Detectan 2.300 temporeras, de las 12.000 contratadas para la fresa, que no han retornado a Marruecos

Ya ha comenzado el baile de cifras sobre las temporeras marroquíes que vendrán a Huelva a trabajar en la próxima campaña fresera. La Subdelegación del Gobierno habla de 12.700 temporeras a partir del mes diciembre próximo, la mayoría de ellas repetidoras del año anterior.
Hasta aquí la cifra oficial publicada. Lo que no dicen las autoridades es que del contingente del pasado año, más de un 20% de trabajadoras marroquíes no han retornado a su país y han optado por quedarse en España u otros lugares sin papeles. Esto afecta a unas 2.300 que no usaron el circuito establecido por empresarios y autoridades españolas y alauitas para regresar en tiempo y forma.
Así que la realidad es que aún falta por rellenar más de 2.000 trabajadoras para completar el contingente de la pasada temporada fresera.
Cabe recordar que para poder volver a trabajar en los campos onubenses estas mujeres deben demostrar fehacientemente que han retornado a Marruecos, o bien a través del sellado del pasaporte oficial alauita o un certificado consular. De lo contrario carecerán de papeles en regla, lo que hace imposible renovar su contratación.
El sector ha detectado que este fenómeno del no retorno de mujeres va a más. Ya en las dos temporadas anteriores, 19-20 y 20-21, en plena pandemia, sucedió con un millar de temporeras por año.
A todo este asunto se unen dos derivadas problemáticas: las mujeres que no retornan tras la campaña se convierten en 'sin papeles', lo que les impide de facto trabajar en regla en nuestro país u otros europeos y también que se ha constatado la presencia de algunas de estas trabajadoras en campamentos de infraviviendas, lo que añade penuria a su situación.
Grupos de desalmados muy activos en Huelva
Pero qué ha pasado este año para que más de 2.000 mujeres hayan optado por no retornar a Marruecos. Según las fuentes consultadas por diariodehuelva.es muchas de ellas están siendo engañadas por grupos de desalmados. Aprovechando en muchas ocasiones su escasa formación y problemas de comunicación, les ofrecen aparentemente trabajo en otros lugares y provincias para cobrarles importantes cantidades de dinero por el transporte y la supuesta estancia. Pero los hipotéticos trabajos que les ofrecen nunca llegan. Y se quedan sin domicilio estable y el visado caducado en una situación de extrema vulnerabilidad.
El espectacular aumento del número de mujeres que no ha retornado este año en los autobuses y barcos dispuestos por las autoridades alauitas y españolas tiene mucho que ver con la campaña de confusión y miedo activada por grupos mafiosos que se aprovechan de la inmigración.
A muchas de estas mujeres les fueron diciendo que las relaciones entre España y Marruecos estaban tan mal que el próximo año no podrían venir a trabajar. Ese temor, unido a su mala situación económica en Marruecos les ha llevado a esta escapada de los canales oficiales.