jueves. 28.03.2024
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El ocultamiento de los cadáveres de las mujeres asesinadas deja obsoleto el 'mapa de fosas'

La búsqueda infructuosa de los enterramientos donde los represores franquistas ocultaron los cadáveres de las 31 mujeres fusiladas en Zufre y Puebla de Guzmán deja obsoleto el mapa de fosas de la Guerra Civil y el franquismo.
El ocultamiento de los cadáveres de las mujeres asesinadas deja obsoleto el 'mapa de fosas'

Ya se conoce la memoria científica definitiva de los trabajos de exhumación de las fosas comunes del franquismo ubicadas en el cementerio de Higuera de la Sierra. Y ha vuelto a pasar. Como ya sucedió con las Rosas de Guzmán, las 15 mujeres secuestradas y asesinadas por los golpistas en Puebla de Guzmán en septiembre de 1937, los restos de las 16 mujeres de Zufre tampoco han aparecido después de realizar hasta 19 sondeos en el cementerio viejo de Higuera de la Sierra, donde se marcaba su enterramiento.

Han sido arduos los trabajos del equipo de arqueólogos y forenses encabezados por Elena Vera, Juan Manuel Guijo y Jesús Román pero infructuosos en la búsqueda de las mujeres. Una iniciativa que había surgido de familiares de las víctimas de la represión y del Grupo de Trabajo Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía de la CGT-A.

A pesar de no hallarse la fosa o fosas donde fueron enterrados y ocultados los cuerpos de las 16 mujeres sí se han encontrado y documentado otros 20 cuerpos de represaliados, 19 hombres y una mujer, que presentaban daños perimortem por impacto de proyectiles, fracturas y signos de violencia varios así como la constatación de que las víctimas habían sido atadas con cables.

Se trata en todos los casos de inhumaciones clandestinas en las que los verdugos y responsables de las muertes no dejaron constancia de la ubicación de las mismas o memoria individual de cada víctima enterrada, según consta en la memoria científica del trabajo que ha sido financiado por la Junta de Andalucía con el apoyo logístico del consistorio local.

Tras la presentación del informe registrado el pasado 28 de diciembre de 2020, Cecilio Gordillo, coordinador del Grupo de Trabajo Recuperando la Memoria y la Historia Social de Andalucía, ha asegurado que estos hechos "ponen en cuestión el mapa de fosas en Andalucía".

Gordillo recuerda que de las cinco fosas más importantes de mujeres (fusiladas por el franquismo) investigadas sólo han aparecido dos, las de Guillena y Grazalema. Por ello, el coordinador del Grupo de Trabajo se pregunta "qué es lo que ha ocurrido en todo este tiempo para que ni siquiera con los datos de los consejos de guerra y las ejecuciones aparezcan los restos de las personas asesinadas".

Está claro que en muchos casos la maquinaria represiva franquista documentó sus propios crímenes pero luego no dijo dónde estaban enterrados los cuerpos de esas víctimas.

Luego, en un macabro juego, muchos de esos cadáveres, en este caso de mujeres, fueron tapados, removidos, mezclados con zahorras y ocultados para siempre.

Los trabajos de exhumación comenzaron el 29 de julio de 2019 en el cementerio de San Sebastián de Higuera de la Sierra (Viejo)  y ahora la memoria plasma unos hechos represivos brutales.

Los militares y simpatizantes franquistas tomaron la población el 15 de agosto de 1936 y hasta primeros de noviembre fueron eliminadas 27 personas por aplicación del bando de guerra.

Ya en noviembre de 1937 son fusiladas, sin juicio previo, el día 4, 21 personas de Zufre, 16 mujeres y 5 hombres; el día 10 otro hombre de Higuera y el 23 un vecino de La Granada de Riotinto. Según consta en las investigaciones, en el cementerio de Higuera se llegó a enterrar a 50 personas sin juicio previo que fueron sepultadas en fosas comunes.

El equipo de trabajo, que ha contado con la investigación previa de Raquel Almodóvar, se ha documentado con las entrevistas a familiares y vecinos de Higuera de la Sierra para que “nos señalaran físicamente el lugar donde se podrían localizar las fosas en el interior del cementerio”.

Según apunta el informe, los lugares indicados fueron varios, pero se centraban en dos áreas, una en la zona alta del cementerio en el entorno de los primeros parterres y la segunda en la zona baja, bajo el escalón y a la derecha de la Capilla (teniendo la Capilla de espalda).

Se ha abierto una superficie de 147,50 m2 distribuida en 19 sondeos con cuatro ampliaciones en los sondeos 3, 7, 9 y 18. En la zona alta se han realizado once sondeos: sondeo 1, 2, 3, 7, 8, 9, 10, 15, 17, 18 y 19; los sondeos 4, 5, 6, 11, 12, 13 y 14 se han abierto en la zona baja en el lateral derecho de la Capilla; y el sondeo 16 en la zona intermedia en el parterre 5, detrás de la Cruz.

Una vez finalizado los trabajos toda el área excavada ha sido reparada, con el sellamiento de los sondeos compactando la tierra, con la repavimentación de las zonas de tránsito y con la restauración de la vegetación en las zonas ajardinadas intervenidas.

Ahora, explica la memoria de los trabajos realizados en el cementerio de Higuera, “los restos que se han confirmado de víctimas represaliadas han sido objeto de estudio forense y quedarán bajo la guarda y custodia del Ayuntamiento de Higuera de la Sierra, depositados en la sala habilitada a tal efecto. Los restos óseos no vinculados a la represión han sido enterrados de nuevo”.

Al finalizar la intervención e investigación de los restos recuperados se han guardado en cajas de plástico, debidamente sigladas. Cada caja acoge los restos de una víctima. Éstas han sido trasladadas a una sala cerrada en dependencias adecuadas del Ayuntamiento de Higuera de la Sierra, donde quedarán bajo custodia hasta que puedan ser identificados a través de análisis de ADN y devueltos a sus familiares.

La entrega de esta memoria pone fin de momento a la búsqueda de los restos de las 16 mujeres de Zufre fusiladas en aquel aquelarre de terror de noviembre de 1937.

Pero tras esta constatación y lo ocurrido  antes en Puebla de Guzmán, donde la búsqueda de las Rosas de Guzmán también resultó infructuosa, resulta muy llamativo el interés de los verdugos por ocultar sus crímenes para que los cuerpos de las víctimas no sean hallados. Y eso a pesar de que los ayuntamientos han ido realizando obras en los cementerios, removiendo tierras, mezclando restos óseos con zahorras y contribuyendo, en algunos casos estudiados, a la destrucción de pruebas de crímenes de lesa humanidad.

Las 16 mujeres de Zufre tenían edades comprendidas entre los 30 y los 62 años cuando fueron fusiladas. Los restos de Teodora, Remedios, Modesta, Josefa, Elena, Bernabela, Dominica, Felipa, Amadora, Mariana, Antonia, Encarnación, Faustina, Carlota, Amadora y Alejandra  fusiladas el mismo noviembre del 37 siguen en paradero desconocido.

El Grupo de Trabajo Recuperando la Memoria Histórica y Social de Andalucía de CGT-A, impulsor de esta exhumación, se pregunta cómo es posible que sucedan estas cosas.

Su coordinador, Cecilio Gordillo, echa en falta la implicación de los ayuntamientos a la hora de aclarar este tipo de ‘desapariciones post mortem’. Si, en algunos casos, fueron enterradas en un lugar de su propiedad, el cementerio del pueblo, cómo es posible que luego no aparezcan ahí. ¿Ha fallado la custodia de esos restos que es obligación de los ayuntamientos? se pregunta.

En la provincia de Huelva van ya dos casos.

Se sabe que en muchos lugares fueron abiertas las tumbas y llevados los restos al Valle de los Caídos. En algunos pueblos se han hecho obras que han podido acabar con los restos mezclados con los escombros, en otros vaciados y removidos los terrenos para ampliaciones. Demasiadas intervenciones sin control y sin tener en cuenta a las víctimas que podían estar en esas zonas.

Los mismo sucedió en Puebla de Guzmán con sus Rosas de Guzmán, quince mujeres fusiladas siguiendo el mismo procedimiento asesino y el ritual represivo que en Zufre. Y tampoco aparecieron sus restos después de levantar literalmente el antiguo cementerio puebleño. Aunque allí sí había evidencias de que la tierra había sido removida y amplias zonas vaciadas.

María San Blas, Beatriz, Mercedes, Sampedro, Antonia, Dolores, María Rodrigo, María Peña, Catalina, María, Concha, Concepción, Dolores María Dolores y Josefa siguen en el recuerdo de Puebla de Guzmán y en la memoria del callejón de la Fuente Vieja. En la memoria, los trabajos del puebleño José Domínguez Álvarez, Pedro el Sastre, para salvaguardar la memoria de las víctimas, sus nombres y sus vidas arrebatadas. Eso sí lo consiguió 'el Sastre'.

Más de 80 años después, estos crímenes siguen pesando en la memoria colectiva y siguen ocupando y preocupando a familiares, pueblos y administraciones.