Benito, el soldado de Huelva enterrado en el Valle de los Caídos

La exhumación del cuerpo de Franco ha revolucionado las redes sociales desenterrando viejos recuerdos. Historias de personas como el soldado Benito, que luchó a ambos bandos durante la Guerra Civil
Benito, el soldado de Huelva enterrado en el Valle de los Caídos

La exhumación del cuerpo de Franco ha revolucionado a todo el territorio nacional y, por supuesto, a la redes sociales. Con él también se han desenterrado viejos recuerdos. Vivencias de personas en una de las etapas más duras de la historia de España. Hoy, gracias a la inmediatez de los medios digitales, podemos ser partícipes de hechos que, en otro tiempo, pudieron caer en el olvido.

Historias como la de Benito. Su sobrino, Ángel Romero, agitado por la actualidad del traslado de Franco al Cementerio de Mingorrubio, ha decidido compartir con toda la comunidad de tuiteros, las vivencias de su familiar que, al margen de posicionamientos políticos, se vio inmerso en ambos bandos durante la Guerra Civil, hasta acabar como soldado del ejército del Caudillo.

Benito era el pequeño y único varón de la extensa familia que completaban nueve hermanas mayores. Natural de El Cerro de Andévalo. Como casi todo el mundo en esa tierra, eran pobres y aspiraba a trabajar en la compañía minera de propietarios franceses.

Hizo el servicio militar en el ejército de la República, en Infantería de Marina en Cartagena y al ser quinto del 31, fue movilizado por Orden General del Ejército del Sur del 13 de abril de 1937 por el ejército sublevado. De esta manera, Benito hizo la "mili" con un ejército y lo reclutaron del otro.

Ángel Romero comparte una postal que el propio Benito mandó a su padre desde Cartagena a la mina de El Lomero, donde trabajaba.

"Así que ahora tenía que luchar por los mismos que un año antes habían ejecutado a Estanislao Palomo (agosto 36), marido de su hermana Josefa y la habían hecho abortar por varios golpes de fusil. Aunque esa es otra historia", escribe el usuario de Twitter.

Pero la crudeza de la historia de Benito no termina ahí. Además de a su cuñado, el bando franquista también ejecutó a dos hermanos de su madre: en el cementerio de Huelva a Juan Patricio Valle (24/11/36); y en Calañas a Manuel Patricio (11/37) y en El Cerro a su primo hermano Benito "El señorito", con quien estaba muy unido, y a sus parientes Blas y María.

Dice Ángel, que en 2008 se recuperó el cuerpo de Manuel Patricio, junto a diez más, del cementerio de Calañas, gracias al historiador Francisco J. Tornero. Fue una de las primeras exhumaciones tras la Ley de Memoria Histórica.

A Benito, continúa su sobrino, "lo mandaron al Regimiento de Infantería Cádiz 33. Desde el frente de Córdoba le mandó el 2 de marzo del 38 la última carta a mi abuela que para entonces estaba embarazada de mi madre, a quien él deseaba conocer".

"Benito era cabo de la unidad de lanzaminas y murió el 9 de abril de 1938, diez días antes de que naciera mi madre. En el Cerro del Sordo, cerca de Espiel (Córdoba). Allí murieron cerca de 8.000 personas entre Bélmez, Peñarroya y Pozoblanco. Sus hermanas guardaron el recorte del periódico donde publicaban su muerte".

"Tras su muerte, el diario Odiel y el Diario de Cádiz de 6 de agosto del 38 publicaron una Orden General en la que lo distinguían “por su gran valor, encontrando gloriosa muerte. Y en 1943 a mis bisabuelos le concedieron una pensión de 2.160 pesetas.

Ángel Romero cuenta que a su tío lo enterraron en una fosa en Espiel y se lo comunicaron a mi familia. Algunas de sus hermanas visitaron su tumba. Sin embargo, a principios de los sesenta lo trasladaron al Valle de los Caídos junto a un soldado de Encinasola (Huelva) y dos granadinos de Tocón y Moclín.

El traslado no se lo comunicaron a la familia. El juez Garzón encontró centenares de casos igual en su causa de 2008. En el Valle de los Caídos hay 12.410 desconocidos entre las 33.815 víctimas.

"Mi abuela se murió sin saber dónde estaba su hermano. Yo descubrí que estaba en una caja cualquiera, junto al culpable de su muerte que seguía teniendo un lugar de privilegio a pesar de todo. Y cuando fui a visitarlo tuve que pagar 9 euros. Como un parque temático (de la muerte)", asegura.

El usuario de Twitter dice haber contado esta historia "porque Benito no estaba significado políticamente, ni era del ejército republicano, ni una víctima posterior a la Guerra, pero no queríamos que estuviera junto a Franco, quien dio el golpe de Estado que lo llevó hasta allí", recoge.

Romero hoy está feliz y lo comparte con todo el mundo porque, asegura, "tiene esa pequeña sensación que se respira cuando se pone fin a una injusticia. Y es una sensación realmente buena" ¡POR BENITO!