viernes. 27.06.2025
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Adame y Torres-Dulce

La dimisión del hasta ahora concejal de Empleo del Ayuntamiento de Huelva, Juan Carlos Adame, presenta numerosas similitudes con la del Fiscal General del Estado, Eduardo Torres-Dulce. La primera es, como ya es b¡en sabido, que ambos han presentado su renuncia a sus cargos, pero no el parecido no se reduce a ese hecho.

Al igual que ocurre con el caso de Torres-Dulce, nadie, o muy pocos, se creen que el histórico concejal del PP en el Consistorio onubense, uno de los 'pesos pesados' del equipo de gobierno de Pedro Rodríguez durante casi 20 años, se haya marchado por voluntad propia. Hay varios elementos que animan a pensar en que su marcha ha sido más bien forzada. El primero es que Adame se mostró dispuesto a suceder a Pedro Rodríguez al frente del PP en el Ayuntamiento. Y el segundo es que el exconcejal de Empleo, cuya dimisión fue aprobada en el Pleno de este lunes, fue el gran damnificado de la remodelación realizada por el primer edil hace ahora un año, cuando Rodríguez le quitó el Área de Economía y Hacienda y le encomendó el 'marrón' de despedir a toda la plantilla de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) y de disolver la citada sociedad municipal. Y todo ello en medio de un proceso de sucesión de Rodríguez que ha provocado el enfrentamiento entre grupos de concejales del PP.

Con el caso de Torres-Dulce ocurre algo parecido. El hasta ahora Fiscal General del Estado dice que se va por motivos "personales", al igual que Adame, aunque es difícil encontrar un medio de comunicación de alcance nacional que atribuya su marcha realmente a una motivación de índole personal. Casi todos, a su manera, coinciden en que la marcha del fiscal se debe a los intentos del Gobierno por controlar el Poder Judicial. ¿No obedecerá el caso de Adame, igualmente, a un intento del alcalde y los suyos de controlar su sucesión y dejar atado el nombre del sucesor?

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