Crecen los casos de conjuntivitis por el cloro y el uso de gafas de sol malas
Experta recomienda utilizar gafas de bucear al bañarse y unas gafas de sol adecuadas para protegerse de los rayos ultravioletas
No sólo la piel sufre las consecuencias del sol en verano. Los ojos también lo notan, y una muestra de ello es el aumento de los casos de conjuntivitis y queratitis (inflamación de la córnea) en esta época del año. El motivo no es otro que la falta de protección a la hora de exponerse al sol y de bañarse, principalmente en las piscinas. Al igual que es recomendable usar protección solar, también es muy importante utilizar unas gafas de sol adecuadas y otras de buceo al bañarse en la piscina. Y es que los rayos ultravioletas y el cloro son dos grandes enemigos de la vista.
Así lo ha explicado a diariodehuelva.es la directora técnica y óptica optometrista de Optisol Sports y Vision&co, Cristina Márquez, quien ha precisado que se ha encontrado con “muchos más casos de conjuntivitis en lo que llevamos de verano” en comparación con otras épocas del año, y llega mucha gente a la óptica “con picor en los ojos y mucha sequedad”. Márquez añade que los que tienen más problemas de este tipo suelen ser los niños y los jóvenes, ya que “pasan mucho tiempo en la piscina, y suelen abrir los ojos bajo el agua”. Ante el problema del cloro, la experta recomienda usar siempre gafas de bucear, a lo que añade evitar el uso de lentillas al ir a la playa o la piscina, puesto que “son un foco de infección, lo absorben todo y pueden provocar una conjuntivitis en el ojo”.
Pero este no es el único problema con la vista al llegar el verano, también es importante utilizar unas gafas de sol adecuadas. Márquez plantea que, al exponerse al sol, hay que utilizar “unas gafas con protección de categoría 3”, y especialmente en una provincia como Huelva, “con una gran exposición al sol”. La óptica optometrista de Vision&co detalla que las gafas de sol malas “están oscuras y nos da la impresión de que no nos molesta el sol, pero sólo nos quita la luminosidad y no nos protege de los rayos ultravioletas”. Así, “al quitarnos la luminosidad –continúa Márquez- el ojo se abre más y los rayos pasan perfectamente, a corto plazo esto nos puede ocasionar una queratitis, pero con el paso del tiempo puede desencadenar en cataratas”. Por ello, plantea que “es mejor no llevar gafas que utilizar unas malas”.
Pese a todos estos problemas, Márquez considera que la población “está cada vez más concienciada”, y ya no compran las gafas en cualquier sitio, sino que van a una óptica: “Mucha gente no mira las marcas, porque no se pueden permitir unas gafas de grandes firmas, pero sí buscan unas buenas gafas de óptica”. El problema, sin embargo, está ahora en los más jóvenes, que “buscan más la moda”. Por ello, considera que todavía queda trabajo por hacer y aboga por inculcar a los niños desde pequeños la importancia de utilizar unas buenas gafas de sol.