Duelo en la noche por el fresón de Huelva
La fresa no sólo triunfa como una fruta icónica de la provincia de Huelva. La intensidad de su sabor y los matices que desprende su aroma no sólo es ampliamente demando por multitud de alimentos lácteos o en la alta reposteria, sino que las bebidas espirituosas hace tiempo que la hicieron suya en su intento de dotar de carácter y singularidad a las bebidas 'clásicas', anquilosadas y perdiendo empuje frente a un consumidor ávido de nuevas experiencias.
Fruto de este proceso, dos de las principales compañías de nuestro país: Puerto de Indias y Rives, se baten en duelo para conquistar con su ginebra el favor del publico tomando como reclamo uno de los cultivos santo y seña de la provincia de Huelva.
Para acompañar el oro rojo de nuestra tierra, Rives a elegido su mejor ginebra. Una gama Premium que era sometida a una triple destilación a través de la torre de hidroselección de treinta metros de altura (una de las más altas de Europa) en la que se somete al alcohol a un proceso gracias al cual se le despoja de todas sus impurezas.
Previamente a que los alambiques de cobre diseñados por John Dore hagan su trabajo, la selección de los botánicos se ha macerado y una vez producido el alcoholato se le añade el concentrado de fresas que produce una empresa de Palos de la Frontera. Desde la compañía explican que este es uno de los secretos de su sabor: “concentrados de fruta natural”, nunca sucedáneos que imiten un sabor que nunca podrá igualarse de manera artificial.
En este laborioso trabajo de Investigación Desarrollo e Innovación (I+D+I) se buscaban nuevos sabores para extender el consumo más allá de los puristas de la ginebra. Es aquí donde la alquimia del fresón ofreció esa concatenación de sabores frutales y frescos que tan excelentemente maridan con los cítricos del Gin Tonic.
Para la ocasión Rives se miró en el espejo de la empresa sevillana Los Alcores de Carmona, pionera en elaborar ginebra con fresas. Puerto de Indias fue el nombre bajo el que se comercializó esta delicatesen que rápidamente se exportó a Inglaterra donde la reverencia como una de las bebidas espirituosas más exóticas. La empresa presume de una elaboración artesanal y fresón de Lepe como su principal reclamo.
Los sabores onubenses están de moda
Vivimos tiempos disruptivos en la gastronomía. Los consumidores han saciado su instintos básicos y persigue más que nunca ampliar las fronteras de los sabores. No sólo el maridaje es patrimonio de la alta cocina, en los licores o en las bebidas espirituosas también se busca el ‘mestizaje’. Y en esta carrera en el I+D+I de las empresas aparece socorridamente el fresón, uno de los sabores más demandados en repostería y bebidas. En el vino algunas bodegas del Condado ya ensañan con esta fruta para extraer su esencia y alumbrar caldos que fusionen dos de los productos más iconográficos de la agricultura en onubense.
Entre tanto, el Vino Naranja, (cuyos caldos ya ampara la Denominación de Origen Condado de Huelva), una las bebidas disruptivas que más éxito ha cosechado en los últimos años. De un lado, por su innovación; por el otro, por la posibilidad de llevar el vino a un nuevo escalón social y que pubs en todo el mundo sirvan esta bebida que se elabora macerando la cascara de naranja ácida y posteriormente mezclándola con la mejor solera que dormita desde tiempo inmemorial en el vientre de los grandes templos vitivinícolas del Condado.
Una apuesta segura para afianzar la Ginebra
En cualquier caso, lanzar una bebida es siempre una apuesta arriesgada, Premium aun más: costes de investigación, diseño del envase, distribución, campañas de promoción para dar a conocer el producto. Puedes tratar de amarrar cualquier variable con el testeado de la bebida y pulir todos los estándares de calidad que intervienen en la cadena de producción, si bien el éxito sólo se mide una vez el público tiene la bebida a su disposición. En consecuencia, las compañías meditan muy mucho el salto al vacío que representa iniciar todo este proceso, si bien hoy por hoy el fresón es sinónimo de éxito y un producto que, en muy corto espacio de tiempo, ha conquistado la noche.
