sábado. 20.04.2024
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Un año después del gran incendio de Almonaster: sin ayudas y sin culpables

El 27 de agosto se cumple el primer aniversario del gran incendio de Almonaster. Aún no hay culpables o causa demostrada. Los vecinos de la Zona Cero denuncian los retrasos de las ayudas prometidas y algunas de las tareas realizadas sobre el terreno afectado.
Un año después del gran incendio de Almonaster: sin ayudas y sin culpables

Más de un año ha pasado ya pero el incendio de Sierra Bermeja en Málaga vuelve a resucitar todos aquellos recuerdos. Aquel gran incendio de Almonaster que entre el 27 de agosto y el 7 de septiembre de 2020 afectó a un perímetro de más de 16.000 hectáreas y arrasó 14.956, unas 1.600 de eucalipto.

Las llamas, alentadas por las derivadas climáticas de una ola de calor, y otras circunstancias sin aclarar, recorrió una docena de municipios y áreas rurales diseminadas, obligó a evacuar a unas 3.000 personas, paralizó la actividad minera, amenazó explosivos, quemó animales, asfixió aves y decenas de especies cinegéticas, carbonizó campos y cortó carreteras. Las pérdidas económicas, ambientales y emocionales fueron terribles.

3.150 vecinos de las aldeas de Mina Concepción, Cueva de la Mora y Monteblanco (tres aldeas de Almonaster la Real), Traslasierra en El Campillo, El Villar, El Pozuelo y El Buitrón, en Zalamea la Real, además de La Zarza-Perrunal, los núcleos residenciales de Los Pinos, La Florida, Los Campiños y Puerto Blanco en Valverde del Camino y la pedanía de Sotiel Coronada en el municipio de Calañas y La Zarza se vieron afectados directamente, teniendo que desalojar sus viviendas ante el avance de las llamas

Todo pasó a partir de las 14.15 del 27 de agosto tras declararse un foco cercano a Cueva de la Mora y  Aguas Teñidas. De ahí la tremenda progresión de este incendio que circuló entre Almonaster, al norte, Valverde, al sur, Calañas y La Zarza al oeste y Riotinto al este.

En este año transcurrido no ha habido detenciones y acusaciones formales relacionadas con su autoría y aún está por constatar y sustanciar policialmente cuál fue el punto de ignición del fuego y quién, cómo o qué lo causó. Más allá de apuntarse a unas obras que se realizaban en las inmediaciones de Cueva de la Mora y Olivargas.

En este tiempo ha habido polémica, y mucha, sobre las labores de reforestación puestas en marcha por las administraciones, el destino de los terrenos afectados y algunas fincas privadas que se salvaron de las llamas. Algunas destinadas,  a albergar vertederos de escombros mineros.

Diariodehuelva.es ha sondeado a algunos vecinos de la Zona Cero del gran incendio. Hay mucha desesperanza y críticas a parte de la reforestación y talas realizadas, que se consideran "discriminadas y abusivas". Esa es la impresión que hay y se palpa en Cueva de la Mora. De las críticas no se libra ni el Ayuntamiento matriz de Almonaster.

Hasta se ponen ejemplos de talas muy cuestionadas. Como las de  la zona de Castillejitos. Allí se ve la zona donde ha actuado la mano del hombre y donde dudan de los criterios forestales seguidos. Se observan los regajos, el suelo desprotegido y la erosión que se produce.

Tras estas letras, en días venideros,  llegarán las valoraciones y balances de las administraciones y los recuentos de medidas implementadas e inversiones sobre el terreno y puestas en marcha por la Junta y el Gobierno para mitigar los daños enormes que causaron las llamas a miles de personas: hortelanos, ganaderos, apicultores, y forestales.

Pero a día de hoy los vecinos y asociaciones que trabajan sobre el terreno aun esperan las ayudas prometidas desde las administraciones aunque nunca se llegó a producir la declaración de zona catastrófica . Y nada se sabe de la Oficina Técina en el pueblo.

Consideran que "las personas que vivimos aquí hemos sido las grandes olvidadas".

Las personas mayores han tenido que reconstruir sus huertos con sus propias manos, con sus medios y dinero, tirando de sus ahorros y maltrechas pensiones, en una cadena de auxilio mutuo que ha paliado los retrasos que acumulan las ayudas públicas prometidas.

Han vuelto a colocar las vallas, repuesto tuberías quemadas y desechas, reconstruido casas y cuartos de aperos, riegos y gallineros y corrales de ganado. Han vuelto a sembrar arboles frutales. Todo esto, dicen, sin reconocimiento ni ayudas para una zona que actúa como cortafuegos natural.

A pesar de todo, han tenido que contemplar como las grandes madereras que se han hecho cargo de los trabajos en el terreno "han hecho un negocio redondo con su mano de obra foránea y una escasa contratación local".