sábado. 27.04.2024
El tiempo

El incendio vive su sexto día de actividad con rebrotes y cien efectivos dedicados a su total extinción

El incendio desatado en el paraje de Olivargas (Almonaster) sigue activo. Entra en su sexto día con un centenar de efectivos trabajando aun en su extinción. Comienzan a visualizarse las enormes pérdidas que causará a la provincia de Huelva.
Todavía son visibles las columnas de humo procedentes de la zona incendiada
Todavía son visibles las columnas de humo procedentes de la zona incendiada
El incendio vive su sexto día de actividad con rebrotes y cien efectivos dedicados a su total extinción

El incendio de Olivargas (Almonaster) entra en su sexto día. Se mantiene vivo, activo aunque se ha dado por estabilizado, no controlado. Y siguen surgiendo focos que inquietan a las poblaciones, que siguen viendo alertas y señales de humo a su alrededor.

Lo mejor: las más de 3.000 personas desalojadas han podido volver a sus casas. Lo peor: Comienza a palparse la tremenda dimensión de la catástrofe económica, social y ambiental que afectará a la provincia de Huelva.

Con las llamas aun en el horizonte y una mirada de desconfianza fijada en la mirada, los ayuntamientos, agricultores y ganaderos comienzan a cuantificar las pérdidas que acarreará un incendio del que se hablará mucho tiempo.

De momento, 27.000 hectáreas perimetradas de once localidades y (no hay cifra oficial aun porque sigue activo) otras tantas arrasadas.

Las llamas y el humo han acabado con cientos de animales: fauna silvestre y cinegética han afectado a la ganadería y a muchas explotaciones forestales de un gran valor económico e impacto social por el empleo que generan en las comarcas afectadas, la Sierra, aunque no el Parque Natural, y en el centro de la provincia, especialmente Calañas, Valverde, Zalamea y El Campillo.

Se han perdido cabezas de ganado ovino, bovino y porcino y también caprino.

Y también ha causado pérdidas en empresas mineras, que han visto paralizada su normal funcionamiento durante cuatro días, además de dedicar ingentes efectivos a defender las explotaciones de cobre, como ocurrió en Aguas Teñidas.

Mientras, más de un centenar de efectivos han trabajado durante toda la noche para combatir las llamas, aunque eso sí, ayudados por las condiciones climatológicas.

Para dimensionar el peligro que aun acecha recordar que están destinados al incendio de Olivargas cien bomberos forestales, así como las dotaciones de cinco camiones autobomba y dos vehículos nodriza, dos agentes de medio ambiente, un técnico de operaciones y un técnico de extinción.

El Plan Infoca no ha aclarado a diariodehuelva.es si aun hay zonas en llamas. Sí explican que el incendio se ha dado por estabilizado al completo, no tiene zonas activas aunque si riesgo de retorno. La zona con más riesgo se ubica ahora mismo en el flanco sur, en la zona de Valverde y aledaños. Y ayer tarde se reactivó un foco latente en la zona de Aguas Teñidas.

De momento, la Unidad Militar de Emergencias ha retirado sus efectivos después de jornadas intensas de trabajo y apoyo en las zonas afectadas, que han agradecido su trabajo (ejemplo de La Zarza) despidiéndoles con un estruendoso aplauso.

También comienzan a oírse las voces que piden una reflexión sobre las causas y consecuencias de este tipo de incendios que se están convirtiendo en demasiado habituales: en Huelva van tres, Riotinto 2004, Doñana 2017 y éste de Olivargas-Almonaster activo a día de hoy después de seis días de intensa lucha contra las llamas.

La organización ecologista WWF ha señalado que incendios como el de Almonaster  "suelen ocurrir en territorios con una deficiente gestión, donde el monte se ha vuelto más vulnerable".

Juanjo Carmona, portavoz de esta organización en Doñana, cree que ya habrá momento para valorar en profundidad lo que ha pasado y que "ahora mismo hay que estar con todos los sentidos puestos en la extinción del incendio, que esperemos ocurra lo antes posible, y, sobre todo, agradecer el ingente trabajo de todos lo profesionales, desde el Infoca, la Unidad Militar de Emergencias (UME) y los bomberos del Consorcio Provincial de Huelva, hasta todo el personal que trabaja directamente en la extinción, y aquellos que están colaborando en minimizar su impacto social".

Carmona abunda que este tipo de incendios "suelen ocurrir en territorios con una deficiente gestión, donde el monte se ha vuelto más vulnerable, con una deficiente ordenación del propio territorio", toda vez que ha señalado que en este caso "se está hablando mucho en estos días de la gran cantidad de masa de eucaliptos sin una adecuada gestión en la zona".

WWF critica la mala gestión y abandono del monte

Y piensa en buena parte de la provincia de Huelva donde durante años se ha planificado y ordenado el territorio pensando en dotar de un producto, como era el eucalipto, a una empresa concreta para su explotación. Y en el momento que esta empresa abandona sus explotaciones y se pierde el interés sobre estas masas forestales pues ocurre que una falta de gestión y ordenación convierten el monte en vulnerable.

Carmona insiste en que ahora hay que afrontar la restauración del monte y "aprender la lección" para que los planes de restauración se usen también en otras zonas donde existe el mismo diseño de monte llevado a cabo durante décadas por la Junta de Andalucía. Para Carmona, hay que revertir una situación que puede generar un problema no solo medioambiental sino también con un gran impacto social entre las personas que sufren un incendio de este tipo.

Ecologistas reclama ayudas públicas

Por su parte, Juan Romero, de la Plataforma Fuegos Nunca Más, espera que ahora "no se haga pagar a los grandes afectados por este incendio, los ganaderos y pequeños propietarios que han perdido su cabaña y propiedades las consecuencias de una mala gestión del territorio por parte de las grandes empresas e incluso las administraciones públicas".

Romero recuerda que muchas hectáreas de monte quemado llevan años abandonadas a su suerte y han estado en manos de las distintas administraciones.

Romero ha aconsejado a los afectados que se organicen y exijan a sus ayuntamientos la puesta en marcha de una oficina técnica para coordinar las ayudas y valorar las enormes pérdidas que han tenido.

Romero ha reclamado que se den incentivos y ayudas a los que mantienen el monte y la dehesa, igual que se hace con la agricultura intensiva, "porque el mantenimiento del bosque y la dehesa no se puede meter en la dinámica del mercantilismo".

Para Juan Romero, los pastores, la gente que cuida el monte y vive de él "deberían declararse bien de interés" y apuesta porque la Política Agraria Común (PAC) de la UE reconozca la tarea que hacen y destine fondos comunitarios, además de que los Presupuestos Generales del Estado también contemplen partidas para este sector tan necesario.