lunes. 16.06.2025
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8-M: Huelva cojea

La mujer onubense tiene los peores salarios y la mayor brecha salarial de toda España además de enormes dificultades para acceder a puestos de responsabilidad

Hay un techo de cristal y una brecha de acero. En un mundo patriarcal, cargado de egos (en masculino) y víctimas (en femenino) la sociedad onubense cojea, arrastra una de sus dos piernas, la mitad de su población. Los datos son contundentes y el hecho de que muchos aún sigan buscando explicaciones y vericuetos sociológicos a las matemáticas en clave de género, no es más que un síntoma del machismo implícito. Una sociedad con este lastre no avanza adecuadamente.

El de Huelva no es un caso más, esta es la provincia con la mayor brecha salarial de toda España, las mujeres cobran un 32,6% menos que los hombres con el salario medio más bajo del país, 10.217 euros al año.

La onubense es además, una mujer anclada a la pobreza. El 40% de las trabajadoras onubenses cobran menos de 370 euros mensuales y un 24% más perciben menos del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que es de 735.9 euros, esto hace a la mujer onubense, más vulnerable y más dependiente de un hombre que cobra mucho más que ella, una trampa social de la que es difícil escapar.

Carmen Arenas, responsable del Área de la Mujer de CC.OO. dice que la brecha salarial "nace del matrimonio perfecto entre el capitalismo y el patriarcado" para Arenas, está claro que las políticas en este sentido que impiden a las mujeres ser independientes son en definitiva las culpables de una relación de superioridad-inferioridad e incluso son el germen de la violencia machista, ya que la dependencia económica obliga en muchos casos a soportar estas actitudes.

Estas diferencias salariales obedecen a conductas enraizadas en la sociedad que tienen también mucho que ver con el cuidado de la familia y el hogar. El 95% de las excedencias que se piden en Huelva para cuidados de los hijos, son solicitadas por las mujeres. Otro dato revelador, entre los inactivos solo el 4% de los hombres se dedica a las tareas del hogar, mientras que ese porcentaje se eleva al 23% en cuanto a las mujeres en esta provincia. Para Arenas esta desigualdad a la hora de compartir las responsabilidades del hogar y los cuidados de los hijos y de las personas dependientes está detrás de esta brecha, "es la falta de conciliación la que impide a la mujer desarrollarse".

Esta es solo la parte de la brecha de acero, en la del techo de cristal los datos son tan demoledores como los relativos al sueldo. El acceso de la mujer a los puestos y cargos de responsabilidad sigue siendo muy complicado, hay un escalón que aún no se ha conseguido salvar.

Por ejemplo, en materia educativa, el 65% de las profesoras de la provincia son mujeres, pero solo el 38% han alcanzado un puesto como directoras de algún centro educativo.

Algo similar ocurre con los puestos en entidades financieras, donde en Huelva, el número de empleados está bastante repartido (52% hombres por 48% mujeres) sin embargo, en los cargos directivos Huelva no tiene dudas en sus preferencias de género, este puesto está reservado en un 82% a los hombres. El techo de cristal es abrumador.

En la Universidad de Huelva tenemos a una de las cuatro rectoras que hay en toda España, un dato que podría parecer esperanzador, pero tampoco sirve para salvar el problema. Solo el 15% de los catedráticos en Huelva son mujeres, en España la media es del 20%.

La propia rectora de la Universidad de Huelva, María Antonia Peña, afirma que su caso es excepcional porque "para ser rectora primero hay que ser catedrática y ahora lo tenemos muy difícil" y apunta a otra perversión de género la diferencia entre las preferencias de los estudiantes. Las carreras técnicas e ingenierías están muy demandadas por los estudiantes varones, respecto a las carreras de corte más social, como Educación o Enfermería donde predominan las mujeres, un brecha educativa forjada desde la niñez que modela la conducta.

También en el sector sanitario el techo de cristal es notorio. Ninguno de los dos hospitales ha tenido nunca una gerente. En el Infanta Elena, de los 11 cargos intermedios, 10 están ocupados por varones. Marta Maraver, de la unidad de digestivo del Juan Ramón Jiménez, también hace hincapié en este asunto y en la dificultad de las mujeres para llegar a altos cargos en los comités científicos, ella forma parte de un grupo de mujeres hepatólogas de toda España que ha querido visibilizar este techo de cristal.

Y así, se podría seguir atravesando toda la sociedad en sus vertientes, solo 7 mujeres taxistas en la capital entre más de 200, un gran déficit de alcaldesas respecto a los hombres en nuestros pueblos y ciudades, y un porcentaje pírrico de mujeres dueñas de explotaciones agrícolas, mientras que son ellas las que soportan el trabajo en los escalones inferiores.

El sexismo social, la diferenciación, está aún en prácticamente todos los ámbitos y es fácil de discernir, la solución no se atisba a corto plazo.