jueves. 18.04.2024
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Exigen a una protectora de animales de Alemania que devuelva a 'Cuca'

Patricia Jiménez lleva tres años luchando por recuperar a su perra, a la que tuvo que dejar mientras su padre estaba enfermo
Exigen a una protectora de animales de Alemania que devuelva a 'Cuca'

Patricia Jiménez lleva tres años luchando por recuperar a su perra, a la que tuvo que dejar mientras su padre estaba enfermo

Dejó a su perra Cuca hace casi tres años en una protectora de animales de Villamartín (Cádiz) para poder cuidar de su padre enfermo y recuperarla en cuanto pudiera hacerse cargo de ella, pero por el momento le ha sido imposible. Patricia Jiménez, natural de Jerez de la Frontera y residente en el núcleo costero onubense de Mazagón, fue a buscar a su perra apenas dos meses después de dejarla y se encontró con la sorpresa de que la habían trasladado a Alemania, concretamente a la protectora Tierherberge Donzdorf, una entidad que se niega a devolverla.

“Busqué la protectora donde se encontraba, le escribí correos contando mi situación y por qué tuve que dejar a Cuca allí, pero no sirvió de nada, no me la querían devolver. De eso han pasado ya casi tres años y sigo intentando recuperarla sin éxito”, lamenta Patricia, al tiempo que asegura que “Cuca sigue en la protectora porque es una perra un poco difícil y no han querido darla en adopción”.

¿Qué motivos le dan para negarse a devolverle su perra? “Me dicen que Cuca ya está adaptada y que adopte a un perro aquí, pero no es cierto, no está adaptada, la perra tiene sobrepeso y tiene una mirada triste”, lamenta Patricia, convencida de que “a mi lado sería feliz”.

cuca-dosEsta triste historia comenzó hace unos años en Vigo, donde “vivía y trabajaba y en mi tiempo libre colaboraba con algunas protectoras, acogía a perros y los tenía en casa hasta encontrarles hogar”. Fue entonces cuando Patricia Jiménez conoció a Milagros, una mujer que “llevaba toda su vida ayudando a perritos” y que le dejó a su cargo a uno de los cuatro nuevos cachorros que cuidaba, Cuca, porque “no comía bien y podría estar enfermo”, le dijo.

“Al día siguiente la llevé al veterinario y, con un tratamiento, en pocas semanas estaba mucho mejor”, recuerda Patricia, quien ocho meses después volvió a Jerez, donde alquiló una casa con patio “para que Cuca se encontrara lo más cómoda posible”. Unos meses después su padre enfermó y “la situación llegó a ser insostenible: sin trabajo y con mi padre enfermo, ya no me quedaba dinero para poder mantener la casa donde estaba, no tenía tiempo para estar con Cuca y los médicos me aconsejaron que me fuera a vivir con mi padre y me dijeron que no podía estar en contacto con animales”.

Fue entonces cuando se vio obligada a tomar la decisión, que “no fue fácil”, de dejar a Cuca en la protectora de animales de Villamartín. Antes “estuve varias semanas buscándole acogida para tenerla cerca y poder recuperarla en algún momento, pero no encontré nada y tuve que dejarla en la protectora”, asegura Patricia, quien en todo momento estuvo informada del estado de Cuca. “Hablé con el chico que trabajaba allí y le dije que por favor me mantuviera informada de su estado, y así lo hizo. Cada día preguntaba por ella, me mandaba fotos y yo lo pasaba muy mal, pero no podía hacer nada”, asegura.

Unos dos meses después, tras el fallecimiento de su padre, empezó este nuevo calvario para Patricia, un calvario que dura ya casi tres años. Patricia conocía que la protectora de Villamartín tenía un convenio con la de Alemania y que en cualquier momento la podían trasladar, pero desconocía cuándo. Tras hacerle un seguimiento permanente a través de la página web de la protectora alemana, Patricia dejó de verla durante siete meses, por lo que entendió que había sido adoptada, pero transcurrido ese tiempo, el pasado 15 de septiembre de este año, volvió a aparecer en la web. “Me dijeron que la habían devuelto porque era una perra un poco problemática, y al enterarme de ello he insistido de nuevo para recuperarla”, expone Patricia, para quien “Cuca era mi niña, mi vida”.

La historia, muy triste de momento, guarda cierta analogía con la historia de la película El Olivo, de Icíar Bollaín. Su protagonista no pudo recuperar el árbol que su familia vendió a una empresa de Alemania, pero Patricia Jiménez sí puede aún recuperar a Cuca. Lo único que necesita es despertar algo de humanidad en la protectora de animales alemana Tierherberge Donzdorf y, por qué no, lograr la movilización social que sí tuvo la protagonista de El Olivo.