Crecen las denuncias y el hostigamiento a los botellones y quedadas ilegales por toda la provincia de Huelva

Desde que el botellón desmadrado de Matalascañas puso a Huelva en el mapa mediático de los incumplimientos de la normativa anti-Covid las autoridades municipales, la Policía Local y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han reforzado el hostigamiento a los botellones y fiestas ilegales. Y no paran de poner denuncias e incluso cierre de establecimientos o apercibimientos de cierre. Hasta control de casas en la aldea de El Rocío para evitar el uso masivo de los alquileres más propios de épocas rocieras.

En Punta Umbría se han cursado más de 60 denuncias por celebraciones ilegales de consumo de alcohol en la vía pública, se han desarrollado operaciones en la playa almonteña y  extremado los llamamientos a la responsabilidad de jóvenes y no tan jóvenes.

No se han librado ni los festejos taurinos organizados en la Plaza de Toros de la Merced de Huelva. Está por ver si se han cursado denuncias reales en la plaza de toros y su entorno inmediato: accesos y establecimientos.

En Bollullos se ha cerrado un establecimiento por sobrepasar el horario de cierre y aglomeración de asistentes y en Ayamonte ha intervenido en botellones y quedadas.

El hostigamiento crece y muchos 'aficionados' a los botellones se han cambiado hasta de pueblo para seguir con la fiesta en tiempos de pandemia, incluso usando vías alternativas de acceso como carriles y caminos.

Y el Ayuntamiento de Lepe, escarmentado ya por un brote que estuvo a punto de confinar el pueblo, ha recordado, vía redes sociales, la prohibición autonómica sobre la organización de botellones como medida de prevención y seguridad frente al COVID-19. En el punto de mira la concurrida zona costera de La Antilla e Islantilla.

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