viernes. 12.09.2025
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El fin de la renta antigua obliga a cierres y traslados en el centro

El fin de la renta antigua obliga a cierres y traslados en el centro

Los costes inasumibles de los arrendatarios abocan a establecimientos a liquidaciones y clausuras o a la mudanza forzosa a otras calles menos populosas y con locales más pequeños fuera de la 'Milla de Oro'.

Miles de comercios de todo el país se han visto afectados por el fin de la renta antigua. El próximo 1 de enero dejarán de estar en vigor los contratos de alquiler de este sistema, Unos contratos que datan de los años 60 y que están caracterizados por tener alquileres relativamente bajos y periodos de duración muy largos. Será el 31 de diciembre cuando se extingan todos los contratos de alquiler de renta antigua, al cumplirse la moratoria de 20 años que se estableció para estas situaciones en la Ley de Arrendamientos Urbanos. Por supuesto, la provincia de Huelva no escapa a esta coyuntura, y el escenario que se presenta es poco halagüeño, con consecuencias dramáticas en algunos casos.

Un claro ejemplo de esta problemática se localiza en el centro de Huelva, donde son innumerables los comercios tradicionales que ocupan locales afectados por esta renta. La renegociación de los contratos está suponiendo un verdadero quebradero de cabeza para los comercios, hasta el punto de que los nuevos precios se antojan inasumibles por los dueños de los negocios, llegando en algunos casos a triplicar o cuadruplicar la cantidad.

Muchos comercios del centro han optado por el traslado de local (hacia uno más pequeño y asequible), como ha sido el caso, por ejemplo, de Centro Suizo, un negocio que lleva 42 años en la calle Arquitecto Pérez Carasa. Su dueño, Antonio Pascual, admite que el problema de la renta antigua “ha llegado en el peor momento posible, porque la mitad de los comercios apenas vendemos, y ya ni siquiera es posible aguantar con nuestros ahorros”. El problema, afirma, es que “nos han exigido cantidades que triplican el alquiler que estaba pagando hasta ahora”.

Suizo

Pascual lamenta que muchos negocios del centro se van a ver “abocados al cierre”. No es su caso, que ha podido buscar una salida en otro emplazamiento para su negocio, pero sí que ha sido la dura realidad para otros establecimientos señeros de la gran galería comercial del centro capitalino. El ejemplo más contundente se ha visto en una tienda como Modas Gálvez, dedicada a los tejidos y telas. Este mismo jueves las tres trabajadoras del negocio recibieron la mala noticia de que se iban al paro.

El día 30 de este mes será el último que abra sus puertas esta tienda señera fundada en 1968. El motivo de esta clausura no es otro que los costes a los que el dueño no puede hacer frente por las nuevas rentas, que también llegan a sobrepasar con creces el antiguo alquiler: de poco menos de 500 euros a unos 2.500.

Cada caso es particular y depende de la disposición del arrendatario para negociar los precios. Sin embargo, se trata de un problema que tiene en jaque a un buen número de negocios onubenses que han formado parte de la historia de Huelva. El problema es mucho mayor cuanto más numerosa sea la plantilla del negocio en cuestión.

Ello significa que el término de las rentas antiguas, aunque no signifique el cierre o el traslado del negocio, sí que se traducirá en desempleo, pues muchos empresarios se verán obligados a despedir a trabajadores para que le cuadren las nuevas cuentas y garantizar así la supervivencia del negocio.

La calle Rábida es otro de los puntos calientes de la zona centro, e incluso tiendas relevantes y recientes como Loewe también se han encontrado con esta situación. Unos encontrarán la solución en el traslado, pero otros parecen estar condenados a la deriva. Las grandes franquicias son las menos perjudicadas por su capacidad económica.

AHOGADOS
Desde la Asociación Calles del Centro de Huelva han puesto el énfasis no sólo en el problema de las rentas antiguas, sino también en los alquileres que de por sí son desorbitados. El vicepresidente de la asociación, Juan Luis Mancheño, habla de la denominada ‘Milla de Oro’, la galería comercial que va desde el Punto hasta la calle Concepción, cuyos establecimientos están sufriendo no sólo el yugo de la crisis, sino también de los costosos arrendamientos de locales. “Hay tiendas de 40 metros cuadrados que pagan más de 2.000 euros de alquiler”, asegura Mancheño, que de momento no ve “vías de solución”.

Suizo2

No sólo eso, sino que además los negocios más tradicionales, dicen desde Calles del Centro, tienen que soportar la enorme presión de las grandes multinacionales instaladas en la capital, con grandes descuentos a los que no pueden hacer frente. Si a ello se le suma la llegada tardía del invierno (con lo que ha supuesto en ventas de ropa de temporada de invierno), el porvenir de los comercios no parece muy alentador. Los establecimientos se agarran al clavo ardiendo de la campaña de Navidad, sin duda la más fuerte de todo el año, para aguantar el tipo, por lo que todos los esfuerzos se están volcando en mejorar las ventas en este periodo.

¿MORATORIA?
A nivel nacional, la Plataforma de afectados por el fin de la renta antigua y la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos han solicitado una nueva moratoria de diez años en todos los años, por lo que la extinción de los mismos se fije en el 1 de enero de 2025. Incluiría además una actualización de la renta por el incremento del IPC (tanto de los arrendamientos urbanos y del IPC general), que supondría una subida media del 30%, con el objetivo de equilibrar los intereses de arrendadores y arrendatarios. Es la esperanza para muchos comerciantes, y la llave la tiene el Gobierno, que por el momento parece hacer oídos sordos a las reclamaciones.

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