viernes. 29.03.2024
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La Huelva 'okupada' atemoriza a los vecinos: droga y violencia junto a los hogares

Peleas continuas, altercados, reyertas, agresiones, amenazas y casos de prostitución son algunas de las acciones que se han apoderado de parte del callejero onubense. Los vecinos están atemorizados.
La Huelva 'okupada' atemoriza a los vecinos: droga y violencia junto a los hogares

Miedo, angustia pero sobre todo inseguridad. Así es como se están sintiendo muchos vecinos de Huelva ante el fenómeno 'okupa' que viene intensificándose en nuestra ciudad en los últimos meses.

Los últimos acontecimientos vividos en el edificio 'okupado' de Macías Belmonte (Molino de la Vega), donde ha habido ya heridos graves, navajazos y amenazas a los vecinos, están obligando a las autoridades a reaccionar. Se teme una desgracia. De momento la Policía Local vigila la zona 24 horas al día. Pero este edificio, que iba a ser entregado en breve, aloja ya a casi 50 'okupas'. Y el descontrol es enorme.

La Asociación de Vecinos del Molino advierte:  "Esto parece un hotel, no es un caso de ocupación normal. Aquí conviven drogadictos, prostitutas, menas y delincuentes de todo tipo. Las condiciones de higiene son lamentables y el olor alcanza a los vecinos de la zona", añade Teresa.

Y todo en medio de una pandemia de coronavirus con los riesgos de contagio y propagación que ello conlleva. Además en los pisos ubicados frente al edificio 'okupado' viven familias con niños pequeños que cada día se enfrentan a imágenes de violencia, agresiones, insultos y todo tipo de comportamientos incívicos.

La violencia de cada día

Los casos, que ya no son aislados, han ido cogiendo cada vez más notoriedad ante la pasividad y dificultades que presentan los desalojos, y frente a la actitud, a veces amenazadora y violenta, que están tomando los propios 'okupas' sobre los vecinos que tratan de denunciarlo. Por ello, las peleas continuadas entre los propios okupas, los diversos altercados contra vecinos y periodistas o incluso las agresiones a miembros de la policía son algunas de las acciones que se han apoderado de parte del callejero onubense de la noche a la mañana.

La antigua estación de Renfe, foco de ocupación en el barrio de Pescadería

Fue uno de los primeros casos donde se puso el foco mediático. La antigua Estación de Renfe, situada en el emblemático edificio de la avenida de Italia (hoy en desuso), comenzó a albergar la presencia de varios okupas que utilizaron las instalaciones como lugar habitable.

Un hecho que provocó la indignación de algunos vecinos del barrio de Pescadería, que trataban de denunciarlo sin conseguir muchoa repercusión. "Es habitual ver cómo varias personas acceden junto con animales a las instalaciones por detrás de donde se encuentra la Casa - Hermandad del Descendimiento", nos cuenta José Luis, vecino de la zona. "A veces da hasta miedo pasar por la noche", añade. Una situación que ha llegado a crear un clima de crispación entre vecinos y 'okupas' y que derivó en varios conflictos donde tuvo que interceder la policía.

Tras los altercados producidos, fue el partido Ciudadanos quien denunció durante el pasado mes de mayo la situación que se estaba viviendo en las instalaciones de ADIF, donde se encontraba un grupo aproximado de 10 personas sin reunir las condiciones mínimas de salubridad y donde, además, se estaba realizando el consumo de estupefacientes, según los vecinos.

Una situación en la que Adif ya ha tomado cartas en el asunto. Concretamente el pasado 19 de mayo realizó una denuncia por la vía penal por la ocupación ilegal del inmueble de su propiedad. A pesar de ello, los vecinos siguen indignados porque a fecha de hoy se sigue sin aportar ninguna solución al conflicto y la ocupación sigue adelante.

El problema ‘resuelto’ de Huerta Mena

Otro de los casos más sonados es el de los okupas del barrio de Huerta Mena. Uno de los primeros casos que fueron denunciados por los vecinos y que alcanzó su culmen el pasado mes de mayo. Varias personas ocupaban desde hacía años un inmueble que se encontraba abandonado en la calle Rodrigo de Triana ante la incredulidad de los vecinos del barrio que observaban a diario como la calle se llenaba de suciedad y orín que atentaba contra la salud de las personas.

Ante la lentitud de los procedimientos, los propios vecinos comenzaron a realizar movilizaciones y recogidas de firmas para acelerar el curso del mismo. Movimientos vecinales que derivaron en la colocación y señalización de la zona con balizas y carteles de prohibido el paso para a dar a comprender la peligrosidad del lugar y en la localización de la empresa titular del inmueble.

Todo esto permitió llevar a pleno la problemática 'okupa' de la calle Rodrigo de Triana donde se aprobó con el sí de todos los partidos menos el de Adelante Huelva, que se abstuvo durante la votación, el desalojo de los 'okupas' y el derribo del inmueble. Una victoria tras varios años de lucha que los vecinos del barrio celebraron pero que se ha convertido en pesadilla para otros, pues el grupo de los okupas se trasladaron a otro foco de ocupación en Huelva: el de la calle Macías Belmonte, situado en el barrio del Molino de la Vega. 

El Molino de la Vega, eje actual de la disputa

En pleno corazón del barrio del Molino de la Vega, se disputa ahora la 'guerra' entre 'okupas' y vecinos. Un edificio en la calle Macías Belmonte se ha convertido en el epicentro del problema 'okupa' al que se le añaden otros como el de la violencia, consumo de drogas, presencia de menores e incluso prostitución. Todo ello entre condiciones insalubres y antihigiénicas que está convirtiendo la convivencia en el barrio en un auténtico problema de seguridad pública. Y eso que el edificio se encuentra a 100 metros de la comisaría de la Policía Nacional y a 150 de la Local.

“La calle es una guerra continua y parece que nadie va a resolver nada hasta que ocurra una desgracia. Y lo peor de todo es que parece que no podemos hacer nada”, afirma Teresa Paus, presidenta de la Asociación de Vecinos. Según Teresa Paus, en el edificio ocupado se estima que pueda haber en torno al medio centenar de personas. "Esto parece un hotel, no es un caso de ocupación normal. Aquí conviven drogadictos, prostitutas, menas y delincuentes de todo tipo. Las condiciones de higiene son lamentables y el olor alcanza a los vecinos de la zona", añade Teresa.

La propia asociación de vecinos ha iniciado acciones judiciales para resolver el problema e incluso ha procedido a reunirse con la propia Policía y con Luis Albillo, concejal de Movilidad y Seguridad Ciudadana. Pasos que se están dando pero de manera lenta debido a la complejidad del proceso. "Todo esto es una barbaridad porque actualmente la ley está contra nosotros aunque lo conseguiremos", afirma Teresa.

Por ello, los propios vecinos, hartos de la situación, han comenzado también su movilización para dar visibilidad al problema a pesar de los continuos ataques (lanzamiento de botellas, orín que procede desde los balcones, lanzamiento de piedras) de los propios 'okupas'. "Hemos empezado a recoger firmas, hemos intentado acceder a todos los medios de comunicación para hacer ruido", nos afirma Mari Carmen, vecina del barrio. Acciones que han provocado el descubrimiento del propietario del inmueble, clave en todo esto, y la presencia de al menos un coche patrulla de la Policía que vigila la zona en todo momento.

Un miedo que ha calado en los vecinos, sobre todo en su población más mayor. "Mi madre rodea casi todo el barrio para salir y entrar de su casa porque tiene miedo de pasar por delante", nos cuenta Mari Carmen. Una situación que tiende a repetirse en los diferentes vecinos. "Han lanzado piedras, botellas y no dejan de amenazar. Claro que hay miedo", puntualiza Teresa.

El Ayuntamiento, al lado de los vecinos

A pesar de la situación que parece insostenible, los vecinos de la zona tienen esperanzas de que todo acabe pronto. Son conscientes de la complejidad y lentitud del proceso pero toman referencias de los otros asentamientos que han sido desalojados. "Tenemos el compromiso del Ayuntamiento de Huelva, que desde el primer momento se ha puesto de nuestro lado", afirma Teresa. Un compromiso que se ha visto plasmado en distintas reuniones y análisis que se han realizado junto a los Cuerpos de Seguridad de la ciudad. Sin embargo, a pesar de todo, los vecinos del Molino de la Vega son conscientes de que costará trabajo. "Esto es como una carrera de fondo y es algo complicado, pero lo lograremos", concluye Teresa.

Una situación compleja que va fluctuando por los distintos barrios de nuestra ciudad y que van a más debido al efecto llamada que parecen producir los distintos casos como el de la calle Macias Belmonte, en el barrio del Molino de la Vega.