No querían política...
Los trabajadores de Ence afrontan la última semana de negociaciones con la empresa sin muchas esperanzas de que este proceso sirva para dar un giro a la situación. La empresa no da su brazo a torcer y está decidida a cerrar la planta de celulosa y a aprobar un plan de recolocaciones que no resulta muy creíble para los sindicatos.
Parece que de nada servirá el apoyo unánime de todos los partidos políticos a la continuidad de la fábrica ni esa reunión a cuatro bandas en la que participaron el Gobierno central, la Junta de Andalucía, la empresa y el comité. Si había algo que las administraciones podían hacer, ni que decir tiene que no lo han hecho.
Los trabajadores querían que los partidos no hicieran política, que fueran todos a una, que tuvieran un mismo discurso y que no se culparan los unos a los otros. Y ya se sabe lo que ocurre cuando nadie culpa a nadie, que todo es culpa de todos, que es lo mismo que decir q no es culpa de nadie.
Los partidos hicieron lo que querían los trabajadores: firmar un pacto de no agresión. Ahora nadie es culpable del cierre, ni siquiera los responsables de la reforma laboral que posibilita este cierre y de la reforma energética que pone la puntilla.
Y cuando nadie es culpable de algo que va q pasar, lo que ocurre es muy sencillo, que nadie hace nada para evitarlo.