El cibercrimen afecta cada vez a más onubenses con estafas bancarias
El Equipo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil prevé que sólo este año se duplicarán los ciberdelitos con técnicas como el 'phishing' o las suplantaciones de identidad en la red
El actual escenario tecnológico en el que se mueve la sociedad ha dado pie a un nuevo tipo de criminalidad, aquella que bucea entre los ceros y unos. Ordenadores, tabletas, smartphones… Los dispositivos que forman parte de nuestra vida cotidiana son las herramientas que en muchos casos sirven como vía de acceso a los llamados cibercriminales para cometer sus actos delictivos.
Desde la Guardia Civil de Huelva, integrado en la unidad orgánica de la Policía Judicial, de estos casos se encarga el Equipo de Investigación Tecnológica (Edite), y han observado cómo han ido en aumento las denuncias de víctimas de algún ciberdelito a través de Internet.
En el año 2015 (y excluyendo la capital, competencia del Cuerpo Nacional de Policía), al Edite de Huelva llegaron alrededor de 475 casos, y sólo este año se han recibido 299, de manera que, de seguir así, podrían duplicarse los delitos telemáticos.
Estafas y compras fraudulentas
Manuel Rodríguez, miembro del Edite de la Comandancia de Huelva, afirma que “cada vez son más numerosos los métodos” de los cibercriminales para hacerse con los datos de las víctimas, y en la provincia de Huelva, con mucha diferencia, el tipo de delito más común es el de la estafa bancaria a través de tarjetas de crédito, es decir, “se hacen con los datos de la víctima para realizar compras on line fraudulentas”.
Para ello, se hacen con datos como el propio número de la tarjeta y también de los tres dígitos del CCV (código valor de verificación).
A las tradicionales manipulaciones de los cajeros automáticos, ahora los cibercriminales se valen de técnicas como el phishing o programas malware con los que monitorizan los teclados ajenos para hacerse con las claves necesarias. La víctima siempre reparará tarde en el daño, esto es, cuando comprueba el ‘bocado’ que le han dado a su cuenta.
Cómo protegerse
Como afirma Rodríguez, la manera más eficaz en este sentido es la de utilizar cuentas virtuales (no hay riesgo de que roben de la cuenta bancaria propia) o sistemas como PayPal. Además, por supuesto, de contar con programas antivirus (mejor comprados) y sistemas operativos debidamente actualizados, y visitar sitios web de confianza y seguros.
Phishing y gangas
El phishing es un método de abuso informático con el que se obtiene información confidencial de usuarios (cuentas, contraseñas, etc). En Huelva se han producido casos de páginas fraudulentas, casi idénticas a las oficiales, en las que el usuario se siente seguro a la hora de teclear sus datos confidenciales. Por ejemplo, se han detectado páginas web con anuncios de apartamentos turísticos en la Costa que realmente eran un camuflaje que usaban los ciberdelincuentes para hacerse con los datos de las víctimas.
La técnica usada por lo general es el envío de un correo electrónico a un usuario simulando ser una entidad legítima -red social, banco o una institución pública-. Normalmente, contiene un enlace a una página falsa que suplanta la identidad de una empresa o servicio en la que, si se introducen los datos, éstos pasan directamente a manos del estafador. Uno de los más conocidos en los últimos tiempos es el de Correos.
Identidades suplantadas en las redes sociales
Los cibercriminales se valen de las redes sociales para cometer sus fechorías, especialmente a través de Facebook. En el Edite de la Guardia Civil de Huelva se han encontrado numerosos casos de suplantaciones de identidad, desde casos en los que “suplantan y borran la cuenta, o los que se dedican a insultar a los amigos”. Otros utilizan argumentos para solicitar a amistades que envíen dinero, y no pocos pican.
En redes sociales también se produce la llamada ‘Sextorsión’. Manuel Rodríguez pone el ejemplo de una mujer que pide amistad a un hombre, y una vez logrado, le sigue un videochat donde la víctima se desnuda, masturba, etcétera, y todo “está siendo grabado”. Es el material que utiliza el extorsionador para que la víctima envíe dinero bajo amenaza de publicar las imágenes y vídeos a través de los contactos. “Hay que tener cuidado con las amistades que se piden”, recuerda Rodríguez.
En otros casos, han usado números de teléfono de víctimas (sobre todo mujeres) que se muestran en falsos anuncios de sexo en la web. La perjudicada acaba recibiendo cientos de llamadas que la obligan a cambiar de número o, directamente, deshacerse del móvil.
Whatsapp y relaciones íntimas
Los móviles y el popular sistema de mensajería han propiciado no sólo la citada ‘sextorsión’, sino también casos de publicación de imágenes o vídeos de relaciones íntimas, o fotos privadas que se extienden sin control. Asimismo, el acoso escolar también alcanza una nueva dimensión, ya que no sólo se produce la agresión o el insulto, sino que además se graba y publica.
Expuestos en la jungla
Al navegar por la web, recuerdan desde la Guardia Civil que hay que tener un especial cuidado a la hora de identificar posibles amenazas, tales como ventanas emergentes con premios extraños o advertencias de que el equipo está en riesgo (invitando a un escaneo).
Son múltiples maneras de ciberdelincuencia, y no importa la edad de las víctimas. El problema, afirma el miembro del Edite, es que los delitos tecnológicos no paran de crecer, “la tecnología avanza muy rápido y estos delitos aumentan, cuando otros están bajando”. Es una nueva y cambiante realidad que obliga a los investigadores a formarse permanentemente. “Hace cuatro o cinco años era impensable lo que está ocurriendo ahora”, afirma Manuel Rodríguez, que lamenta que gran parte de la población “no tiene conciencia de las máquinas que tienen”, y de lo que pueden hacer los ciberdelincuentes a través de ellas.
La solución pasa por informarse, y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado alertan constantemente a la población, y también por ‘abusar’ de la desconfianza en la web, fiarse de lo que es seguro fiarse.