Carta abierta de los padres y madres de la Fundación Laberinto
Los padres y madres de la Fundación Laberinto elevan de nuevo sus quejas después de que esta semana fueran obligados a desalojar su sede de la Plaza de Toros. Los progenitores consideran indignante la actitud del dueño de las instalaciones, el empresario taurino José Luis Pereda, así como sus palabras vertidas en diferentes medios de comunicación durante las ultimas horas y reclaman una solución real por parte de este.
Texto íntegro.
Nos parece que la acelerada reacción en los medios del nuevo “dueño” de la Plaza de Toros es atropellada, ridícula y sin fundamentos. Los padres de la Fundación Laberinto no tenemos tiempo ni para pelear. No se aproveche de su posición, Sr. Pereda.
Pensamos que el hecho de reconocer que tenía soluciones para nuestras familias debe haber sido una frágil reflexión, falta de seriedad y una desesperada salida a la triste realidad.
Usted mandó cambiar las cerraduras de una Fundación en constante actividad, ha tratado a nuestra altruista secretaria de forma medieval, (no olvide su postura, el tono y sus comentarios mientras tomaba el control de su territorio), intentando intimidar a la presente, y a través de ella a todos los que formamos parte de la misma.
El hecho de su acelerada aparición en los medios de comunicación es solo un débil reconocimiento de su culpa.
Nos ofrece un local (ahora):
- ¿Dónde están las llaves y los papeles que lo justifican? Ya que la Fundación se encuentra en la calle. Nos ha echado usted.
- ¿Puede (hoy o mañana) enseñar a los medios de comunicación el local que ofrece? ¿Si tiene las condiciones de habitabilidad, luz, agua y salubridad para que mañana mismo nuestros niños puedan ocupar sus nuevas instalaciones?
Sr. Pereda, usted nos cierra nuestras instalaciones y nos ofrece algo que no está adecuado, no está firmado por sus dueños y sin la esperanza de una pronta solución. ¿Se puede usted apartar de la labor de mal narrador y peor “victima”? Gracias.
La Fundación Laberinto es una asociación de PADRES y nos indignaría mucho a todos los integrantes de la misma pensar que usted se empeña a ponerle apellidos.
Aún así y como la vida a veces nos sorprende con terribles experiencias, siempre tendrá nuestras puertas abiertas (cuando tengamos nuevo refugio) y nuestras manos siempre estarán extendidas para lo que pudiera necesitar.
