martes. 30.04.2024
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Mar Gómez Lorca

Es muy difícil separar a Mar Gómez de Marita Casualwear marca. Es muy fácil, sin embargo, decir que Marita es la propietaria de la tienda de ropa femenina Marita Casualwear y todo el mundo onubense sabrá que Mar y el Casualwear es su Marita.

Esta tienda es el lugar de encuentro de toda mujer que se precie en conocer y querer lo último en tendencia dentro de los cánones de lo más avanzado de cada temporada. Aquí la inexistencia de intermediario y la compra directa a los fabricantes hacen que la clientela acuda diariamente, no solo a tratar con ella, sino a comprar lo que desean a precios muy asequibles.
No conocí a aquella niña sevillana que pasó su infancia y juventud entre los colegios hispalenses de El Buen Pastor, de las Salesianas de Nervión o el instituto Martínez Montañez; pero si puedo imaginarme a la niña que desde pequeña practicaba toda clase de deportes e incluso estuvo varios años federada en la Federación Española de Gimnasia Rítmica. Y digo imagino porque la mujer que conozco sigue siendo pura fibra corporal y tiene el corazón sano, no sólo físicamente, sino el del alma también pues no acude a ella nadie que no se lleve su petición aprobada.


A esta mujer, que viene de una larga herencia familiar de casi siglo y medio por ambas ramas familiar, desciende de una larga saga de comerciantes de Valverde del Camino. Han vestido a esta población y todos los pueblos de alrededores al poseer los mejores comercios textiles de la zona. Sin embargo, sus primeros pasos fueron muy distintos. Quiso hacer INEF en Granada y acabó haciendo Trabajo social en Huelva. Aunque bien es cierto es que en esta decisión pudo más la fuerza de Cupido, vino tras su amor de verano y se casó con él, que el vocacional. Vocación y amor que después se encontraron y una vez acabada su Carrera realizó prácticas en Marruecos con distintas asociaciones de Tetuán y Tánger que las marcó definitivamente en el concepto de darse a los demás sin hacer preguntas. Y, posteriormente, continuó en Huelva, a través de Frater, su ayuda en el colectivo constituido para la integración de los disminuídos físicos. Aparte de un lardo etcétera de asociaciones como Cáritas, Manos Unidas, Proyecto Hombreo Madre Coraje, como colaboradora.
Este espíritu inquieto no olvida, no obstante, la genética familiar y el 13 de diciembre de 2.007, en pleno comienzo de la crisis económica de nuestro país, inaugura su tienda, Marita Casualwear, en recuerdo al nombre con el que siempre se le ha llamado en casa, en pleno corazón de Huelva, en la calle Garci Fernández. Todo lo demás los que la conocen ya lo saben.


Se sienta delante de mí después de pedírselo en varias ocasiones. Ese cuerpo fibroso también está cubierto de nervios y es sumamente complicado hacerla entender que debe dejar lo que está haciendo para escucharme. Al final lo consigo. ¿Qué es para ti la elegancia, Marita?
- La elegancia es una actitud, un saber estar, nobleza, sencillez. Elegancia no significa vestir con ropa cara, ni ir maquillada o peinada de lo más in, no es lujo y exceso. La elegancia es humidad ante la persona, ante lo material y ante la vida misma. Mira, yo siempre suelo poner el mismo ejemplo en esto de la elegancia. Tú coges una foto antigua de cuando estábamos en el colegio vestidas de uniforme y enseguida captas quién es o no elegante. Sin embargo, no equivoquemos elegancia con estilo, pues el estilo es para mí una mezcla de libertad e ironía. Y el tener estos dos valores es alcanzar el colmo de la elegancia. Esta, en definitiva, es valor que se hereda; lo tienes o no lo tienes.


- Muy bien, Marita, y tú como vendedora de imagen que eres qué recomiendas para llevar por la mañana, o qué es lo que tú sueles utilizar.
- Suelo improvisar, no me acuesto pensando qué me voy a poner al día siguiente. Físicamente te diré que nunca utilizo maquillaje, sólo una crema hidratante con color y un pintalabios. El pelo suelto y secado al aire. La cara lavada con jabón neutro y me echo colonia de agua de bebé. Y después tova tapar el cuerpo. En verano, seguro que elijo ropa ibicenca como una falda larga o vestido, mis gafas de sol y por supuesto mi sombrero. En invierno, es difícil separar las otras tres estaciones del año, me inclino por un look de dos piezas, pantalón o falda, con una buena camiseta de algodón, lisa o con algún motivo que me identifique o con una camisa clásica, y sobre ella una americana de color neutro y un foulard.
En cuanto accesorios, casualmente, un colgante , anillos p pulseras a juego con lo que lleve. Para los pies, zapatos o botín cómodos para poder llevar bien la jornada laboral y, por último, un bolso de tamaño medio para llevar lo imprescindible. Una cosa que me encanta ponerme es un cinturón original realizado de manera creativa y algo casual, como un pañuelo con alguna flor artesanal de piel.
Y, por último, en cuanto los colores , para cualquier época del año, son los blancos, negros, que intento evitar por la mañana, los tonos tierras y los azules
- Detalladamente explicado. ¿Te cambias por las tardes?
- En verdad no suelo cambiarme a excepción de los zapatos por si después he quedado con algunas amigas o voy a una exposición o algo relacionado con la cultura con mi marido, y suelen ser más alto. Y por encima, por si hace fresco mi americana o mi cazadora de cuero y las toreritas que también me encantan. A veces, cuando me pongo camisas, no falta mi corbata ya que con ellas me siento muy sexy y femenina.
- Y pasamos a la noche, qué recomiendas o te pones para una con cierta formalidad o un evento formal, Marita.
- No te lo vas a creer pero desde niña tengo un ritual que consiste en llenarme la cabeza de música antes de arreglarme y con ella va surgiendo mi look. Escucho desde música clásica de cine negro hasta Reagee o flamnenco pasando por grupos o solistas musicales. Y entonces ya decido y generalmente suelen ser unos pantalones y un top con hombros al aire o un vestido de color negro, que me quede como un guante y , en el caso de que sea de piel, no se me pegue excesivamente al cuerpo. Todo lo contrario que si llevo pantalón de piquillo, que me gustan super estrecho. Y todo con unos buenos tacones.
Ahora bien, si se trata de un evento protocolario todo cambia. Es imprescindible llevar un vestido con el que te sienta muy segura y de un buen tejido. Es fundamental aquí que tú seas la que te sientas guapa. También me coloco un tacón no excesivo, justo. Para estas ocasiones, utilizo rimmel para las pestañas y un pintalabios rojos, que me encantan. Normalmente, en estos casos, llevo el pelo muy tirante recogido hacia atrás con gomina para que quede perfecto y, por último, me pongo un poco de perfume de suave y dulce, pues anteriormente he utilizados jabón perfumado para bañarme y crema igualmente perfumada. Para rematar opto por un bolso de mano de carey, pero me inclino por las carteras de piel pequeñas. Y, por último, de forma totalmente excepcional, me pondría alguna joya familiar, pues no soy de las que invierto en ellas.


- Te imagino bellísima en todos y cada uno de los look que nos ha señalado, pero ahora cambio de tercio. ¿ Cómo encuentras a la sociedad onubense en relación con la moda?
- Es cierto que desde pequeña, aunque viviendo en Sevilla como te he dicho, pero por las razones familiares que comenté, conozco a la sociedad onubense y veo como ha evolucionado, aunque muy lentamente, en relación a esta cuestión de estilo y elegancia. Siempre ha sido una sociedad muy clásica a la hora de vestir y aunque lo clásico siempre es elegante, parece que se va invirtiendo la tendencia hacia estilos más modernos e innovadores. Si Huelva tuviera más tráfico de personas, nacionales e internacionales, se abriría más al mundo en espíritu y en conceptos, porque eso es fundamental para el enriquecimiento de las personas. Y no quiero acabar sin decirte algo que es muy curioso. Cuando paseo por la calle o voy a una cafetería o en mi propia tienda, cada vez veo a chicas y señoras más guapas y mejor vestidas, elegantes y estilosas. Requisitos estos difícil de encontrar en los típicos circuitos cerrados de nuestra sociedad onubense.
Todo a terminado. Se levanta como un resorte y va a atender a unas clientas que desde hace rato esperan pacientemente mirando los percheros. Se ha olvidado completamente de mi existencia. Su mundo, el comercio de la moda, la secuestra. Es así. Es Mar Gómez Lorca, es Marita.

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