Llevamos más de un año atravesando un túnel largo, tortuoso y oscuro. Pero la finalización del estado de alarma no significa que ya arribáramos a tierra firme.
La pandemia convirtió al gobierno en un “perro flaco al que todo se le volvieron pulgas”, y a la oposición política, en el perro del hortelano, con su “calumnia, que algo queda” y su “decir digo…
Tengamos sentido común para que no se alargue este “invierno”. Tengamos cabeza para que otros sigan vivos (porque la vida no se repite cada cierto tiempo).