse el seísmo de Lisboa, entre otros el tiempo que tendría la población de Huelva para protegerse en caso de tsunami: 30 minutos. Alonso detalla que “ese día la tierra nos hizo un regalo, fue un terremoto de 6,2, importante pero sin llegar a ser grave, y se pudo registrar instrumentalmente”. Así, “se registró en el mareógrafo de Mazagón un descenso y subida del nivel del mar que se produjo en casi 30 minutos, lo que hace pensar que fuera una ola similar a la de un tsunami pero muy pequeñita”. Con este dato, expertos plantean que si ocurriese un terremoto en la zona del Cabo de San Vicente de mayores dimensiones y se produjese un tsunami –para que esto ocurra en esta zona el seísmo tiene que superar la magnitud 8- “la velocidad de traslado de la masa de agua sería la misma, y lo diferente sería la amplitud”. De hecho, está estudiado que la velocidad de transporte de esa ola es de unos 600 km/h y la zona donde se piensa que pudiera estar el epicentro está a unos 300 km de Huelva, por lo que la ola tardaría en llegar a Huelva capital y a la zona de Mazagón una media hora, algo menos para la zona del litoral más cercana a Portugal.
Y, ¿hasta dónde llegaría esa ola?
Alonso concreta que hay modelos matemáticos “que sabiendo dónde ocurre un terremoto, permiten saber hasta dónde llegaría en cuatro minutos”. A priori es difícil predecirlo pero, con casi total seguridad, un terremoto de magnitud superior a 8 en el suroeste del Cabo de San Vicente, provocaría un tsunami que “llegaría primero al Cabo de San Vicente y Faro, y después a Ayamonte, Huelva, Mazagón y de ahí abarcaría todo el Golfo de Cádiz y el noroeste de África”. En el caso de la capital, Alonso ha recordado que el tsunami provocado por el terremoto de Lisboa de 1755 “llegó hasta casi la iglesia de la Concepción”, pero el paisaje litoral de aquella época “era diferente y la evolución juega a favor de proteger Huelva, ya que la Ría está ahora más cerrada”. Sin embargo, el agua podría cubrir hasta los 15 e incluso 20 metros en la ciudad.
En estos casos, el problema está en la mayor o menor vulnerabilidad del lugar. Si no hubiese población, no habría problema. Pero si hay población y además construcciones, la zona es “mucho más vulnerable”. De ahí que se abogue por reducir la vulnerabilidad al máximo, y contar con construcciones fuertes ante terremotos y tsunamis, señalización en la zona, puntos de encuentros para catástrofes y, sobre todo, educar a la población al respecto.
Actualmente, los últimos estudios en la materia están en torno al proyecto ‘Alertes’, en el que participan el Real Observatorio de la Armada, la Universidad Complutense de Madrid, el Instituto Cartográfico y Geofísico de Cataluña, y la Universidad de Huelva, en este caso el profesor Francisco Alonso. Este proyecto busca ganar tiempo para que, una vez se produzcan los movimientos previos a un terremoto, los sensores indiquen que está pasando algo y ya se pueda deducir la magnitud que va a tener y la importancia que tendrá el seísmo. La idea es ganar al menos un minuto para actuar. Alonso detalla en este punto que “si se sabe que va a producirse un terremoto y hubiera suficiente coordinación tecnológica se tratarían de evitar cosas, por ejemplo si un avión va a aterrizar no lo haría, si estuviera llegando un tren de alta velocidad a Huelva, no es lo mismo que esté en desaceleración que siga en aceleración y que la sacudida le pille a 150 km/h, o si se va a realizar una intervención quirúrgica y se sabe que en 3 minutos habrá un fallo en el flujo eléctrico, no se empezaría”. Este proyecto está en fase de prueba y ya se está abriendo una nueva línea de investigación. En principio, y en el caso del terremoto que afectaría a Huelva, ya “se han colocado sensores debajo del mar en el Golfo de Cádiz, en la zona donde se cree que puede ocurrir, al suroeste del Cabo de San Vicente, con un tiempo de registro de 18 meses para ver qué ocurre allí”. De cualquier forma, hay muchos avances en la investigación de los terremotos, y una simple aplicación del móvil ya avisa cuando se produce un terremoto en cualquier parte del planeta e incluso de su magnitud y el posible riesgo de tsunami. Ésta es una de las alertas enviadas en la noche de este jueves de un terremoto en el archipiélago de Vanuatu, en el Pacífico Sur, con magnitud 7.1 y el símbolo de riesgo de tsunami, que afortunadamente no llegó a producirse.
Con todos estos datos que vaticinan que un día habrá una catástrofe de grandes dimensiones en la zona de Huelva, lo importante es la educación y estar prevenidos. Para ello, es importante saber qué hay que hacer.
Qué hacer en Huelva antes, durante y después de un terremoto
En el caso del antes, tenemos tiempo por delante para prepararnos. Los carteles en la ciudad alertando del riesgo de terremotos y tsunamis, y, sobre todo, los símbolos que indiquen cómo y dónde protegerse serían claves. Es importante plantear un punto de encuentro donde refugiarse ante una catástrofe como ésta. Alonso plantea que en Huelva “hay muchos cabezos y zonas despobladas, e incluso se podría montar un campamento si fuera necesario, y un punto bueno al que ir podría ser el Parque Moret por ejemplo”. Pero si el terremoto te pilla en Punta Umbría por ejemplo, lo prioritario es no coger el coche porque se acabaría colapsado el tráfico, y, en su lugar, habría que buscar evacuación en vertical, esto es buscar un edificio suficientemente alto al que no llegue la ola del tsunami –por encima de 15 ó 20 metros-. Por ello, es importante analizar a qué lugares se podría ir en estos casos, así como conocer las zonas más seguras de la casa, el colegio o el lugar de trabajo, entre otras cuestiones.
En pleno terremoto, Alonso destaca que es muy importante estar en calma y protegerse. Lo ideal es meterse debajo de una mesa y agarrarse fuertemente a las patas por si se mueve también con las sacudidas. Hay que alejarse de mobiliario que pueda volcar y nunca salir de un edificio o bajar por las escaleras durante el tiempo que dure el terremoto. Una vez terminado, hay que salir por el lado derecho de las escaleras, evitando choques, hacer sonidos en caso de estar encerrado, tratar de ayudar a quien se pueda y colaborar con los cuerpos y fuerzas de seguridad.
¿Crees que Huelva está preparada para una catástrofe de este tipo?