miércoles. 08.05.2024
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Enrique Biedma: “El confinamiento ha sido una prueba de fuego para las parejas”

La pandemia ha incrementado los trastornos psicológicos de una ciudadanía necesitada de dejar atrás el mal sueño del confinamiento y las restricciones que ha llevado aparejada. Hablamos con el psicólogo Enrique Biedma.
Enrique Biedma: “El confinamiento ha sido una prueba de fuego para las parejas”

Para Enrique Biedma, el Covid-19 y las medidas arbitradas por los poderes políticos para controlar su expansión han representado un desafío como sociedad que no sólo nos ha pasado factura a nivel social, humano y económico, sino que a sometido a nuestra psique a un estrés y presión que ha minado la salud mental de una parte importante de la población. El prestigioso psicólogo, una de las mentes más brillantes de Huelva, nos revela como encaminarnos a la normalidad tras un periodo en el que la pandemia ha incrementado los trastornos psicológicos de una ciudadanía necesitada de dejar atrás el mal sueño del confinamiento y las restricciones que ha llevado aparejada. 

Biedma es Psicólogo y Master en Psicología Clínica, Diplomado en Trabajo Social, escritor y uno de los jugadores de ajedrez más brillantes de la provincia. Todo un privilegio que nos regale su sapiencia en estas páginas digitales.

 

Naciones Unidas alertó de una “crisis masiva” de salud mental debido a la pandemia. ¿Comparte este pesimista vaticinio?

Es un punto de vista pesimista, si bien sí es cierto que la pandemia ha llevado aparejado un significativo incremento de los trastornos psicológicos y psiquiátricos; a su vez, ha exacerbado los ya existentes en personas aquejadas previamente de ellos.

¿Cómo afecta un confinamiento y el aislamiento a la salud mental de los ciudadanos?

Hay personas que lo llevan bien, e incluso hasta lo han disfrutado. Es el caso de los aficionados a la lectura, por ejemplo. En otros casos el resultado ha sido el opuesto, creando problemas tales como estados afectivos negativos (tristeza, irritación y desasosiego, aburrimiento, sensación de vacío, ansiedad e incertidumbre) y exacerbación de problemas de pareja previamente existentes. Esto es algo que sucede en relaciones obligadas a convivir estrechamente durante muchos días, lo que ha llevado a un empeoramiento de las mismas, ya de por sí deterioradas. En otros casos, han aparecido trastornos de ansiedad e incluso problemas hipocondríacos no clínicos. En estos pacientes el efecto de la pandemia ha sido devastador.

¿Es posible extraer algo positivo de esta pandemia?

Eso dependerá de cada persona. Muy pocas han sacado cosas positivas de esta crisis sanitaria, que también es económica y política. No es cierto que vayamos a salir más fuertes o mejor de esta pandemia. Quizá en algunos ciudadanos esto haya servido para redescubrir o descubrir otros valores en la vida más auténticos, que tienen que ver con la solidaridad, estrechar relaciones con nuestros seres queridos, fortalecer las relaciones de amistad y, en general, abandonar o dar menos importancia a los valores consumistas y materialistas. Acercarse a la cultura puede ser igualmente una oportunidad a valorar en estos tiempos de pandemia.

“Es posible afirmar que el confinamiento ha sido la mejor prueba de fuego para las relaciones de pareja?

Lo han sido para aquellas que estaban deterioradas. En parejas en las que la armonía era una constante ha servido, incluso, como una oportunidad para pasar más tiempo juntos y poder ser más felices disfrutando del tiempo y de las actividades compartidas. En el resto de los casos, ha sido una verdadera prueba de fuego que, en muchos casos, ha salido mal.

¿Cuáles han sido los conflictos más recurrentes durante el Covid? 

Los que tienen que ver con una convivencia forzosa en parejas mal avenidas. Irritación, incluso malos tratos psicológicos y físicos, malhumor, distanciamiento, deterioro de la comunicación, sentirse invadidos en el propio espacio personal.

¿Qué efectos tiene para nuestras relaciones sociales el que nos comuniquemos con personas a las que la mascarilla les oculta su rostro? 

El efecto es pernicioso. El contacto físico es fundamental, así como las expresiones de afecto y, en general, la expresión emocional que la retroalimenta.

¿Hasta qué punto puede afectar este circunstancia a la empatía con nuestros semejantes?

Algunos rasgos comunicativos pueden compensarse con otros. Si tienes mucha empatía, puedes lograrlo. Los ojos, por ejemplo,  pueden transmitir una sonrisa. Ahora bien, si el nivel de empatía es bajo o inexistente, como sucede en la mayoría de las personas, la comunicación será más pobre a consecuencia del uso de la mascarilla, pues oculta rasgos faciales importantes en la expresión y en la comunicación de las emociones y de los pensamientos.

¿Cuál es el perfil de personas que contrata sus servicios?

Son recurrentes las personas con trastornos de ansiedad. Muchas personas han terminado desarrollando comportamientos fóbicos en relación con el coronavirus. Por ejemplo: comportamientos de evitación, conductas obsesivas de comprobación recurrente, ansiedad y temor ante determinados contactos sociales o permanencia en determinados ambientes, incluso autoconfinamiento voluntario durante muchos meses, llevando a trastornos depresivos. Sentimientos de desesperanza. Aparición de trastornos de ansiedad y depresivos en personas con problemas económicos a consecuencia de la crisis. Trastornos psicosomáticos (colitis ulcerosa, etc.). Problemas de sueño, de salud derivados del sedentarismo (obesidad, problemas circulatorios, diabetes, etc.)

¿Considera que el exceso de información ha incrementado el estrés psicológico?

Sin lugar a dudas. El exceso de información y, asimismo, la desinformacion y las contradicciones.

¿Es posible volver a la normalidad y dejar atrás este mal sueño o los problemas psicológicos persistirán en el tiempo?

Por supuesto que es posible volver a la normalidad. Tenemos recursos psicológicos para ello. Un buen consejo es tratar de vivir con la mayor normalidad posible, utilizar el sentido común a la hora de valorar las informaciones o desinformaciones que nos ofrecen los medios de comunicación oficiales, obviar las declaraciones de los políticos y atender únicamente a las recomendaciones de los sanitarios en el ámbito personal y, una vez hecho eso, olvidarse de todo lo demás.