El verano rompe y crea el amor

Muchas rupturas matrimoniales o de pareja son a la vuelta de las vacaciones, aunque también nacen nuevas amistades y amores...
La paradoja del verano en relación al amor goza de autenticidad y sí se destruyen parejas, que al convivir más horas diarias sacan a la luz diferencias y crisis tapiadas, o sin afán de reconocerlas en una mínima vida en común justificable en base a una absorbente actividad ocupacional. El que no se soporta se vuelve más insoportable porque hay miedo a comunicarse, a cuestionar problemas de muy atrás, y lo que en principio se contempla como una salida de rutina en busca de paz, tranquilidad, vivencias paradisíacas, se transforma en desasosiego, en un infierno contando los días para finalizar ese paréntesis vacacional vivido como rutina al máximo, pero todo ello dependerá de los cimientos de una relación sólida y querida con aportación de ambas partes para que funcione, y con esa complicidad y comunicación que hace posible la felicidad con el otro y disfrutar todo lo compartido sin establecer comparaciones carentes de respeto con otras personas, porque cada una de esas personas de ese tándem son únicas la una para la otra y esa felicidad se proyecta en el resto de miembros de la familia una imagen que será el espejo donde se miren los hijos.
En la etapa estival, la adrenalina, las hormonas están en su auge, dando vitalidad, deseos irrefrenables de vivir, de hacer cosas nuevas con el estímulo de la luz y el sol que fomentan la positividad y favorecen un entorno para disfrutar al aire libre imposible en otras épocas del año y en los jóvenes nace la ilusión del primer amor, de esa relación pasajera que se va a la vez que el verano pero vivida plenamente sin pensar en la posibilidad de no continuidad, pero siempre nos quedará el recuerdo de ese verano, de todo lo vivido como un soñar despierto, pero gratificante al evocarlo en la memoria cuando se vuelva a la monotonía. Muchas rupturas matrimoniales o de pareja son a la vuelta de vacaciones, unas duran un verano, otras se reviven como la relación romántica del inicio reenamorándose nuevamente y también nacen amistades y amores seguirán a través del tiempo con un denominador común en todas ellas la ilusión en la búsqueda de la felicidad tan amplia en su variedad de percepciones como la diversidad de personas, cada una de ellas única e irrepetible y con distintos prismas y ópticas de algo creado mentalmente, la felicidad.
María Pilar Enjamio Furelos. Psicólogo