viernes. 29.03.2024
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El San Roque tira de paciencia para obrar otro milagro

El equipo aurinegro es de los más atrasados en la planificación deportiva. En el Ciudad de Lepe no hay preocupación porque saben que deben esperar a que bajen los precios del mercado. El curso pasado fueron quintos con sólo 238.000 euros de gasto en plantilla.
El San Roque tira de paciencia para obrar otro milagro

Mientras el grueso de los equipos del Grupo IV de la Segunda RFEF tiene armado su nuevo proyecto deportivo, el San Roque de Lepe sólo dispone de un entrenador (Antonio Fernández Rivadulla) y tres futbolistas (Antonio López, Charaf y Fran Ávila) con contrato en vigor para la próxima temporada. Y no está claro que Charaf y Ávila vayan a quedarse, dado el interés que han despertado en clubes de mayor entidad.

Sin embargo, en las oficinas del Ciudad de Lepe reina la tranquilidad. Los rectores aurinegros son conscientes de las limitaciones económicas de la entidad, que el curso pasado sólo pudo destinar 238.000 euros a la confección de su primer plantel, para un presupuesto total de unos 350.000 euros. Y hay que dar las gracias a los inversores suecos, que cubren el hueco existente entre los gastos reales y los ingresos propios que genera el club, apenas unos 250.000 euros por temporada.

El papel de Manolo Santana

Todas estas cifras deberían condenar al San Roque al descenso de categoría. Pero afortunadamente, el fútbol no es una ciencia exacta y en su debut en la Segunda RFEF, lejos de bajar, los leperos fueron sextos. Y habrían jugado el 'play-off' de ascenso de no mediar el sospechoso final del Coria-Mensajero. El arquitecto de este logro es Manolo Santana, el director deportivo capaz de armar una plantilla 'top' con un salario medio de 1.300 euros por futbolista y mes. Un milagro se mire por donde se mire.

El momento adecuado

Las claves del éxito son el conocimiento del mercado, trabajar de sol a sol y paciencia, mucha paciencia. Santana sabe que el tiempo es su único aliado. Porque jugadores que hoy piden un sueldo muy por encima de las posibilidades del San Roque, dentro de un mes pedirán la mitad. Y en agosto, menos aún. Por eso, en Lepe asumen con naturalidad la marcha de algunas de sus estrellas, mientras aguardan a que llegue el momento adecuado. El momento de obrar otro milagro.