domingo. 05.05.2024
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María Abril: “Como cuidadora es duro ver como personas a las que consideras parte de tu familia se van”

Hoy nuestra invitada es María Abril Ballesteros, una choquera de pro,  que nació en la calle Belchite del populoso barrio de las Colonias, concretamente a las espaldas de la Iglesia de los Dolores. Trabaja como cuidadora.
Cn su hijo Joaquín y sus hijas María y Ana
Cn su hijo Joaquín y sus hijas María y Ana
María Abril: “Como cuidadora es duro ver como personas a las que consideras parte de tu familia se van”

Hace tiempo que me apetecía tratar en esta vuestra sección semanal como es la vida de los cuidadores y cuidadoras de personas vulnerables. Ya que muchas veces me da la sensación que su trabajo además de ser  invisible para muchas personas, está poco valorado; pese a la gran labor que llevan a cabo en esta sociedad que desgraciadamente cada vez está más deshumanizada.

El trabajo de estos profesionales, además de ser muy entrañable, es esencial para mantener el bienestar de tantas personas  con necesidades dependientes. Su presencia hace mucho más fácil la vida de todos. Gracias a ellas/os pueden tener la tranquilidad los familiares de ancianos o de personas jóvenes con discapacidad de que no están solos y que están bien atendidos durante todo el tiempo que ellos no pueden prestarles la atención que requieren.

Asimismo, estos expertos en cuidados y aunque sea un poco reiterativo, además de lo sacrificado de su trabajo y de ocuparse y preocuparse del bienestar de ellos/as, demuestran tener paciencia y cariño; algo que también es muy necesario en este tipo de trabajo que normalmente es vocacional.   

Por ello, hoy nuestra invitada es María Abril Ballesteros, una choquera de pro,  que nació en la calle Belchite del populoso barrio de las Colonias, concretamente a las espaldas de la Iglesia de los Dolores. Sus estudios primarios fueron en el colegio Roque Barcia y los de secundaria en el Manuel Siurot.

En su niñez en el Colegio Roque Barcia
En su niñez en el Colegio Roque Barcia

 

Asimismo y a través del antiguo Programa de Promoción Profesional Obrera, más conocido por sus siglas PPO, estudió peluquería, ejerciendo como tal hasta el año 80 en el que contrajo matrimonio. Posteriormente se formó como celadora y cuidadora de personas vulnerables, siendo esta su profesión actual.

Maria en su juventud
Maria en su juventud

 

Pero para descubrir un poco más a nuestra protagonista nos pusimos en contacto con ella para hacerle una entrevista, cosa que suma cortesía accedió a la primera.  Así que vamos a lio ya.

P. Toda niña sueña con ser algo de mayor. ¿Por dónde pasaban tus sueños?

A principio de los 70 fardadndo de recreativismo
A principio de los 70 fardadndo de recreativismo

 

R. En aquella época el 80% de las niñas soñábamos con ser secretaria. Yo no fui diferente, tanto es así, que cuando salí del colegio asistí a un examen con Isabel Arcos para trabajar en sus oficinas, pero desgraciadamente no pudo ser. Otro sueño era ser peluquera. Este sí que lo hice realidad, pues me formé a través del PPO y estuve ejerciendo desde el año 74 hasta el 80, en el que me casé.

Foto de carné utilizada para los Servicios Sociales Femenino o la ´mili´femenina en la epoca de Franco
Foto de carné utilizada para los Servicios Sociales Femenino o la ´mili´femenina en la epoca de Franco

P.  ¿Cómo recuerdas tu infancia y juventud?

R. Mi infancia y juventud la recuerdo como una época de muchísima felicidad. Recuerdo con cariño quizás mis mejores años con mi pandilla en la Plaza de la Merced. Todo era tranquilidad y sin problemas.

Recibiendo la Comunión de manos de D. José Morales, sacedorte de Las Colonias en aquellos años
Recibiendo la Comunión de manos de D. Antonio Bueno, sacerdote de Las Colonias en aquellos años

 

P.  ¿Ha cambiado mucho Huelva con respecto a tu infancia? Si es así ¿cuál dirías que ha sido la mayor metamorfosis desde tu punto vista?

R. Sí que ha cambiado. Yo diría que la mayor transformación ha sido en el sector urbanístico, que ha ido de la mano de la modernidad en las canalizaciones y de las calles, con lo que ello ha supuesto en higiene y eliminación de muchas enfermedades vinculadas a esa falta de red de alcantarillado en la ciudad. Y como no, el salto cuantitativo y cualitativo en las viviendas, su seguridad, calidez y su confort, nada que ver lógicamente con las que existían en mi niñez.

P.  A pesar de esa transformación, está claro que Huelva en cuanto a infraestructuras sigue estando a la cola de Andalucía. ¿Cuál dirías que es la más prioritaria?

R. Con respecto a las infraestructuras te diré que es la asignatura pendiente de esta ciudad y su provincia, porque es el pilar que nos falta para que de una vez por todas despeguemos económicamente.

Personalmente no existe una sola que pudiera catalogar de importante. Lo dividiría en dos sectores; el turístico y el comercial. Por tanto te diría que en el turístico nos falta la llegada del AVE y un pequeño aeropuerto, para que de una vez por todas poder despegar en el sector turístico.

Y la otra infraestructura sería terminar el desdoble de la carretera Huelva – Extremadura. Eso representaría una importantísima inyección económica  para la ciudad, puesto que todos los productos hortofrutícolas que al día de hoy se están embarcando en puertos portugueses, vendrían al puerto de Huelva.

Esto unido al sector turismo, aportarían empleo y riqueza a la capital. ¡Una ciudad saneada económicamente es una ciudad viva!

P.  Que Huelva tiene muchas necesidades es una obviedad, pero no es menos cierto que tiene también mucho que ver. Si te convirtieses en cicerone por un día de los muchos foráneos que nos visitan ¿Qué le recomendarías que no deban dejar de ver y gastronómicamente de catar?

R. Sin lugar a dudas los llevaría a la Punta del Sebo a visitar, entre otros, el monumento a la Fe Descubridora (Colón), el Muelle de cargadero de minerales en el Tinto, Casa Colón, Catedral de la Merced, Santuario de la Cinta, Barrio Reina Victoria (Barrio Obrero) y las Carabelas en los aledaños del Monasterio de la Rábida. Todos ellos sitios y lugares emblemáticos y santo y seña de la identidad de la Huelva descubridora.

Gastronómicamente y sin lugar a dudas les llevaría a  catar una buena gamba blanca de la costa, las coquinas y buen plato de habas con choco. Y tirando para la sierra, tenemos exquisiteces como los gallipiernos, gurumelos y tanas.

Foto actual de María
Foto actual de María

P. Siguiendo en clave culinaria. Si tuvieses la ocasión de sentarte y compartir mesa y mantel con un personaje, bien del pasado o del presente ¿quién sería y que le preguntarías? 

R. Sería con Jesús Quintero. Le preguntaría por el personaje más bohemio que ha entrevistado.

P.  Por cierto, todos tenemos un olor de nuestra infancia que cuando lo percibimos, nos transporta en el tiempo. ¿Cuál es el tuyo y a quien te recuerda?

R. Un olor inolvidable para mi es el de orégano secándose al sol en las casitas de Fuenteheridos. Me recuerda a la señora Pura que lo ponía en su puerta, y aunque había muchas,  esta es la que ponía más cantidad.

P.  Qué te parece si por aquello que yo soy muy futbolero, hacemos un cambio de juego y hablamos de tu profesión. ¿Qué te hace decantarte por dedicarte a cuidar a personas vulnerables?

R. El motivo por el que me decanté a cuidar personas vulnerables fue la empatía que siento hacia ellas. Y descubrí que el cariño y el aprendizaje eran recíprocos.

Me formé como celadora pensando en mi futura profesión, que sería el cuidado al mayor. Llevo veintitrés años dedicándome a ellos. Cada vez aprendo y amo más mi profesión. Lo que yo les aporto a ellos, me lo devuelven con creces, incluso personas con Alzheimer.  

P. ¿Qué tipo de formación se necesita para ser ejercer como cuidadora profesional? ¿Hay que tener conocimientos médicos, de geriatría o de psicología?

R. En mi caso con la formación como celadora, me basta a nivel académico. Pero lo más importante para ejercer esta profesión es el amor, la dedicación, la ternura y todas las habilidades sociales que considero que poseo y por eso amo y me aman en mi trabajo.

P.  Cuéntanos , ¿Cómo es tú día a día y cuáles son tus funciones?

R. Mi día a día en mi trabajo puede ser muy dispar, pues depende del tipo de paciente al que esté atendiendo. Por ejemplo, solo días, días completos, interna o solo noches. Mis últimos trabajos han sido noches en el hospital. Y un día de este tipo de trabajo es de la siguiente forma:

La hora de entrada suele ser entre las 20 y las 22 horas, y son en torno a 8 o 10 horas, a veces 12. Prácticamente no se duerme nada, porque estoy pendiente del enfermo, para que note mi presencia, que sienta que no está solo, a veces necesito llamar a la enfermera. Cuando un enfermo es de Alzheimer es más duro, porque normalmente echan de menos a sus padres y lloran como si fueran niños pequeños, otro tipo de enfermo puede ser  un poco más liviano de atender, pero igualmente la noche es muy dura porque no se duerme. Pero aun así me gusta mi trabajo, ya que siento que hago una labor muy importante.

P. ¿Hay diferencia entre un cuidador público o privado?

R. Nunca he trabajado para la sanidad pública, yo trabajo por mi cuenta, ya que me siento mejor trabajando de forma libre y así llevo haciéndolo 23 años.

P.  Supongo que con los años que llevas ejerciendo tú profesión,  seguro que tendrás muchas anécdotas. ¿Recuerdas la más agradable y la que te gustaría olvidar?

R. Las anécdotas agradables que siempre recuerdo han sido tres y han sido la misma en tres personas diferentes con Alzheimer que olvidaron el nombre de algunos de sus hijos, y el mío no lo olvidaron jamás.

La que me gustaría olvidar fue que al llegar una mañana a un domicilio del que poseía la llave, de una señora a la que quería con locura y ella a mí; al entrar y prepararle todos los enseres para el aseo no despertaba y bueno...estaba dormida para siempre.

P. Al ser personas muy vulnerables, tenéis mucha responsabilidad.  ¿Son conscientes los familiares de ello?

R. Pues hay de todo. En estos años de trabajo he encontrado personas muy conscientes y empáticas y otras que no lo son tanto y piensan que la realidad de nuestro trabajo es muy diferente.

Pero yo trato siempre a cada enfermo por igual, con el mismo respeto y cariño, al igual que a sus familiares. Para mí lo más importante es el bienestar del enfermo.

P. ¿Consideras tú trabajo una profesión con futuro?

R. Pienso que sí, puesto que cada día hay más residencias, debido a que los familiares trabajan y cada vez pueden atender menos a sus padres.

Desgraciadamente cada vez hay más personas solas que no tienen familia

P.  Personalmente entiendo que tú trabajo debe de ser muy gratificante, pero no es menos cierto que en ocasiones genera consecuencias perjudiciales par vuestra  salud.  ¿No sé si estoy equivocado?

R. En efecto, genera consecuencias perjudiciales para la salud, por ejemplo a nivel físico. No es nada fácil ni seguro transportar o manipular enfermos. Tampoco es apropiado para la salud pasar tantas horas sin dormir y emocionalmente  es muy duro, porque ves como personas a las que vas tomando afecto y considerando parte de tu familia se van.

P.  Yo he escuchado muchos testimonios de compañeras/os tuyos que dicen que además de ayudarlos, lo que más necesitan y agradecen es que tengan con ellas/os, paciencia, amor y cariño. ¿Estás de acuerdo que esa es una pócima muy necesaria?

R. Totalmente, lo más importantes para ellos y lo que más les ayuda en muchos niveles es sentir amor.

P. Se suele decir “que bien se está cuando se está bien”. ¿En qué momento te encuentras?

R. En este presente de mi vida me encuentro en plena madures física y mental, satisfecha de todo lo vivido hasta ahora, por haber conseguido trabajar y seguir trabajando en lo que me gusta. Asimismo, muy realizada como profesional y sobre todo como persona y como madre.

P. Muchas gracias por prestarme tu tiempo y no sé, si te gustaría añadir algo más que durante la entrevista no te haya preguntado?

R. Nada más, solamente agradecerte por contar conmigo para esta entrevista. Ha sido un placer.

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