jueves. 12.06.2025
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Condenado a 5 años de cárcel el conductor de un ciclomotor por conducción temeraria y atentado a la autoridad

El condenado se saltó un semáforo en rojo ante una patrulla de la Policía Local, emprendió la huida y se metió, incluso, por una calle peatonal
Condenado a 5 años de cárcel el conductor de un ciclomotor por conducción temeraria y atentado a la autoridad

La Audiencia Provincial de Huelva ha ratificado la condena de cinco años de prisión, emitida por el Juzgado de lo Penal número 3 de Huelva, a un vecino de la capital por los delitos de conducción temeraria y atentado contra la autoridad tras saltarse un semáforo en rojo ante una patrulla de Policía Local y emprender una huida por la ciudad, poniendo en peligro la vida de estos agentes y de los ciudadanos al meterse, incluso, por una calle peatonal.

Según reza la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, en concreto lo condena a un año de cárcel por un delito de conducción temeraria, así como la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante dos años, y cuatro años de prisión por un delito de atentado.

La Audiencia considera probado que este hombre, con antecedentes penales por delitos relacionados con la conducción, el día 12 de julio de 2011 sobre las 10,00 horas conducía por el caso urbano de la ciudad un ciclomotor de su propiedad, con el que rebasó en rojo el semáforo ubicado en la intersección de la Ronda Exterior Norte con la Avenida de Fuerzas Armadas, maniobra prohibida que fue observada por dos agentes de Policía Local.

Estos agentes se colocaron al lado izquierdo del conductor acusado y le dieron señales de alto indicándole el copiloto del vehículo policial que se había saltado el semáforo en rojo, pero el condenado, lejos de detener la marcha, emprendió una huida de los mismos, quienes le siguieron.

A pesar de que uno de los agentes le indicó en varias ocasiones que cesara en esa actitud, el acusado embistió con el ciclomotor hasta en tres ocasiones el vehículo policial, debiendo el conductor del mismo maniobrar para evitar una colisión con graves consecuencias.

A su vez, este hombre prosiguió la marcha a gran velocidad en dirección a la Universidad y en sentido contrario al de la circulación haciéndolo por la mitad de los dos carriles paralelos ubicados en la calzada, conduciendo de esa misma manera por la calle Amadís de Gaula y Sansón Carrasco.

El juez señala en la sentencia que el condenado, que llevaba en el ciclomotor a la que en aquel momento era su novia, desoía los requerimientos policiales de que parara y las peticiones de ésta, quien, asustada, le pedía también que dejara de conducir de tal forma ya que en una de las embestidas al vehículo policial le había hecho daño en la pierna.

Este hombre se metió por una calle peatonal poniendo en peligro la vida y la integridad física del resto de usuarios de la vía pública, momento en el que el vehículo quedó enganchado en unas tablas que había en el suelo, su novia aprovechó para bajarse del mismo y él se dio a la fuga, siendo detenido posteriormente.

En fase de instrucción, ésta señaló que el acusado era su novio y que no recordaba nada de los hechos "ya que hacía mucho tiempo", manifestando durante el juicio que "el conductor era un tercero distinto al ahora acusado quien llevaba la motocicleta y ello a pesar de que se le informó que si mantenía en aquel momento una relación de afectividad con el acusado tenía derecho a no declarar". Sin embargo, ésta negó tener en el momento de los hechos relación sentimental con el acusado y declaró de manera insistente que era otro el conductor, "con el que sí tenía esa relación".