lunes. 29.04.2024
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La desigualdad de criterio de las CCAA perjudica al Recre

La Junta mantiene el límite de 800 espectadores para el estreno del Recreativo en Huelva. El pasado fin de semana hubo 3.045 aficionados en El Sardinero, 3.000 en Riazor y 2.400 en El Romano. El Decano se siente agraviado.
La desigualdad de criterio de las CCAA perjudica al Recre

Una ola de indignación recorre a la afición del Recreativo. Pocos entienden que siendo Huelva una de las provincias menos afectadas por la pandemia y siendo el Nuevo Colombino uno de los estadios con mayor capacidad de la toda la Segunda División B, la Junta de Andalucía siga limitando a 800 el número de espectadores que podrán asistir este domingo al primer partido del Decano como local.

Mientras, en otras ciudades más castigadas por el coronavirus, sus autonomías han dado luz verde a la entrada de miles de personas a los campos de fútbol. El pasado fin de semana, el Gobierno de Cantabria permitió que hubiera 3.045 aficionados en el Sardinero. La Xunta de Galicia vio bien reunir a 3.000 espectadores en Riazor. Y la Junta de Extremadura aplaudió que El Romano albergase a 2.400 seguidores.

Más espectadores

Y en algunos casos, la cifra de asistencia quedó muy por debajo del aforo máximo permitido por las autoridades. Extremadura, por ejemplo, acepta que se ocupe hasta el 50% del aforo total del estadio, posibilitando que pueda haber 7.000 espectadores en el Nuevo Vivero de Badajoz o en El Romano de Mérida.

La Comunidad de Madrid establece el mismo porcentaje, pero con un tope de 600 personas. Y en Euskadi se tolera el 60% de ocupación, si bien, con un límite de 1.000 aficionados. En Andalucía, la Junta permite ocupar el 65% del aforo del campo, aunque con un máximo de 800 espectadores.

Gran masa social

Una decisión que perjudica a clubes con una gran masa social como el Recreativo, el Córdoba y, en menor medida, el Algeciras. Los tres han solicitado a los políticos una ampliación del aforo máximo permitido por vías distintas. Y los tres se han encontrado con una negativa. El agravio está servido.