El funcionario de Extranjería admite en el juicio que recibió dinero y nunca sexo
Reconoce que llegó a percibir hasta 5.000 euros de otra de las acusadas y que llegó a "agilizar" documentación, pero siempre dentro de la legalidad.
El funcionario (ya cesado) enjuiciado en la Audiencia Provincial por el caso de los permisos de residencia a cambio de favores sexuales (y para quien la Fiscalía pide 12 años de prisión) ha asegurado ante el tribunal, en la primera sesión del jucio, que nunca llegó a pedir sexo a cambio de agilizar trámites, aunque, eso sí, ha reconocido que recibió regalos en metálico. El valor de estos regalos asciende a unos 5.000 euros.
En este sentido, M.B.R. ha afirmado que percibió estos presuntos regalos en metálico por parte de otra de las acusadas por cohecho, y además ha precisado que con otra solicitante mantuvo únicamente una amistad.
En la vista, el acusado ha reconocido a su vez que mantuvo encuentros con las dos acusadas de nacionalidad china, supuestamente por cohecho, fuera de la oficina, que han sido confirmados por los tres policías nacionales que han declarado como testigos, que participaron en la investigación, aunque ha insistido en que "nunca" ninguna mujer le hizo "ofrecimiento sexual" para hacerle este tipo de favores a cambio de la documentación requerida.
El ex funcionario de Extranjería se ha limitado a reconocer que solamente se encargaba de "agilizar" cierta documentación y que, en todo caso, "cumplía todos los requisitos legales". Por su parte, una de las dos acusadas, por supuesto cohecho, ha señalado que le hizo un regalo económico al acusado por iniciativa propia porque le agilizó los permisos de trabajadores también de nacionalidad china de sus negocios, pero "como máximo de 800 euros", y ha insistido que el acusado "le hizo un favor al ahorrar tiempo" y al ser el mes de agosto y estar ella embarazada.
La otra acusada ha declarado que "nunca" ha pagado dinero para que le agilizaran los trámites, aunque ha reconocido que se vio con el acusado dos o tres veces fuera de la oficina, que tenía "urgencia" para obtener "rápido" estos permisos, así como que "tomaba a broma" algunas posibles insinuaciones por parte del funcionario.
Los tres policías nacionales que han declarado como testigos han asegurado que el procesado mantuvo encuentros con las dos acusadas fuera de la oficina, citas a las que "llevaba papeles" y que "por indicios" sospechan que este pudo pedir favores sexuales.