Caso Madeleine. La duda continúa
La psicóloga María Pilar Enjamio analiza el extraño caso de la desaparición hace siete años en una urbanización del Algarve.
Reabierto el caso casi 7 años despues de aquel 3 de mayo de 2007 nada está claro y, por supuesto, no debería descartarse nada ni nadie, dada la situación en la que se desarrolla la desaparición y acaso muerte de la pequeña.
Partiendo de la base de que ser católico, como los McCann, no es eximente de un comportamiento a todas luces nada loable, abandonando a una niña de apenas cuatro años con sus hermanos mellizos solos y con la puerta abierta de la estancia para irse a cenar y tomar unas copas dejando a tres menores sin compañía de adulto alguno. Y si, además, es cierto, como reconoció su abuela, se les suministraban sedantes para dormir ya que los padres eran médicos lo cual tampoco justifica que se le den a un menor, hecho comprobado en la analitica del cabello de Madeleine en la furgoneta familiar. Si a ello añadimos la presencia de restos de sangre tanto en la furgoneta como en la pared de la habitación y las contradicciones, algo extraño sucede.
Por supuesto, la justicia tiene la última palabra, pero la imagen de la madre con el peluche no me inspira ternura y máxime si es verdad lo que dicen que el fondo creado por la familia para la búsqueda de la niña se empleó en pagar la hipoteca de la mansión.
Quizás, la niña se haya levantado y al estar sedada se haya llevado un golpe en la cabeza y su muerte haya sido accidental y el delito sería ocultación de cadáver. Por supuesto, hay que investigar todas las vías y, dada la falta conexión en el pasado entre la policía portuguesa y Scotland Yard, se comparó tambien con el caso de Yeremi, el niño canario. Por ello, la vía del secuestro motivado tanto por pedofilia o red ilegal de adopción deba ser investigada debido a las afirmaciones de personas que dicen haber visto a la niña en distintos sitios y países, sumado a la presencia de un pederasta en el lugar y el tiempo donde ocurrió la desaparición en el Algarve.
Tampoco se debería hacer mucho caso cuando se habla del parecido, ya que hay muchas personas con rasgos similares y, evidentemente, no son la persona buscada. Aunque mi tesis no es nada positiva deseo profundamente que en algun lugar y, aunque sea diez años después, aparezca Madeleine McCann y toda duda quede despejada.
María Pilar Enjamio, psicóloga.