Siguiendo a Begoña Sauci y sus caldos por media Andalucía

Aún cuando hayas mamado con la palabra vid en tus oídos tu infancia, tus primeras carreras entre cepas, las primeras vendimias y la laboriosa elaboración posterior del zumo de la uva, su maceración, hasta que éste entra en los gruesos barriles con la cepa madre. Aún cuando tu ambiente, tu pueblo entero, tu familia vive por y para el vino y su tratamiento; aunque el trasluz de una sola uva dorada te rompa la imaginación y el sueño para trabajarla en la pintura…si a pesar de todo ello eliges la carrera de Derecho con la firme decisión de dedicarte profesionalmente a él, en su rama sanitaria, porque es lo tuyo, te gusta y lo amas, eres de los que vuelve a tus voces telúricas, aquellos sonidos que tú y tu hermana Montse oíais a diario entre las galerías de paredes viejas e históricas de las bodegas Sauci- esa Bodega que tus padres tanto amaron y trabajaron con esa mezcla de uvas de tierras albarizas que eran las mismas que las de Jerez- que tan bien conocías. Y sufristeis cuando, casi en secreto, decidísteis tomar las riendas del negocio familiar.
¿No fue fácil, verdad? Muchas lágrimas, muchas horas en vela pensando como retomar el negocio en un momento en el que la crisis mundial se ceba en el vitivinícola, como en tantos otros. Bollullos Par del Condado es una tierra de vides amasadas por las manos del hombre. Y las hermanas Sauci tenían las manos suaves y el cutis no ajado por el sol como para ser tenidas en cuenta. Lo telúrico y lo atávico. Pero ellas, Montse y Begoña, tenían otra cosa que a la mayoría de los hombres les faltaban, preparación y muchas ilusiones. Sabían lo que era una empresa y conocían la materia prima. Además, sabían de planes de viabilidad, de estudios de detalles y de fluctuaciones del mercado. Sabían que el vino es, como cualquier otro producto, un material que hay que vender, un producto que hay que saber sacar al mercado y que, en ocasiones, el continente es tan importante como el contenido.
Mientras Montse Sauci llevaba todos los asuntos técnicos, administrativos e internos de la empresa, Begoña cogía su automovil cargado de cajas de vinos y folletos en dirección a otras provincias, a otras comunidades autónomas para visitar los contactos preestablecidos, y en ocasiones sin ellos, distribuidores en un intento de introducir su marca en esos recónditos restaurantes y tiendas de vinos. Curiosamente se da cuenta que esa mercancía del condado onubense es aceptada y consumida con mayor grado y frecuencia que en nuestra propia tierra. Su vino bandera, el naranja, famoso entre otras cosa por poseer el galardón al mejor diseño nacional, arrasa en otras regiones cuando en su tierra lucha con otras marcas de localidades próximas.
Lo cierto es que las tácticas y métodos de venta han cambiado y mucho. Estamos en época de degustaciones, catas, maridajes, conferencias o exposiciones públicas sobre las cualidades y calidades de cada vino en concreto. Y es en esto que le pido a Begoña que me deje conocer estos mecanismos in situ. Esto es que me dejara acompañarla en algunos de los tours que tenía previsto durante el mes de abril y mayo. Nuestro primer destino fue Sevilla. El Puente de las Delicias sevillano dentro del evento “Callejeando Food Fest” los días 1 y 2 de abril. Micrófono en mano atraía la atención del numeroso público que deambulaba por los andenes entre stand y stand. Para esta ocasión el vino elegido para la cata fue el Naranja S´ y su maridaje con la empresa de dulces y tortas Inés Rosales. Auténtico éxito el conseguido en el dulce maridaje y calidad del generoso de Sauci y la exquisitez culinaria de Rosales. Hasta bien entrada la tarde abrileña de preferia la gente acudía al reclamo de las explicaciones de Begoña y se interesaban por el famoso vino de Bollullos Par del Condado. A la vuelta, el rostro de Begoña denotaba los síntomas del cansancio y carraspeaba la seca garganta mientras miraba hacia atrás del coche donde me encontraba con mirada interrogativa.
El siguiente evento que pude presenciar fue totalmente distinto. Menos cansado, pero mucho más emblemático, rico y selecto. El recinto de las Bodegas Sauci suele ser un lugar frecuente de la cultura. O bien exposiciones pictóricas realizadas al vino o bien cualquier otro evento relacionado con la uva y la vendimia en las fiestas patronales hallan en el patio central de la bodega el foro idóneo para acoger este tipo de actos y abstraerse entre el olor de las flores de las macetas y el aroma fresco y añejo, a la vez, del vino a sueños poéticos. Y uno de estos fue el que se celebraron los días 27 y 28 de abril dentro de la XVII Semana de Danza, dedicada en esa ocasión al “Abanico”, y titulada “Danza y vino”. La Casa Sauci siempre ha estado ligada al mundo de la cultura y ha hecho de sus vinos no solamente una cultura del paladar sino una cultura plástica y real.
La tercera ocasión que coincidimos fue escasamente veinticuatro horas después. La agenda pública de la empresa empieza a estar a tope y no dejan de atender cualquier llamada que solicitan sus vinos. El viernes 29 de abril, en la apertura inauguración del restaurante onubense Almenta, en calle Marina, requirió la presencia de sus caldos para la misma. El éxito de público fue rotundo y bumerosas caras conocidas de la sociedad onubense pudieron saborear botellas de la marca Spinadura o el Riodiel.
El lunes dos de mayo la carretera nos llevaba camino a la localidad malagueña de Churriana donde se preparaba una cata degustación en La Huertecilla. Vinos enseñas de la Casa como el Naranja S´, el S´px, el Riodiel, el Cream Sauci y el Spinapura formaron el conjunto de lujo de las bodegas Sauci para la ocasión. Según Begoña los vinos que más se solicitan en la actualidad son los famosos naranjas, el vermut y los vinos generosos, oloroso y cream. Vinos todos ellos ideales para degustar con el aperitivo, aunque en el caso de los del S´naranja y el S´px su gusto y textura casi se puede mascar, es puro caramelo.
Y llegamos al final. Este sábado, desde las 12 de la mañana, han realizado una cata del vino Spinapura en el Mercado del Carmen, en apoyo a su comercialización y conocimiento por parte del público onubense de ese lugar en el puesto de abasto de vinoteca M. Romero. Masiva afluencia de compradores del mercado los que se acercaban a catar el magnifico vino a la hora en la que la ingesta del mismo con un aperitivo se apreciaba como un don divino.
Con nosotros estaba Miguel Serra, uno de los socios del Restaurante Moraga, en la céntrica calle Hernán Cortés de Huelva, y lugar donde igualmente se han realizado varias catas de los caldos de las hermanas Sauci. Me hablaba de lo bien que se vende, que la gente lo solicitan cada vez más a la hora del aperitivo, tanto el Spinapura como el vermut y que su Casa se ha convertido en cliente asiduo de las bodegas. Mientras tanto escucho la voz suave de Begoña dirigirse aun grupo de personas que han acudido a probar y saber del Spinapura. Ella, con esa cara amable y guapa, atractiva a rabiar dentro de esos ojos de color indescriptibles, los atiende con su mejor de las sonrisas y les dice que se trata de un vino elaborado con uva palomino fino, de viñas en tierras albarizas, que son las mismas que las del Condado y las de la zona de Jerez. Que es un vino de crianza bajo velo en flor en bola de roble. La gente asiente y la escucha con atención y ella sigue diciéndoles que se trata de un vino limpio, pálido y brillante, de aroma complejo, muy seco y trago amplio.
Se vende, lo vende; aparte el vino, delicioso, se deja comprar. Se me hace tarde. Son cerca de las tres de la tarde y doy por finalizado mi periplo comercial con Begoña Sauci. He aprendido mucho de vino estos días pasados con ella, saber distinguir uno de otro, de observar colores y matices, sabores y tragos. Pero ante todo me he confirmado en una idea que ya conocía. Dejo a una gran empresaria y a una magnífica mujer que no me gustaría perder nunca como empresaria y, sobre todo, como amiga.
Por Miguel Ángel Velasco