Pedro Rodríguez: “La gestión de los servicios públicos debería estar por encima de las ideologías”

Esta semana se asoma a esta vuestra sección semanal un onubense de adopción, ya que nació en Badajoz, aunque el farda de Huelva allá donde va. No en vano, desde muy niño, vivió y creció en la capital onubense. Regentó durante años un estudio fotográfico. Estudió periodismo y siempre ha estado en la primera línea política onubense, ocupando puestos de gran responsabilidad, como alcalde del Ayuntamiento capitalino durante 20 años, diputado en el Parlamento de Andalucía, presidente del Partido Popular de Huelva y vicepresidente del citado partido de Andalucía. No obstante, nunca ha abandonado su grandes pasiones: la fotografía y la escritura; de hecho, ahora ya jubilado es asiduo verlo por las calles de Huelva captando con su móvil cualquier evento o leer sus reflexiones en sus ‘Buenos días’ que publica  en su muro de facebook y que tantos followers tiene. Con todas esas pistas supongo que ya habrán adivinado quién es nuestro personaje de hoy: nuestro querido amigo Pedro Rodríguez González.     

A Perico, como normalmente le llaman cariñosamente, lo conocí, creo recordar en la Semana Santa del 78, cuando estaba viendo los desfiles procesionales en plena Gran Vía montado en mi coche, ya que por aquellos años la Semana Santa no tenía el auge que actualmente goza y no existían palcos.

Él  estaba realizando un reportaje para TVE y me pidió que por favor me bajase del coche y que me sentara con un grupo de personas en los escalones de la antigua Hacienda para que en pantalla se viera gente. Y desde aquel momento me pareció una persona profesional, afable, afectuosa y sobre todo empática, cosa que con el paso de los años pude comprobar que no erré en mi apreciación, pues tuve la fortuna de conocerlo más a fondo y de gozar de su amistad.   

Y para saber de cuál es el su día a día y conocer su opinión en cuanto a la actualidad que estamos viviendo, nos pusimos en contacto con él para hacerle una entrevista y con la amabilidad que le caracteriza accedió a la primera. Así que vamos al lio ya.

¿Cómo recuerdas tu infancia y que soñabas con ser de mayor?

Mi infancia abarca desde el nacimiento hasta que cumplí diez o doce años. 

Los viví como todos los niños, en esa etapa de la vida. Con mucha ilusión y curiosidad. Y algunos celos de mi hermana melliza Mari Trini.

A los dos nos sacaban de paseo a la Plaza de las Monjas, en un silla doble y, lógicamente, a mi hermana le decían más veces guapa que a mí: ¡Qué linda la niña! ¡Cómo si yo fuera feo…!.

También recuerdo la ilusión de que me hacían los regalos de Reyes, o ir a Badajoz a ver a mis primos y a mi abuela Concha.

Una mujer excepcional quien, sin convivir conmigo, me conocía muy bien.

Tenía la curiosidad de los niños que quería saberlo todo. Y preguntaba: ¿Esto por qué pasa? ¿Qué es esto?

Mi infancia son recuerdos de un niño feliz.

Rememoremos la Huelva de tu infancia ¿Cómo la viviste?

Mi infancia transcurrió en la Huelva de la mitad de los 40 y principio de los 50. Era una ciudad marinera, sin industrias, marcada por las convulsiones urbanísticas de la posguerra. Limitada por los ferrocarriles de las estaciones de Sevilla y Zafra. Era un pueblo, con sus ventajas e inconvenientes.

Yo la viví en mi colegio de los Maristas, de donde tengo buenos recuerdos del Hermano Pedro o el hermano José. De los barrios, como las Colonias, donde viví dos años, al final de los 40. Hasta que volvimos a la calle Rascón.

Tengo recuerdos y sensaciones de niño: figuras de personas ya desaparecidas que se sentaban en las tertulias de la Plaza de las Monjas o de la Calle Concepción.

Llevo dentro de mí  la Huelva que olía a los jazmines que vendían las gitanas por las calles, el olor en el Puerto a pescado y a coquinas. La imagen de la canoa de Punta Umbría, el tren de la Punta el Sebo, las peleas de gallo en Alpresa, o el juego a piola o a las bolas en mi calle o en una plaza. 

 

Ha cambiado mucho Huelva desde entonces hasta nuestros días y tú como alcalde que fuiste has sido responsable de esa metamorfosis ¿cuál dirías que ha sido la obra más importante durante tu mandato?

Decir una sola es imposible. En 20 años Huelva ha cambió más que un siglo. Por tanto, no puedo enumerar todo lo que hemos hecho, con mi formidable equipo y con todos los onubenses. La sociedad civil (asociaciones, empresas, comercios, hermandades, sindicatos, periodistas, políticos…)

Pero si quieres una obra símbolo de desarrollo, futuro, progreso y calidad de vida, me quedo con la apertura de la ciudad a la ría, a través de Pescadería y el Ensanche. 

Con dos hitos históricos: en la entrada y salida. El Nuevo Mercado el Carmen y el Nuevo Estadio Colombino.

Los dos están cargados de simbolismos y modernidad. El mercado: Templo de nuestra gastronomía. 

El Estadio: Templo del decano (el mismo lugar donde los marineros ingleses nos enseñaron a jugar al fútbol).

También ha sido muy importante la construcción del Parque Moret (pulmón verde de la ciudad). O la entrada a Huelva, por la nueva Universidad. 

Hablando de tu paso por la alcaldía, ocho años después de abandonar la política en activo ¿sigue al tanto de la actualidad política?

Claro que sí. Me interesan todos los asuntos públicos que tienen como objetivo lograr el bien común y la felicidad de los ciudadanos/as. En este caso, de los onubenses. No podemos olvidar que la actividad política, en tanto que dimensión social del hombre, es esencial (necesaria) en la condición humana.

Aristóteles decía que: “El hombre es un animal político que vive en su relación con los demás”

¿Te ha tentado volver a primera línea?

No. He tenido la suerte de ser 20 años alcalde de mi ciudad. Es el mayor honor que puede tener cualquier persona. Ahora, le corresponde vivirlo a otras personas, más jóvenes.

Por cierto ¿por qué decidiste no tomar posesión del acta como concejal en la oposición?

En el año 95, me presenté para trabajar por Huelva, como alcalde. Tuve la suerte de salir elegido. Y pude hacer realidad muchos de mis sueños.

En el 2015, pensé que mi tiempo en la política activa había terminado, y lo mejor era dejar paso a otras personas, de otra generación.

Cuando llegaste a la alcaldía entiendo que llevarías muchas ideas para ejecutar ¿se quedaron muchas en el tintero y si es así por qué?

Claro que no pude hacer todo lo que hubiera querido. Porque la gestión del Ayuntamiento es diferente a la de una empresa. Intervienen muchos factores internos y externos.

Hay otro ritmo para sacar a la luz los proyectos. Muchas veces, éstos dependen de la Junta o del gobierno central (AVE, Fosfoyesos…)

¿Qué es lo mejor y lo peor de tu experiencia en la política durante los 20 años en la alcaldía?

La vida de un alcalde no está hecha de horas, sino de momentos, de historias vividas. Unas, maravillosas. Otras, muy tristes.

Desde que llegué a la alcaldía tenía claro que estaba para hacer algo, no para ser alguien. Pues a ella llegué con fama y prestigio (empresario y periodista).

¿Si quieres saber mi mejor experiencia? Pues ha sido algo espiritual e intangible. Vivir y gozar con mi gente, el nacimiento del onubensismo a gran escala. Ver como crecía el sentimiento de pertenencia y el orgullo de sentirse de Huelva, con sus defectos y sus virtudes.

¿Y la peor experiencia? El largo y mediático juicio al que estuve sometido, en el TSJA, por la venta del viejo Estadio Colombino. El juez archivó la causa por no apreciar hechos delictivos que me pudieran imputar, ni a mis cuatro compañeros. Afortunadamente, la sentencia hacia justicia con nuestra intención de salvar al Recre de su desaparición.

¿Cuál y de quién ha sido el mejor consejo que recibiste cuando tomaste posesión del cargo?

Me dieron más de un consejo. Incluso, el ex-alcalde socialista, José Antonio Marín Rite. Todos me sirvieron, en mis primeros pasos de la alcaldía.

Pero pronto me di cuenta que no era lo mismo que te explicaran como debes “colocar la muleta”, que torear el toro de la vida pública. Ahí ya estaba sólo.

Aunque tan solo han pasado dos legislaturas ¿nota mucha diferencia con respecto a tu época ¿ha cambiado la política?

La gestión municipal seguirá siendo, básicamente, igual. Los Ayuntamientos tienen muchos años, siglos de historia. Y la gestión de los servicios públicos está o debería estar por encima de las ideologías.

Recuerdo que en mi primera campaña electoral del año 94, decía: “Los semáforos no son de izquierdas ni de derechas”. Ahora bien, la política, como tal, si está más crispada que antes. De todas formas, siempre dependerá del talante personal del político.

Siguiendo en clave política, ahora llegan elecciones municipales ¿crees que podría haber algún candidato que sacase mayoría absoluta?

Es posible. Pero no es fácil. 

¿Crees en las encuestas electorales?

Relativamente. Las encuestas son imprescindibles en una campaña electoral, para un correcto diseño de la misma y posteriores ajustes en la marcha de la misma.  Algunos creen que las encuestas son un arma arrojadiza que se debe lanzar para dañar al adversario. O para gritar a los cuatro vientos que van primeros.

Se equivocan. Se olvidan que se le pude volver en contra buscando la cabeza de quien lo arrojó.

¿Qué opinas de Pilar Miranda como candidata?

Al opinar de ella, corro el riesgo de dejarme llevar por la amistad con una persona que ha sido de las más importantes en mis 20 años en la alcaldía. Intentaré definirla con la mayor objetividad.

Si quieres le hago una fotografía tridimensional de su personalidad. Y se puede conocer mejor.

La primera dimensión, como concejal, es la de una mujer que siempre trabaja con un equipo. Las puertas de sus despachos están abiertas, de par en par. Hace gala de una gran empatía con las personas que acuden a hablar con ella, generalmente con problemas. Es una buena persona, con un gran corazón, que sufría, hasta llorar, pensando en los ‘sin techos’, las noches de mucho frio.

La segunda dimensión, como presidenta del Puerto, es la de una mujer que llegó sin hacer ruido. Y, en muy poco tiempo, se hizo con los mandos de la nave portuaria. En estos cuatro años la ha presidido llevado con talento, junto a su equipo, hasta situar al Puerto de Huelva en el quinto lugar de España.

Y pasará a la historia por ser la presidenta que más acercado el Puerto a la ciudad.

La tercera dimensión de Pilar, es la de mujer, esposa, madre, rociera, amiga, asertiva, alegre, optimista, tolerante, de Huelva, muy de Huelva

Qué sientes cuando recuerdas que el PSOE te quiso llevar a los tribunales por salvar al Recre.

Tristeza, pero no le guardo rencor a nadie.

 

Por cierto,  hablando del Recre ¿te arrepientes de haber vendido el club a Gildoy?

En aquel momento era lo mejor opción para el club. La mayoría de las acciones las compró el empresario uruguayo, Victor Hugo Mesa. Sus objetivos eran buenos para el futuro del decano. Los problemas surgieron con quien dejó al frente del club.

¿Te siguen parando los vecinos de Huelva por la calle?

Sí, me siguen parando. Tanto mi mujer, Carmen, como yo, sentimos el afecto y el cariño de mucha gente.

Nosotros, seguimos siendo los mismos de siempre. Vivimos en el mismo sitio y tenemos los mismos amigos.

Que te parece si hablamos de la política nacional ¿qué opinión tienes de los indultos a políticos condenados? Y de la Ley del Solo Si es SI

Es un grave error jurídico, político e ideológico. Ahora lo quieren corregir y reformar. Pero el daño ya está hecho.

A todo esto y cambiando de asunto, no sé si eres de ponerte el delantal y meterte entre fogones, si es así ¿cuál es tu plato estrella?

No soy de ponerme el delantal. A mi generación no nos enseñaron a cocinar. Pero el miércoles estuve atento a como Carmen cocinaba unos canelones rellenos de tomate, atún y cubiertos con bechamel. Estaban riquísimos.

 

Siguiendo en clave gastronómica. Si tuvieses la ocasión de sentarte a compartir mesa y mantel con un personaje, bien del pasado o del presente ¿Quién sería y que le preguntarías?

A Adolfo Suárez. Y le preguntaría como fue capaz de liderar la transición política española (desde el franquismo a la democracia) por la vía del consenso y la concordia entre las dos Españas de Antonio Machado. 

Antes de terminar me gustaría saber cómo hombre de fe que lo eres ¿qué piensas cuando ves la invasión  rusa a Ucrania o el terremoto de Turquía y Siria?

Cómo cualquier ser humano ambas cosas me producen consternación. Y me duele el corazón. Pero son distintas las causas.

En cuanto a la guerra: Putin es un presidente sin alma. Y sobre el terremoto: es una desgracia causada por una falla de la naturaleza.

Pero, Dios no ha querido la guerra ni el terremoto. A veces, tenemos una idea falsa de Dios, y lo colocamos como alguien que produce enfermedades, como un virus más. O las cura, como un médico más eficaz que los demás y, a veces, puede garantizar la cosecha igual o mejor que las semillas de alto rendimiento.

La realidad (guerras o terremotos) es independiente de Dios. Ahora bien, nuestra fe nos dice que el camino del bien lleva a la vida y el camino del mal lleva a la muerte.

Estamos llegando al final y me gustaría darte las gracias por prestarme tu tiempo. Pero no sé, si te gustaría añadir algo más, que durante la entrevista no te haya preguntado.

Nada más, solo agradecerte que te hayas acordado de mí para entrevistarme en este tú ‘rincón’ tan especial.

El agradecimiento es mutuo gracias alcalde