sábado. 27.04.2024
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El ejemplo de Ainara, la niña onubense que venció a la leucemia tras cuatro años de lucha

La pequeña, que acaba de ser dada de alta de forma definitiva, fue diagnosticada cuando apenas tenía 18 meses. Ainara estuvo ingresada de forma intermitente en el Materno Infantil de Sevilla, incluidos casi 40 días en la UCI, dada la ausencia de este tipo de hospital en la provincia.
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El ejemplo de Ainara, la niña onubense que venció a la leucemia tras cuatro años de lucha

Ainara (Huelva, 2013) ha pasado cuatro de sus nueve años de vida luchando. Una lucha que acabó esta semana cuando, en el último de los controles médicos, se descubrió que no quedaba ni rastro del cáncer que le detectaron en 2015.

“Ese fue el día más feliz de mi vida”, asegura Eva, su madre, tras recibir el alta. Atrás quedó la pesadilla. Cuatro años de aislamiento y cinco de analíticas y controles, primero en el área de oncología del Hospital Juan Ramón Jiménez y más tarde en el Virgen del Rocío de Sevilla; Una cuarentena en la UCI, sedada e intubada; Una colección de pruebas de todo tipo y un tratamiento que siendo apenas una bebé la dejó exhausta.

Ainara, después de someterse a la primera transfusión de sangre.
Ainara, después de someterse a la primera transfusión de sangre.

La pequeña fue diagnosticada de leucemia linfoblastica aguda (ALL), un tipo de cáncer por el que la médula ósea produce demasiados linfocitos inmaduros que afectan a su buen funcionamiento. A pesar de su nombre, es el tipo de cáncer más común en niños en edades comprendidas entre los dos y los cinco años. Según los datos de la American Society of Clinical Oncology, aproximadamente el 75% de las personas menores de 20 años diagnosticadas con leucemia reciben un diagnóstico de ALL en Europa.

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Cinco años de tratamiento y un hospital sin infraestructuras

En el caso de Ainara, fue la profesora de la guardería quien se dio cuenta de que algo no iba bien: "Se llevó un mes muy malita pero la pediatra nos decía que era normal después de empezar la guardería. Al final le hicieron una analítica a través de un seguro privado y nos confirmaron que la niña tenía la analítica de un enfermo terminal o un cáncer".

Un mes más tarde, con el diagnóstico ya confirmado, comenzaron los viajes a Sevilla y su particular batalla contra la enfermedad. "Al poco tiempo de comenzar el tratamiento, Ainara cogió una neumonía y la mandaron a la UCI del Materno-Infantil del Virgen del Rocío porque en Huelva solo hay UCI para neonatos. "Nos trataron muy bien y hay muy buenos profesionales pero el Juan Ramón Jiménez tiene muchas carencias, no hay escuela ni área de hematología infantil ni siquiera hematólogo 24 horas al día", recuerda Eva sobre los primeros días de ingreso en Huelva.

Durante todo el tiempo que duró el tratamiento, la colaboración con el colegio ha sido una de las piezas clave para que Ainara pudiera mantener una vida lo más normalizada posible. "Estoy encantada con el colegio, preguntamos en otro que nos recomendaron y nos dijeron que no aceptaban niños con discapacidad al refererirles que la niña tenía cáncer y que tendría que faltar muchos días", asegura su madre, muy agradecida con el colegio SAFA Funcadia, donde finalmente estudia Ainara, por todo el apoyo recibido estos años. “En Funcadia fue completamente diferente desde el primer día. Son todo facilidades y ella esta encantada con su cole. No hemos podido tener mejor suerte. Su hermano Aritz acaba de entrar y esta feliz también", asegura Eva. 

Desde el colegio están igualmente encantados con Ainara, prueba de ello fue el recibimiento que tuvo el primer día de clase cuando todos sus compañeros y compañeras del resto de aulas le hicieron el pasillo y la colmaron de aplausos. "Es una niña muy querida", aseguran fuentes del centro.

Ahora Ainara es una niña feliz que trata de recuperar el tiempo que la enfermedad quiso arrebatarle. Que libró una batalla por la que ningún niño debería pasar nunca y que, a pesar de ello, salió del temporal con la sonrisa puesta.

Mostrando su alegría.
Ainara muestra su alegría tras recibir el diagnóstico.

¡Enhorabuena, campeona!