jueves. 28.03.2024
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Rescatan un libro con el árbol genealógico de las familias González y Muñiz en Galaroza

Su autor, Manuel Antonio González González, aporta datos que se remontan a 1365
Rescatan un libro con el árbol genealógico de las familias González y Muñiz en Galaroza

Pocas semanas después de crear un área específica de genealogía, la Asociacion Cultural Lieva ofrece ya el primer fruto de sus trabajos. Se trata del rescate de una publicación donde se dan a conocer dos de los troncos familiares más importantes de Galaroza en los últimos siglos, la familia González y de la familia Muñiz, cuyos árboles genealógicos constituyeron el centro de un libro publicado por Manuel Antonio González González hace ya décadas.

El autor, que ha alcanzado ya los 90 años de edad, realizó esta iniciativa impulsado por su pasión por dar a conocer el origen de su estirpe y también para que no se perdieran datos y documentos fundamentales para la historia de sus ancestros y del propio pueblo que les vio nacer.

El libro se publicó a finales de los años 90 del siglo pasado, y tuvo una edición corta, dirigida fundamentalmente a miembros de las familias implicadas. Manuel Antonio comenzó a recopilar documentos familiares unos diez años antes. Al principio, tomó interés por un puñado de legajos que procedían de su familia, concretamente de pedro González y Rafael González, hermanos que fueron alcaldes de Galaroza, representando al partido liberal y al conservador, respectivamente.

Este reto fue para él “como un crucigrama que uno empieza y cada vez tienes más ganas de acabarlo, intentando encontrar cualquier momento para continuar”. Estudió numerosas escrituras, actas testamentarias, la creación de capellanías, los lazos que unían a los distintos herederos y un sinfín de papeles que fueron desbrozando su camino.

Sin formación previa alguna, supo descifrar líneas sanguíneas y vincular a muchos parientes a través de los siglos. Contó con la colaboración de Luis Fernández González y José Luis Sánchez González, que le ayudaron con datos de diversos archivos. Los resultados obtenidos le han llevado a latitudes como la localidad de Rosal (Pontevedra), Cádiz, Vélez-Málaga, Oporto o Vigo.

La suposición que hizo Manuel Antonio sobre la llegada de estas familias a Galaroza le sitúa en la repoblación castellana tras la conquista cristiana de estas tierras. Dividió su trabajo en líneas ascendentes y descendentes de las cuatro ramas de sus abuelos. En cuanto a las ascendentes, fueron Manuel González Muñiz, nacido en 1841, hijo de Juan de Rivera González de Tovar y de María Antonia Muñiz Cañizares, por el que se llega por línea continua y directa hasta el año 1610 y en línea no continua y no directa hasta 1365; Leonor Muñiz Muñiz, nacida en 1842, hija de Pedro Muñiz González y de Dolores Muñiz Muñiz, por la que se llega de alguna forma hasta 1612; Antonio González González, nacido en 1842, hijo de Antonio Baldomero González González y de Petronila González Vázquez, con ascendientes que llegan a 1553; e Higinia González Torres, nacida en 1871, hija de Joaquín González Oubiña y de Auroras Torres Lárraga, con parientes hasta 1710.

El esquema etimológico descendente incluyó a Andrés Gregorio Salvador González de Tovar, Víctor Salvador González de Tovar, Pedro Muñiz González y Juan de Rivera Salvador González de Tovar, en la que se reconoce la familia más directa de Manuel Antonio.

Otras aportaciones del libro son de gran interés, como el escudo familia de los González, del que existen datos al menos de 1830, y en el que destaca un cuartel perteneciente a los Castilla. Precisamente el hijo de Gonzalo Castilla, Don Álvaro de Castilla, es uno de los cachoneros con más fama y reconocimiento del que se tiene noticia, ya que fue secretario del rey Carlos II, y del que se conserva la escritura de propiedad de su casa natal en Galaroza, adquirida al parecer por su abuelo en 1601. En cuanto a la familia Muñiz, el autor refiere un cuadro de su propiedad del siglo XIX que contiene información del origen del apellido.

Como apéndices de la investigación, el libro aporta documentos de gran valor. Por ejemplo, la primera página de confirmación de hidalguía de D. Pero Alonso el Viejo y de sus tres hijos, D. Pero Alonso el Mozo, D. Juan Salvador y D. Martín Alonso González, reafirmada en 1526.

Cláusulas testamentarias que se remontan a 1675, con la referencia a la fundación de la Capellanía de Misa de Alba, escrituras de propiedad de fincas de 1684 o documentos de gastos de suministros facilitados a las tropas españolas por los vecinos de Galaroza en 1816, completan esta interesante documentación.

Entre los objetivos que ya mencionaba en el prólogo, consiguió “dar a conocer los datos ya recopilados a los familiares y demás personas que pueda interesarles” y también que personas interesadas pudieran aportar sus conocimientos y profundizar en la historia, como ha sucedido con los colaboradores de Lieva que han enriquecido el trabajo inicial de la publicación. Finalmente, también logró “crear un sentimiento de afinidad entre las familias de los González y los Muñices del pueblo de Galaroza”.